Capitales, incentivos y legalidad

EL UNIVERSAL

De acuerdo con el Banco de México (Banxico) desde ahora y en adelante viviremos un entorno de mayor volatilidad frente a diversos riesgos económicos y geopolíticos, entre los cuales el principal es la renegociación del TLCAN con Estados Unidos y Canadá.

Por ello es buena noticia que los depósitos bancarios y de inversiones financieras de mexicanos en el exterior, de acuerdo con el propio Banxico, registraron el monto más bajo en lo que va del sexenio. Concretamente, durante 2017 los mexicanos tenían fuera del país recursos por 4 mil 710 millones de dólares.

Aunque no es posible saber si esta reducción de activos de mexicanos en el exterior se mantendrá, ya que 2017 fue un año atípico en el que el gobierno permitió a los nacionales repatriar recursos en condiciones favorables —marcando incluso un récord con más de 200 mil millones de pesos—, el dato resulta esperanzador, y más después de conocer los casos de los Papeles Panamá y los Papeles del Paraíso —que sacaron a la luz los miles de millones de dólares que se mueven en los paraísos fiscales a nivel global— en los que abundan nombres de millonarios mexicanos que así evitan pagar impuestos en nuestro país.

El año pasado, pues, el Servicio de Administración Tributaria (SAT) permitió a mexicanos regularizar su situación fiscal respecto de los recursos depositados en el exterior no declarados, para efectos del pago del impuesto Sobre la Renta, con una tasa muy baja de 8%, sin cargos ni actualizaciones. Esto muy probablemente influyo en el retorno de capitales, pero a ello hay que sumar lo más atractivo del esquema del SAT, que fue que no se publicó el nombre del contribuyente que repatrió recursos en la página web del SAT, como sucedió en 2016.

El resultado es que, a diferencia de a inicios del sexenio, cuando los mexicanos mantenían fuera del país 17 mil 600 millones de dólares, en 2014 esa cifra bajó a 16 mil 607 millones de pesos, para 2015 ascendió a 26 mil 356 millones de dólares, y para 2016 se redujo a 24 mil 759 millones de dólares, según el banco central.

Ante el panorama económico internacional es positivo que el gobierno brinde estos estímulos para que retornen capitales nacionales —recientemente los mercados financieros globales parecerían estar respondiendo a un riesgo de volatilidad ante una perspectiva de mayores presiones inflacionarias—. Sin embargo, darles tantas facilidades y ninguna sanción a quienes optaron por retirar sus fondos del país, con los perjuicios y pérdidas que esto supone para las finanzas nacionales, bien podría fomentar que, sin reparo, en el futuro muchos vuelvan a hacerlo.

Se requieren sin duda incentivos y certezas para fomentar inversiones y un clima económico sano en nuestro país. No obstante, también mano firme y apego a la legalidad.

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