Plasmar la sabiduría zapoteca y recuperar las casas tradicionales

Colectivo viste con murales a Unión Hidalgo; piden viviendas dignas para personas damnificadas

El mural con la imagen de Rosita forma parte de una muestra de 11 piezas en las que plasmaron a los ancianos más conocidos de la comunidad. FOTOS: ROSELIA CHACA. EL UNIVERSAL
Especiales 13/05/2018 20:59 Roselia Chaca Juchitán de Zaragoza, Oaxaca Actualizada 21:07

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Por tercera ocasión en siete años la anciana zapoteca Roselia Vicente de La Cruz, de Unión Hidalgo, ve plasmado su rostro en la pared de una casa tradicional, como parte del proyecto de vivienda digna y rescate visual de la comunidad, después del terremoto del 7 de septiembre de 2017.

El mural ubicado al fondo de la avenida principal del pueblo muestra a una mujer sonriente viendo al horizonte  que sostiene sobre su regazo una pequeña casa de teja, sobre la cual posa una urraca azul; a su alrededor, tejas dispersas  volando.

Con ello, el grupo cultural Binni Cubi (Gente Nueva), de Unión Hidalgo, expone su propuesta de que los damnificados accedan a una vivienda digna por parte del Estado y rescaten las casas tradicionales.

Rosita, como la conocen, tiene 77 años de edad, es  vendedora de flores y frutas en el pequeño mercado de la estación del tren.

Ella es una de los 2  mil 811 damnificados del sismo del 7 de septiembre que recibió   apoyo  por parte de la Secretaría de Desarrollo Agrario, Territorial y Urbano (Sedatu) por la pérdida de su vivienda tradicional, así que para el colectivo Binni Cubi, que dirige José Arenas, no había  mejor representante para recuperar los murales públicos en el pueblo que Rosita, “un personaje muy conocido y querido”.

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La mujer se emociona cada vez que ve su rostro pintado sobre la pared de una casa tradicional. La primera vez que  la pintaron fue hace siete años, cuando el  colectivo plasmó los rostros de los ancianos más emblemáticos de la comunidad, como una forma de representar la sabiduría zapoteca y acercar el arte urbano a la población, a través  de murales en las calles más transitadas. El proyecto se concretó con 11 piezas.

El primer mural estuvo a unas cuadras de su casa, pero el dueño lo borró después de dos años; los jóvenes recuperaron el dibujo en otra pared, en contra esquina de la primera, pero sólo  duró  siete meses, pues el terremoto del 7 de septiembre tiró la casa.

El mural se  recuperó el pasado 14 de abril, unos días después de su cumpleaños, lo que para ella fue el mejor regalo.

“Cuando veo mi dibujo me pongo contenta, a veces digo: ‘¿A poco soy yo?’ Del segundo dibujo sólo se quedó mi sonrisa, es como un milagro porque yo me salvé esa noche del terremoto, gracias a Dios; por eso, ahora que me volvieron a pintar por tercera vez espero que dure más tiempo, aunque ya no esté, y la gente me recuerde”, dice.

El colectivo perdió nueve de los 11 murales que pintó el artista urbano Daniel Poetalata, de Juchitán, por lo que ahora buscan recuperarlos y sensibilizar a la población de la importancia de rescatar las casas tradicionales, ya que forman parte de la identidad del pueblo de Ranchu Gubiña —como se le conoce a Unión Hidalgo—, así que en los murales incluirán elementos que recuerden el terremoto, la reconstrucción y la identidad arquitectónica de los zapotecas.

A pesar de la campaña de rescate de la arquitectura tradicional que diversas organizaciones sociales y culturales han realizado en la región, sólo 10% de los damnificados optaron por éstas, el resto    prefiere las casas completamente de concreto, por la falta de información y miedo a que los sismos las vuelvan a derribar.

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