El Ateneo, acervo filmográfico que recorre cantinas
El cineasta Luis Urrutia lleva 6 años llevando a bares su colección compuesta por más de 5 mil películas que se pueden disfrutar con una cerveza
Hace casi seis años Luis Urrutia, docente y cineasta originario de la Ciudad de México, tuvo una idea: asociar el cine con la cantina en un proyecto que tituló El Ateneo.
Luis ha sido docente de cine documental en el Centro Cultural Universitario de la Universidad Autónoma Benito Juárez de Oaxaca, donde surgió la idea de compartir con sus alumnos la filmografía que ha coleccionado desde niño, compuesta por más de 5 mil películas.
“Lo hice porque sentía que en Oaxaca los espacios culturales que había eran muy oficialistas, aunque no sean propiamente gubernamentales. Me pareció necesario crear un espacio donde se proyectara cine, pero que el criterio no fuera elegir el cine premiado o culto”, resalta Luis en entrevista con EL UNIVERSAL.
Su colección es de diversos géneros y aborda temáticas como karate, pobreza, documental, entre otros.
La primera sede de El Ateneo se situaba en una casa en el centro de la ciudad, le fue entregada como préstamo durante dos años, en 2012. Al término de ese periodo, quedó sin un lugar fijo para brindar su oferta cultural que además de películas consistía en muestras fotográficas y conciertos, donde los jóvenes tenían una oportunidad de cultura y esparcimiento.
El espíritu cinéfilo de Luis no se detuvo y dio paso al Cine Nómada, que viajó de bar en bar para llevar sus muestras. La idea dio paso al Cantina Film Fest, que tomó por asalto y sorpresa a los bares tradicionales de la capital oaxaqueña que aceptaron abrirse a la experiencia de ofrecer cine y cerveza a quienes quisiera disfrutar de ello.
En 2014, El Ateneo se estableció en la cantina Garibaldi, en el centro de la ciudad, donde actualmente cada miércoles van los amantes del cine para disfrutar de una película y una o varias cervezas.
“No sólo es una cantina para mí, es un negocio familiar. Ellos [los dueños] son fanáticos del cine y eso dio cabida para El Ateneo”, acota el docente y cineasta.
Cabe mencionar que El Ateneo tuvo también un paso temporal en el Cine Rex, el único de películas eróticas de la capital oaxaqueña y el más grande del estado, aquí el que El Ateneo programó una cartelera de cine porno, que tuvo gran respuesta de asistencia en 2015.
Palomitas incluidas
La idea es pasar películas que no sean populares en otros proyectos de proyección cinematográfica. El costo es significativo, sólo se requiere comprar unas palomitas para poder disfrutar de los filmes. Estos se ofrecen “por amor al arte”.
Jóvenes y adultos arriban al bar desde a las seis de la tarde para disfrutar de la función del día, para ello, un área de la cantina fue dispuesta con un proyector y cortinas que otorgan la experiencia del cine, además botanas y cerveza.
“Es necesario que la gente vea el cine clásico porque crea identidad, nos dice quiénes somos y de dónde venimos”, asegura Luis.
Tras El Ateneo, muchos otros cineclubes se crearon y empezaron a abrir espacio al cine como una oferta cultural para jóvenes y al alcance de todos los bolsillos. “La cultura no tiene por qué estar centralizada... hay películas que nosotros pasamos aquí que antes no pasaban en otros lugares, y afortunadamente ahora las proyectan”, sentencia el realizador.
“Es un proyecto totalmente autónomo” continúa y agrega que tanto el equipo de proyección como los carteles que promocionan las muestras son gestionados por El Ateneo, sin aporte o apoyo de otras instancias.
Las selecciones mensuales son planeadas por Luis y Diana, los pioneros del proyecto, quienes piensan en qué películas quisieran que la gente viera en un momento en particular. Para este mes de junio, la programación incluye cintas como “Blade Runner”, de Ridley Scott; “Corazón Satánico”, de Alan Parker, y “Luces de la Ciudad”, de Charles Chaplin.
El acervo filmográfico del cineclub se recabó gracias a la posibilidad de adquirir películas clonadas y de internet que permitieron que gente de todo el mundo tuviera acceso a todo el cine, incluyendo a aquel que en algún momento estuvo restringido para México.
“Fui un asiduo comprador y buscador de películas... la ‘piratería’ abrió la posibilidad de conocer mucho cine, gracias a la clonación que democratizó la cultura... ahora el internet es una biblioteca de Alejandría”, comenta.
Para Luis, el proyecto tiene mucho tiempo por vivir; sin embargo, confiesa que le gustaría una sede propia donde puedan ampliarse las actividades culturales del proyecto que festejará su aniversario el próximo 28 de julio.