Taller Arte y Papel Vista Hermosa cumple 20 años

Hace historia por impulsar desde la elaboración del papel de forma sustentable

Los papalotes son elaborados con materiales extraídos de cortezas que no necesitan talarse, como el árbol de majahua. Foto: Mario Arturo
Estatal 05/08/2018 16:45 Christian Jiménez Oaxaca de Juárez, Oaxaca Actualizada 16:50

“En Juchitán la gente utiliza los papalotes para atraer las almas de las personas que han desaparecido”, dijo el artista Francisco Toledo, luego de plasmar los rostros de los 43 estudiantes de Ayotzinapa, Guerrero, en papalotes que voló por el centro de la capital.

La idea tomó forma en el taller Arte y Papel Vista Hermosa, creado por el artista y que el fin de semana pasado cumplió 20 años. Ahí, alacranes, murciélagos, monos e iguanas nacen de fibras naturales.

“Se trata de un proyecto que pretende experimentar con la creación de papel de modo sustentable”, indica Enrique Ramírez, uno de los colaboradores del espacio que desde 1998 se estableció en el Centro de Artes de San Agustín (CaSa) en Etla.

Los antecedentes  del taller se remontan a  1996, cuando  Väiski Putkonen, presidente del Centro de Artes de Papel en Porvoo, Finlandia, viajó a Oaxaca y  junto con Toledo y  Juan Alcázar, entonces director del Taller de Artes Plásticas Rufino Tamayo, impulsaron  la idea de crear un espacio para el arte en papel.

Para lograrlo  realizaron una subasta de arte oaxaqueño en Finlandia, con el fin de adquirir la maquinaria.  Además, fue Toledo quien aportó recursos mediante el patronato Pro-Oax y gestionó un primer espacio para que el taller funcionara como parte del Instituto de Artes Gráficas de Oaxaca (IAGO), que tras un incendio el taller se mudó al CaSa.

Al principio eran 300 plantas, indica Enrique Ramírez, pero ante la complicación por vender el papel se acortó la lista buscando fibras como algodón,  pochote traído del Istmo, el coyuche de la Costa y la Mixteca. 

Además, se fabrica  con cortezas que fueran extraídas de especies que no necesitan talarse.  Para este fin se eligió al árbol de majahua, que se regenera en dos meses; el árbol de jonote, originario de la Costa, así como otras plantas como el carrizo,   el agave y  el chichicastle, que además de sus propiedades curativas sirve para fabricar papel amate. 

En el taller se echa mano de mica oropel, cascarilla de cacao, y  café para decorar las hojas que se elaboran en un proceso manual que incluye teñido natural con plantas como añil y axiote.

En el año 2000, la diseñadora de joyas Kiff Slemmons realizó una colección de joyería en papel y que en el marco del 20 aniversario expone  la muestra “Joyería cuadernos y papalotes”, así como  la instalación “Vínculo entre el cielo y la tierra”, de Christina Kim, elaborada junto con el taller Artesano Taller de Papel y la bordadora Julia Santos.

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