Gobernador se pone los guantes por Yalitza

Bajo Reserva Oaxaca

Gobernador se pone los guantes por Yalitza

Nos cuentan que tras el insulto que recibió Yalitza Aparicio, actriz mixteca nominada al Óscar, a quien el actor Sergio Goyri  calificó de “pinche india”, pocos salieron a nombrar la agresión como lo que es: un ataque racista. Nos platican que fue el mandatario oaxaqueño Alejandro Murat quien, a través de su cuenta de Twitter, condenó la expresión y aseguró que “es indignante e inaceptable que se hagan comentarios racistas hacia una mujer con raíces indígenas”. El mandatario priista también destacó que su trabajo en la película “Roma” es un “orgullo para Oaxaca”, pues  rompe estereotipos a nivel mundial. La defensa de Murat, nos dicen, incluso fue reconocida por personalidades e internautas.   

¿Y la solidaridad de Susana Harp?

Precisamente, una de las voces que se echó en falta en el caso de Yalitza fue  la de la senadora oaxaqueña Susana Harp, quien ha tomado a los pueblos originarios como bandera. Mientras políticos y gobernates condenaban el insulto,  los seguidores de la cantante se cuestionan por qué  no se ha solidarizado con la actriz. ¿Andará ocupada festejando que  su hermana Flor de María debuta  como directora del Servicio Metereológico Mexicano? Tres días después se limitó a escribir en Twitter: “Buen domingo @YalitzaAparicio! Que tu frescura y tu luz sigan siendo la brújula de tu corazón. Lo demás no es trascendente”.

Bienvenidas “de terror” en el IMSS

Con la llegada de Concepción Rueda Gómez como nueva delegada del IMSS en Oaxaca, nos cuentan, también comenzaron los manotazos en el interior de la delegación, donde inconformes ha protestado por “la imposición” de una funcionaria que desconoce el sector salud. Sin embargo, cercanos de doña Concepción nos aseguran que el rechazo no es espontáneo y que provienen de un grupo impulsado por ex delegados que temen que la suplente de la senadora morenista Susana Harp cumpla su promesa de poner lupa a cada sección del Seguro Social, y en caso de encontrar “chanchuyos” hacerlo público. Al parecer, nos dicen, el miedo no anda en burro, pero sí entre quirófanos y consultorios.

 

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