Biblioteca IAGO, tres décadas de coadyuvar a la formación de artistas

Para contribuir al crecimiento de la bibliografía, el artista juchiteco ha invertido el dinero que obtiene con la venta de obras, en libros.

Foto: Archivo / EL UNIVERSAL
Sociedad 29/11/2018 13:54 Christian Jiménez Oaxaca de Juárez, Oaxaca Actualizada 12:17

“Soy el que más ha aprendido de esta biblioteca”, dice el artista plástico Francisco Toledo, mientras coloca libros en el último estante que se adhirió a una de las salas que resguardan el acervo del Instituto de Artes Gráficas de Oaxaca (IAGO), donde se han formado muchos artistas y escritores.

Toledo llegó a vivir a la ciudad de Oaxaca en la década de los 50; tenía el interés de ser pintor, pero en ese entonces no había referencias de lo que se hacía en el arte en otras partes.

“Oaxaca estaba muy aislado, de vez en cuando llegaba una que otra exposición. La Escuela de Bellas Artes tenía una pequeña biblioteca y esa fue mi primera enseñanza. Y fue muy importante porque todo lo que conocíamos era a través de los libros”, cuenta al respecto.

Este noviembre, el Instituto de Artes Gráficas de Oaxaca cumple 30 años de fundación. El maestro Toledo tuvo la iniciativa de crear ahí una biblioteca que ha crecido con los años y actualmente su acervo asciende a más de 61 mil títulos.

“A partir de que tienes que hacer una biblioteca, consultas catálogos de libros, buscas lo nuevo que está saliendo y lees todo. El primer beneficiado de esta biblioteca soy yo”, reseña el pintor, quien para contribuir al crecimiento de la bibliografía ha invertido el dinero que obtiene con la venta de obras, en libros.

Para Toledo lo importante de la Biblioteca del IAGO es que los libros están a la mano de todos los usuarios, “porque en las bibliotecas de libros de arte no te los dejan sacar, porque son caros, delicados, porque los pueden manchar. Nosotros hemos dejado libros a la mano del usuario porque es un gusto sacar distintos libros a la vez”.

El artista plástico agrega que en 30 años el IAGO ha hecho una labor de difusión del grabado, a través de libros, exposiciones y talleres, algunos de los cuales se han impartido en distintas regiones del estado.

“Me gustaría tener 30 años menos” dice entre risas Toledo cuando hace un recuento de las tres décadas del instituto que fundó en Oaxaca, del cual se desprendieron otros espacios como el Centro Fotográfico Manuel Álvarez Bravo (CFMAB), la Fonoteca Eduardo Mata y el Centro de las Artes de San Agustín (CaSa).

Los proyectos culturales de Toledo han contagiado a otras personas: algunos han abierto espacios culturales en Oaxaca, otros se han sumado donando libros y obra. Hoy en día en las bibliotecas del IAGO se encuentran las bibliotecas de: Rufino Tamayo, Sergio Hernández, Víctor García y del curador Miguel Cervantes, entre otras importantes donaciones.

La familia del artista también está involucrada en este proyecto cultural. Actualmente, su hija Sara López Ellitsgaard es quien dirige la asociación civil Amigos del IAGO y del Centro Fotográfico Manuel Álvarez Bravo. La asociación ha desarrollado distintos proyectos educativos y culturales en el Istmo de Tehuantepec y la ciudad de Oaxaca.

Todos los hijos de Toledo están involucrados en hacer crecer el acervo de libros y arte que es parte de la Colección Toledo/INBA.

El IAGO dio pie para que Toledo creará otras instituciones culturales, desde donde se ha impulsado distintos proyectos editoriales, el artista plástico también formó una valiosa colección de obra gráfica y de fotografía.

En el marco de los 30 años de su fundación se programaron dos exposiciones donde se revisó el movimiento de gráfica en Oaxaca. En el IAGO se encuentra, “Maestros Oaxaqueños celebrando 30 años del IAGO” y en el CaSa, “El arte gráfico contemporáneo en Oaxaca”, ambas curadas por Deborah Caplow.

En enero de 2015, Francisco Toledo vendió por un peso el IAGO a la Federación, con ello, el Instituto Nacional de Bellas Artes (INBA) adquirió la responsabilidad sobre la administración del recinto cultural.

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