Irregularidades; desvían recursos del Jardín Etnobotánico
Ex funcionarios usan renta de los espacios “La Plazuela” y “El Huaje” para pagar bonos y compensaciones
Los ex titulares de la Coordinación de Espacios Culturales (CEC) y del Jardín Etnobotánico de Oaxaca usaron el dinero que cobraron por la renta de este último lugar para pagarse compensaciones de fin de año y bonos extras a su salario cada mes, según el expediente 24/RA-B/2016 de la Secretaría de la Contraloría y Transparencia Gubernamental (SCTG).
La denuncia contra el ex titular de la CEC, Raúl Ramos Silva, y contra el director del Jardín Etnobotánico, Alejandro de Ávila Bloomberg, fue interpuesta por el director del Sector de Infraestructura y Salud de la SCTG el 22 de junio de 2015 con el número 300/GD/2015; en ella también se involucra a otros dos funcionarios.
De acuerdo con la denuncia, en el 2014 se obtuvieron ingresos por el uso, goce y aprovechamiento de los espacios conocidos como “La Plazuela” y patio “El Huaje” del Jardín Etnobotánico, que corresponden a un millón 708 mil 564 pesos.
De esa cantidad, un millón 47 mil 49 pesos fue cobrado “indebidamente en efectivo” por el personal, a través de recibos simples, por lo que no se concentró en la Secretaría de Finanzas.
Este dinero fue resultado del cobro de siete ocasiones en que se rentaron los espacios y que constan en los contratos administrativos y en recibos simples; los pagos se registraron los días: 7 de enero, 5 de febrero, 7 de marzo, 9 de mayo, 16 de junio, 20 de octubre y 28 de noviembre, todos en el 2014.
El costo de la renta por “La Plazuela” osciló, según los contratos administrativos, entre 161 mil 57 pesos y 167 mil 826 pesos; mientras que el Patio “El Huaje”, estuvo entre 80 mil 707 pesos y 84 mil 99 pesos. En la investigación también se detectaron pagos improcedentes por un importe de un millón 43 mil 192 pesos.
Según el expediente de la SCTG, de la revisión y análisis efectuado a la documentación e información de recibos de pago por concepto de complementos de nóminas correspondientes al año 2014, facturas, notas de venta, notas de remisión y recibos simples de pago, durante cada uno de los 12 meses de ese año el personal del Jardín Etnobotánico se autorrealizó pagos por concepto de complemento de nómina y compensaciones de fin de año por un monto de 738 mil 150 pesos.
Dichos pagos o complementos a sus salarios no tenían la respectiva autorización de la Secretaría de Administración y la Secretaría de Finanzas del Gobierno del Estado.
Además, los pagos otorgados al personal por conceptos de complemento de nómina y compensaciones de fin de año se dieron sin derecho porque nunca se acreditó la relación laboral del personal beneficiado.
Así mismo, ejercieron la cantidad de 305 mil 42.23 pesos por concepto de “gastos diversos”, de esto tampoco existe la autorización; estos gastos los comprobaron con notas de venta, notas de remisión y recibos simples de pago, que no cumplen con los requisitos fiscales correspondientes.
Aunado a ello, las erogaciones fueron pagadas en efectivo e incluso, existen notas de venta expedidas a terceros.
Tanto en los pagos por concepto de nómina y compensaciones de fin de año, así como los gastos diversos, en ninguno de los casos se evidenció el registro contable y presupuestal de los mismos, según se detalla en el expediente 4/RA-B/2016.
La SCTG inició el proceso administrativo por el supuesto daño al erario del estado hasta el 14 de noviembre de 2016. Alejandro de Ávila Bloomberg, director del Jardín Etnobotánico, pese a que fue citado a comparecer, renunció a su derecho de audiencia para aclarar el destino de estos recursos.
Al final, la Secretaría de la Contraloría únicamente les impuso amonestaciones privadas, debido a que el dinero de la renta se usó indebidamente en el pago de compensaciones, tanto de fin de año como de bonos extras a sus salarios cada mes, y los conminó para que “en lo subsecuente se conduzcan con la debida legalidad, honradez, lealtad, imparcialidad y eficiencia que todo servidor público debe guardar en sus actuaciones”.
El Jardín Etnobotánico forma parte de un complejo denominado Centro Cultural Santo Domingo, el cual también alberga al Museo de las Culturas de Oaxaca. El primer recito cultural fue apoyado, en sus inicios, por el artista plástico, mundialmente reconocido, Francisco Toledo y se asienta en una parte del antiguo convento de Santo Domingo de Guzmán.
