En desamparo, asociación que ha rescatado mil mascotas

 

Cacho pasó semanas con una rafia atado al cuello que casi lo lleva a la muerte por la herida que le provocó hasta los huesos. Hoy, a dos años de ser rescatado, el canino de 10 años de edad goza de su vida en las instalaciones del albergue Naricitas Húmedas, A.C. en esta ciudad.

Desde hace casi ocho años un grupo de profesionistas, amantes de los animales, coincidió en brindar condiciones dignas a los perros y gatos en situación de calle. Con recursos propios y algunas donaciones han logrado rescatar a 680 perros y 400 gatos.

Aunado a ello, han protegido temporalmente seis ardillas, tres palomas, una tortuga lagarto y hasta  un cocodrilo.

La presidenta de la asociación civil, Diana Griselda Rodríguez Álvarez, explica que la lucha por salvar a las mascotas se complica cuando hay que realizar cirugías, para las que los nueve integrantes del grupo han donado de sus bolsas dinero para cubrir hasta 18 mil pesos para una operación.

Pero cada peso invertido vale la pena, asegura la médico general, quien sin dudarlo ofrece la mayor parte de su sueldo al mantenimiento del albergue, donde actualmente habitan 17 caninos.

Pero la familia Naricitas Húmedas se extiende a otros 31 perros, los cuales se encuentran en albergues temporales en casas de los colaboradores, pues desde hace cinco años aproximadamente el local se encuentra lleno.

La doctora apunta que 14 mascotas más fueron adoptadas por ella, pues son perros que reciben un tratamiento permanente o cuentan con discapacidades físicas, como estar cojos, ciegos o con problemas de oído, factores por lo que  no lograron ser adoptados durante su estancia en el albergue.

Esperan más adopciones

Cacho es el perro más longevo, con 10 años de vida, pero Loba es la canina con más antigüedad en el albergue, llegó a los cuatro meses de edad y a sus poco más de siete años no ha logrado establecerse en un hogar, pues por su conducta traviesa la regresan.

En promedio, en el transcurso de casi ocho años, Naricitas Húmedas ha logrado dar en adopción a 520 perros y 350 gatos; sólo en 10 casos han retirado las mascotas de sus nuevos hogares al constatar una mala calidad de vida.

“Procuramos asegurarnos que al salir del albergue se les garantice un mejor ambiente, que vivan sanos y felices”, apunta la defensora de animales en medio del albergue, donde los perros conviven en parejas en jaulas de 16 metros cuadrados, según características de comportamiento y edades.

“Nadie quiere a un perrito destructor, quieren un perrito que les dé la pata, que les pase el control, que les pase sus pantunflas, se limpie su popo y se saque sólo a pasear”, expresa con sarcasmo la doctora.

A Naricitas Húmedas todas las personas que quieran ser parte de esta familia son bienvenidos, siempre que considere a los animales como sus iguales. Hasta ahora, son nueve personas que encabezan esta causa, cinco donadores permanentes para las croquetas y algunas personas que, de forma casi anónima, aportan recurso para los tratamientos médicos.

Sector olvidado

En el último año, el aumento de perros en situación de calle se disparó. Pasaron de ofrecer alimento  a 15 perros y cinco gatos que detectan su condición cada día. La profesionista relaciona este hecho con la falta de campañas de esterilización durante la administración municipal actual, en la que han contabilizado una jornada.

Mientras que  en la administración anterior se realizaron diversas jornadas de manera gratuita, alcanzando la esterilización de más de 2 mil mascotas. En el 2010, el ayuntamiento les donó el espacio para establecer el albergue, pero actualmente no hay apoyo.

La presidenta indicó que a las autoridades no les piden apoyos económicos, sólo hacer cumplir las normas, desde nivel local hasta las leyes estatales en la materia.

Por ello, de manera continua tienen que promover campañas de esterilización, como  de adopción y  de recaudación de fondos.

De acuerdo con Naricitas Húmedas, 30%  de las mascotas rescatadas de la calle presentan sarna; todos llegan al albergue con desnutrición y se requiere de  aproximadamente  400 kilos de alimento al mes.

De esta manera, los costos de manutención de las mascotas incrementan al no contar con apoyo financiero de ninguna institución oficial, y valerse únicamente de apoyos de la sociedad y del  trabajo de las personas voluntarias.