”Sin fundamento legal" la prohibición del unicel en la capital oaxaqueña: abogada
Transición tomará dos meses, pues comerciantes no conocían medida; pueden ampararse, asegura abogada
A dos semanas de la entrada en vigor de la reforma al reglamento municipal que prohíbe el uso del unicel en comercios formales que venden alimentos en la capital de Oaxaca, comerciantes desconocer la prohibición y especialistas consideran que su contenido legal no está bien fundamentado.
El 6 de septiembre pasado, el cabildo del Ayuntamiento de Oaxaca de Juárez aprobó el dictamen con número RGRN/012/2018, en el cual se modifica el reglamento para el funcionamiento de establecimientos comerciales. Con la reforma al artículo 16, quedó prohibido el uso de unicel para envasar alimentos y bebidas en la capital del estado.
De acuerdo con abogados consultados por EL UNIVERSAL, la iniciativa legalmente no tiene soporte jurídico que se argumente con artículos relacionados a la salud pública ni a un dictamen medioambiental, pues sólo se fundamenta en el aspecto del funcionamiento de los comercios, señala la abogada Roselia Bernardo Santos.
“Yo no la veo eficiente y además, si una persona quiere ampararse, le veo muchas posibilidades de que gane su amparo. En el fondo es una buena iniciativa, aquí el problema es cómo se plasmó, y también que no hay consenso con el ciudadano ni con los comercios y cómo les afecta económicamente, no hay una parte social”, detalla la especialista.
Aunque la abogada reconoce que materialmente se sabe que el unicel es un material que contamina y tarda mucho en degradarse, explica que la medida no se sustenta en algún dictamen. “El reglamento dice que sólo ellos tienen materia en el funcionamiento de los comercios”, agrega.
“No hay suficientes inspectores”
Si un comerciante de la capital no acata las modificaciones al reglamento y continúa utilizando el unicel podría hacerse acreedor a sanciones que van desde multas de tres salarios mínimos o incluso la clausura del establecimiento, según Leslie Jiménez Valencia, regidora de Salud Pública y de Vialidad, quien promovió la propuesta.
Pese a que se contemplan dichas sanciones a quien no acate la medida, la funcionaria municipal reconoce que no existen los suficientes inspectores para verificar el cumplimiento de la normativa, por lo que apela a la “conciencia ciudadana”.
“Es muy importante y fundamental para este tipo de políticas públicas, ya que sin el apoyo de la ciudadanía en el tema de ecología difícilmente podríamos cambiar el entorno en el que vivimos, porque hay carencia de personal humano que pueda revisar permanente el cumplimiento de esta disposición”, señala.
Pese a la buena voluntad que pudiera existir para cumplir la reglamentación, la medida que entró en vigor el 1 de octubre no contempla al comercio informal ni a las tiendas que venden el unicel. En otras palabras, ellos están exentos.
“El reglamento sólo está dirigido a quienes venden comida, no podemos nosotros prohibir que las cadenas grandes vendan unicel porque esta sería una cuestión que tendría que ver con las garantías individuales del derecho a poder comerciar lo que nosotros queramos, sería un tema de inconstitucionalidad y no podemos hacer algo en contra de las empresas”, considera la regidora.
Dicen no estar informados
A dos semanas de entrada en vigor la normatividad, en los comercios establecidos de la capital ya se comienza a dar vuelta a la prohibición del unicel con el uso de envases de plástico. En otros casos, los vendedores desconocen de la nueva disposición.
Salvador López López, vicepresidente de la Cámara Nacional de Comercio en Pequeño, Servicios y Turismo (Canacope) en Oaxaca, reconoce que tanto él como los comerciantes afiliados a esta agrupación no estaban informados de la nueva medida.
“En principio sí afecta a unos comercios de los compañeros porque, como en mi caso, no todos estamos enterados de esta nueva ley que entró en vigor y, a parte, también falta una cultura para acostumbrarse a no utilizar estos productos”, explica.
Pese a ello, asegura que acatarán el reglamento, pero considera que la transición llevaría un lapso de dos meses, mientras los comerciantes deciden con qué producto pueden sustituir el uso del unicel. “Es un proceso lento, de tal manera que tanto los comerciantes como los consumidores vayamos introduciéndonos a esta nueva cultura”, destaca.
