¿Buen clima para el populismo?
¿Cómo llega un país a perder libertades ciudadanas y principios democráticos? La organización Human Rights Watch, en su informe mundial 2018 señala que esa pérdida se da con la llegada de gobiernos populistas que devienen en autocracias.
Sin embargo, reconoce que detrás del aumento del populismo en el mundo hay situaciones concretas que parecen alentarlo como: problemas económicos, desigualdad, aversión a cambios culturales —y como consecuencia el rechazo al migrante—, así como represión y pobreza.
La presencia de esos problemas en las naciones trae como consecuencia triunfos de personajes que prometen transformar la realidad, pero terminan socavando los derechos humanos; en esta categoría HRW coloca a Estados Unidos y Venezuela.
Sobre México, la organización expone que hay graves y reiteradas violaciones de derechos humanos, cometidas principalmente por fuerzas de seguridad en acciones contra el crimen organizado, con pocos avances en el enjuiciamiento de los responsables.
Respecto al caso de los 43 estudiantes de Ayotzinapa, desaparecidos en 2014, destaca que no se han formulado acusaciones contra autoridades estatales o federales.
Human Rights Watch agrega a los problemas que tiene que resolver México, los altos números de la violencia, los asesinatos de periodistas —que sumaron 12 en 2017—, además de los casos de desapariciones forzadas y tortura.
Si nos atenemos al planteamiento de Human Rights Watch, el ambiente que vive México podría ser propicio para la llegada de gobiernos populistas. El país registra complicaciones económicas (la mayor inflación en 17 años, pérdida de poder adquisitivo en salarios), altos niveles de pobreza e inseguridad.
Aunque HRW señala que en 2016 parecía inevitable el avasallamiento de los gobiernos populistas, asegura que en 2017 han comenzado a ser frenados por líderes políticos que defienden principios democráticos.
México está a punto de entrar de lleno a un ambiente de competencia política para la renovación de la Presidencia de la República. Muy probablemente se escucharán propuestas para acabar casi de manera mágica con los graves problemas que enfrenta el país.
Antes de entregar su voto el ciudadano deberá exigir a los aspirantes un compromiso con la defensa de derechos humanos y la promoción de las libertades. No se trata de perder lo ganado, sino de ampliarlo y consolidarlo.