La biodiversidad que se protege en la Mixteca oaxaqueña

Especiales 10/04/2019 10:38 Lizbeth Flores Oaxaca de Juárez, Oaxaca Actualizada 12:43

La reserva del Boquerón de Tonalá es el hábitat de unas 600 especies de flora y fauna, por lo que 16 voluntarios la resguardan de caza y otras amenazas.

Fotos: Mario Arturo Martínez / EL UNIVERSAL

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Un puma de gran tamaño olfatea y recorre tranquilamente El Boquerón de Tonalá, uno de los ecosistemas más importantes del mundo y que se ubica en la Mixteca de Oaxaca. También conocido como león de montaña o puma concolor, este felino es una de las cuatro especies que habitan esta reserva natural que por más de 10  años ha sido conservada por habitantes de Santo Domingo Tonalá.    

Además de pumas, que de forma silvestre pueden vivir hasta 12 años, en esta área reservada para la conservación también habitan tigrillos, linces y  yaguarundíes, ejemplares de estas cuatros especies, de las seis que habitan en la entidad, han sido captados por las seis cámaras de fototrampeo que en 2011 instaló la Comisión Nacional de Áreas Naturales Protegidas (Conanp).

La llegada de este sistema de cámaras  transformó la vida en esta reserva donde se protege flora y fauna. Luego de varias décadas cuando  la cacería no podía contenerse, esta práctica se ha reducido  con la vigilancia, aseguran personal de la Conanp y los pobladores que se dedican a monitorear desde hace 11 años este ecosistema.

“Ahí estamos, ha cambiado mucho, ahorita el que mate un venado será muy escondido, ya hay un poco más de respeto”, platica Ubaldo Olivera, uno de los 16 propietarios de los terrenos dedicados a la conservación donde se extiende la reserva  y quienes  se encargan de proteger la zona.

La disminución de la cacería permite que la población de las especies se mantenga, explica el director de la Conanp en Oaxaca, Pavel Palacios Chávez: “Lo que se ha visto en ocho años es que la población se ha mantenido y se está reproduciendo, no hay una disminución de poblaciones, al menos como el puma, el venado y los otros se siguen manteniendo”, detalla.

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La biodiversidad del mundo

El área de protección de El Boquerón de Tonalá comprende una superficie privada de 3 mil 912 hectáreas situadas en Santo Domingo Tonalá, municipio de la región de la Mixteca. Fue decretada Área Natural Protegida el 22 de septiembre de 2008.

Destaca por un cañón con paredes de alrededor de 100 metros de altura, por donde atraviesa el río Salado y por los parajes La pedrera y El limoncillo, donde habitan más de 600 especies de flora y fauna.

Aunque la selva baja caducifolia — con vegetación sin follaje—  no tiene la exuberancia de otros ecosistemas, su biodiversidad es tal que ahí se albergan 40% de las especies vegetales que existen a nivel mundial.

Entre esa variedad de plantas y árboles  destacan algunas que forman parte de la vida comunitaria, como  el palo santo, del cual la población cree que con éste se hizo la corona de espinas de Jesucristo.

 También se encuentran el aceitillo, usado por la comunidad para curar las heridas, y la flor de Jerusalén. De estas especies, el palo santo se encuentra en peligro de extinción, de acuerdo con la Conanp.

En cuanto a la fauna, además de las  cuatro especies de felinos, en la reserva tiene presencia  el venado cola blanca, el zorrillo, el tejón, el mapache, el armadillo y varias especies de  roedores.

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Proteger como misión

Ubaldo Olivera, de 54 años, es uno de los 16 vigilantes dedicados a proteger El Boquerón de Tonalá. Ellos conforman el comité de vigilancia de Santa Catarina Tonalá, agencia del municipio de Santo Domingo Tonalá, el cual está integrado por ocho hombres y ocho mujeres, todos adultos mayores.

Para el comité,  la conservación de esta reserva natural es la prioridad.  Todos son adultos porque, dice Ubaldo, por la migración no hay ningún joven de la comunidad que participe en esta labor. Vigilan constantemente de día y de noche esta área para evitar la cacería, que aumenta en diciembre y en esta temporada, la Cuaresma.

Por las noches resguardan la zona desde la carretera y durante el día se encargan de poner agua en el cerro para los animales; adicional a ello, cada mes revisan las imágenes capturadas por las cámaras de fototrampeo para el registro del monitoreo.

“Nos gusta andar en el monte y todo, tener limpios todos los terrenos porque no podemos permitir que  nos estén cortando los palos, cuidamos a los animales”, expresa.

La mayor parte de su trabajo es con recursos propios, debido a que en años anteriores el presupuesto asignado por la Conanp ha sido insuficiente, y este año, con el cambio de gobierno  federal, los recursos se retrasaron más de tres meses.  “Nos capacitaron para las cámaras, nos cooperamos para comprar pilas, el agua, al mes son como 800 pesos”, platica Ubaldo, el cuidador.

Aunque  la cacería ha disminuido en comparación con 2008, año desde que el área se encuentra protegida, y sobre todo desde  que se instaló el sistema de fototrampeo, ahora el comité de vigilancia se enfrenta a  otras amenazas,  como la pesca ilegal en el río Salado, la cual aumenta desde marzo, debido a las personas que ingresan al Boquerón para capturar peces y venderlos. Hasta ahora, los 16 integrantes  no  pueden hacer nada para  evitarlo.

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Recursos que no alcanzan

El Boquerón de Tonalá es una de las nueve zonas de conservación ubicadas en la Mixteca; una decretada por el gobierno y el resto de manera voluntaria. En total, suman 8 mil hectáreas destinadas a la protección,  en las que se encuentran 70 cámaras  para el monitoreo de  especies.

Todas forman parte   del proyecto de conservación que impulsa  la Conanp en conjunto con las comunidades de la región.

Además de Tonalá,  destacan el cerro de la Culebra, en San Marcos Arteaga; el cerro del Organal, en Yosocuta, Santa María Tindú y Santa María Natividad.

En total, en territorio oaxaqueño  son más de 140 las áreas destinadas voluntariamente a la conservación, además de otras  ocho decretadas por el gobierno federal. Esta cifra  coloca a Oaxaca en el primer lugar nacional  en esta  iniciativa de  proteger sus recursos naturales, destaca Pavel Palacios,  director de la Conanp.

Pese a ello, el presupuesto es insuficiente y al retraso de los recursos federales Palacios suma que los gobiernos estatales y municipales no destinan nada a la conservación. “Sigue siendo un presupuesto que sólo está sosteniendo la Conanp, se necesita también inversión por parte del gobierno del estado, de las mismas autoridades locales que se sumen”, señala.

El monitoreo que hace la Conanp ha permitido que se confirme que en el estado hay equilibrio en el ecosistema de los sitios vigilados. Hasta el momento, el sistema  de fototrampeo ha capturado 84 mil 111 imágenes de fauna silvestre en las zonas de conservación  de la Mixteca, Sierra Norte y Valles Centrales.

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