Fundación Harp Helú levantará 500 casas

Serán destinados 670 mdp que se invertirán de 2017 a 2019; iniciativa busca conservar el valor patrimonial de 3 regiones

Se diseñaron cuatro prototipos inspirados en la arquitectura tradicional; el primer y segundo modelo se trata de viviendas de 63 metros cuadrados, el tercero de 69.5 metros cuadrados y el cuarto de 43.80 metros cuadrados. (MARIO ARTURO MARTÍNEZ)
Sociedad 27/11/2017 15:00 Lizbeth Flores Actualizada 15:35

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La fundación Alfredo Harp Helú (FAHH) también participará en la construcción de viviendas autosustentables diseñadas para respetar la identidad de las comunidades devastadas por los sismos de septiembre. La iniciativa busca conservar el valor patrimonial del Istmo, la Sierra Norte y la Mixteca, las tres regiones más afectadas.

La historiadora Isabel Grañén Porrúa, presidenta de la fundación Harp Helú, está convencida que las familias damnificadas podrán volver a tener un hogar digno y que respete su cultura y considere el clima de cada comunidad.

“No queremos que la identidad del pueblo se pierda, queremos que sean casas dignas con adobe o ladrillo o los materiales según la región; estamos trabajando con arquitectos  que van a dar acompañamiento”, explica.

Además de promover la construcción de viviendas tradicionales con recursos donados por la sociedad civil, la propuesta consiste en involucrar a las familias damnificadas a la edificación de sus propios hogares con el apoyo de profesionales y con materiales que otorga la naturaleza de cada zona de la entidad, como el adobe.

“Nos interesa en que los propietarios se involucren y estén contentos con la casa que se va a hacer  y finalmente sea una ayuda asistida, y no sea una cosa gratis de ‘ahí te la dejo’, que  lo valoren y les sirva”, considera Grañén Porrúa.

Para ello, especialistas de la FAHH diseñaron cuatro prototipos de casas que contemplan un costo  promedio de 350 mil pesos cada una. El primer y segundo modelo se trata de viviendas de 63 metros cuadrados, mientras el tercero de 69.55 metros cuadrados y el cuarto de 43.80 metros cuadrados; todas estas casas ideadas con recámara, comedor, cocina, sala y baño.

La primera etapa de este programa de autoconstrucción prevé la edificación de 500 casas en Huajuapan de León, Mariscala y Tezoatlán, municipios de la Mixteca; en Asunción Ixtaltepec y Santo Domingo Tehuantepec, de la región Istmo; en Santa María Nativitas Coatlán y Santiago Zacatepec, pertenecientes a la Sierra Mixe.

La construcción ya empezó en el Istmo. De acuerdo con la presidenta de la fundación, la primera casa ya se  edifica en Asunción Ixtaltepec; en las otras regiones los trámites aún continúan. En Santiago Zacatepec, en la Sierra Mixe, por ejemplo, serán 35 hogares y un aula de música. En este municipio, ubicado a 120 kilómetros de la capital, el sismo del 7 de septiembre dañó 198 casas que  las familias han  levantado con sus propios medios. 

Para llevar a cabo este proyecto en Oaxaca, la asociación del empresario Alfredo Harp Helú abrió dos cuentas bancarias donde mexicanos solidarios donaron recursos, mismos que fueron duplicados por la FAHH, Citibanamex y Fundación Televisa para la atención de las zonas afectadas.

Según cifras de la fundación, para la primera etapa se contempla destinar  670 millones de pesos, que se invertirán desde este año y hasta el 2019 para la edificación de las construcciones tradicionales en Oaxaca y Chiapas.

Con este dinero también se restaurarán  monumentos históricos y espacios culturales como la Casa del Pueblo de Asunción Ixtaltepec y la Biblioteca Pública Municipal de Juchitán, en el Istmo, así como el Museo Regional de Huajuapan de León y la casa parroquial en Mariscala de Juárez, en la Mixteca.

En la labor que impulsa la FAHHO para la reconstrucción participan 50 arquitectos, así como estudiantes de las universidades públicas y privadas de Oaxaca.

Para Isabel Grañén no sólo se trata de levantar construcciones, sino también de un proceso de sanación  de quienes perdieron familiares y patrimonio; por ello, también contemplan  impulsar actividades culturales en las zonas.

“Reconstruirnos a nosotros mismos, una oportunidad para que podamos recuperarnos de todo, que esta sacudida nos ayude a reflexionar”, culmina.

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