Oaxaca, altamente polarizada por cuestiones políticas, sociales y religiosas

Ante la complejidad y desigualdad en Oaxaca, organizaciones civiles pretenden aliarse para colaborar en la construcción de la paz en el estado

Foto: Edwin Hernández / EL UNIVERSAL
Sociedad 27/01/2018 18:24 Lizbeth Flores Oaxaca de Juárez, Oaxaca Actualizada 18:24

Ante la complejidad y desigualdad en Oaxaca, organizaciones civiles pretenden aliarse para colaborar en la construcción de la paz en el estado.

Al participar en el foro de “Seguridad y Derechos Humanos para el Desarrollo Territorial” celebrado en el Centro de Convenciones de Oaxaca, la directora de la organización Empatitis, Mónica Orozco, señaló que la falta de empatía entre las personas es uno de los principales motivos que dificulta la solución de conflictos, y por consiguiente, no se logra un orden social en la entidad.

“El no tener esa facultad de decir, bueno nos podemos sentar e identificar algo en común, favorece que no haya paz”, señaló.

Los representantes de las organizaciones no gubernamentales coincidieron en que “las regiones del estado son diversas y desiguales, altamente polarizadas por cuestiones políticas, sociales y religiosas”.

En este contexto, reiteraron que en su análisis de la situación en Oaxaca detectaron que los derechos más violados son a la educación, salud, desarrollo económico y ambiental.

Es por ello, que las organizaciones sociales pretenden aliarse y proponer acciones para reducir la desigualdad y garantizar la paz en las comunidades de la entidad.

Para lo cual, han diseñado un programa de profesionalización a asociaciones que contempla un período de cuatro años y el cual comenzó en 2017 con el desarrollo de un diagnóstico. El proyecto llamado “Polo para la Ciudadanía Participativa” es llevado a cabo con financiamiento de la Unión Europea.

Algunas de las organizaciones participantes son la fundación AVSI, Centro Lindavista, SEPICJ y Sikanda, esta última caracterizada por su labor de impulsar el desarrollo de niños y adolescentes, quienes viven en zonas marginadas del Valle Central, como en los alrededores del basurero ubicado en el municipio de Zaachila, donde desde el año pasado el conflicto social y político se intensificó.

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