Pese a las pérdidas, en la Cuenca no dejan cultivo de plátano

Se declararon 80% de cultivos como zonas siniestradas en los últimos 3 años

De 2017 a la fecha se han enfrentado a tres eventos climatológicos que han propiciado pérdidas de unas mil 200 hectáreas entre los municipios de Valle Nacional, Santa María Jacatepec, San José Chiltepec y Tuxtepec.
Especiales 28/06/2018 09:20 Yuridiana Sosa San Juan Bautista Tuxtepec, Oaxaca Actualizada 09:20

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El impacto de las tormentas e inundaciones han dejado afectaciones incalculables en el sector productivo del plátano macho en la región de la Cuenca del Papaloapan, donde a pesar de otras circunstancias, como bajos precios y plagas, los productores se resisten a sustituir este fruto.

Al menos en los últimos tres años, las intensas lluvias y vientos son motivo para declarar  hasta 80% de los cultivos de la región como zonas siniestradas, principalmente en  la comunidad de  Santa Teresa, en Tuxtepec, advierte el presidente del Sistema Producto  Plátano en Oaxaca, Melesio Torres Cortés.

En el transcurso de 2017 y 2018 se han registrado tres eventos, el primero fue en abril de 2017  y el último en mayo pasado. A ello se suma la fuerte lluvia de este jueves, que según  Torres Cortés dejó daños en  aproximadamente 90% de los plantíos; principalmente por los fuertes vientos. Las pérdidas se presentaron  en mil 200 hectáreas entre los municipios de Valle Nacional, Santa María Jacatepec, San José Chiltepec y Tuxtepec.

El productor explica que cambiar de cultivo no es una opción para mejorar, pues como el plátano se cosecha todo el año pueden obtener recursos de manera más pronta, por ello optaron por  tomar otras medidas para protegerse.

Entre ellas se contempla la contratación de seguros de manera particular para obtener mayor protección ante los siniestros, pues el seguro catastrófico otorgado por el gobierno estatal, a través de la Secretaría de Desarrollo Agropecuario, Pesca y Acuacultura (Sedapa), sólo ofrece 2 mil 500 pesos por cada hectárea.

El representante del sector destaca que como medida para evitar la caída de matas por los fuertes vientos, algunos productores de la comunidad de Santa Teresa optan por cambiar la variedad de plátano, del tradicional al denominado “enano”, cuyo tallo alcanza la mitad del ordinario, el cual  mide  más de 2.5 metros de altura.

Las lluvias, además, pueden provocar el desarrollo de la plaga sigatoka negra, para lo cual sólo pueden aplicar fungicidas financiados por ellos mismos, debido a que esta enfermedad puede originar pérdidas totales de los cultivos.

Torres Cortés agrega que las pérdidas de cultivos por distintas enfermedades también los ha golpeado desde hace ocho años, pues “el productor no ha tenido la capacidad económica para solventarlo”, y aunque han solicitado apoyos a la Sedapa y  la Secretaría de Agricultura, Ganadería, Desarrollo Rural, Pesca y Alimentación (Sagarpa) para   combatir las plagas,  éstos  no llegan.

Pese a estas circunstancias, en las que enfrentan pérdidas, el número de productores en la región no ha disminuido desde hace más de una década, afirma  Torres Cortés.

En Oaxaca existen unas 2 mil hectáreas distribuidas en Río Grande, Villa de Tututepec; en Santa María Huatulco, Puerto Escondido, de San Pedro Mixtepec; así como Valle Nacional, Santa María Jacatepec, San José Chiltepec y Tuxtepec, en  la  Cuenca.

Líder nacional

En Santa Teresa, Tuxtepec, es donde se encuentra el mayor número de hectáreas ejidales en el país dedicadas a la variedad del plátano macho, al sumar 640, presume Torres Cortés.

En este lugar el rendimiento de producción de  cada hectárea es de aproximadamente 15 toneladas en temporadas generosas, pero en invierno se  puede caer a sólo   media tonelada de producción.  Esta cosecha, agrega, se reduce a la comercialización nacional, que va  principalmente a  Jalisco, Puebla y Veracruz, con ventas  que van entre  los  3  a los  6  pesos por kilo.

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Tambalea negocio de botanas  artesanales, no dan ganancias

En Santa Teresa, Tuxtepec, el patio de la casa de Silvia Anaya Reymundo se convirtió desde hace  más de una década en una pequeña fábrica artesanal, donde se elabora fritura dulce y salada de plátano macho.

Pero la familia, dedicada a esta actividad hace más de 20 años, analiza cerrar o traspasar este espacio que emplea  a ocho personas más, pues  el esfuerzo para cumplir con la demanda  de producir hasta una tonelada de plátano al día está  por encima de las ganancias obtenidas.

Silvia cumple con dos funciones: rebanar y freír el plátano. Su jornada comienza a las 8:00  y termina a  las 16:00 horas;  El calor del fuego, la temperatura que alcanzan los 40 grados y el humo de la leña hacen agotadora su faena.

La mujer  se siente orgullosa del crecimiento del negocio  que comenzó en un espacio menor con su madre y otra vecina, quienes realizaban 800 bolsas a la  semana;  actualmente  producen más de mil 200 por jornada.

No obstante, Silvia refiere que  el trabajo no rinde los frutos esperados, pues apenas alcanza para surtirse de materia prima, insumos  y salarios;   la venta  de su producto se cotiza en 4 y 6 pesos, según el  tamaño de la bolsa, mientras que el kilo de plátano a veces lo adquiere en 2.5 pesos, más el costo del aceite y la leña.

Silvia tiene clientes desde hace ocho años en otros estados  como Quintana Roo,  Veracruz y   Puebla, además de la capital oaxaqueña, donde la bolsa se puede vender hasta en 15 pesos.

“Algunos clientes les ponen sus propias etiquetas”, indica la mujer, quien por desconocimiento  no tiene una marca propia.

Las botanas de plátanos comenzaron a realizarse con el fruto que los productores no podían vender como de primera o segunda clase y lo tiraban.

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