Del Toro y los talentos que dejamos ir

EL UNIVERSAL

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Una de las grandes virtudes de nuestro país es la generación de talentos que destacan en distintas áreas de la vida pública. Entre ellos hay académicos, científicos, atletas y artistas, que ponen en alto el nombre de México a nivel internacional. Cabe decir, sin embargo, que la amplia mayoría alcanza notoriedad gracias a su trabajo y sin el apoyo estructural del aparato sociocultural y de gobierno.

Guillermo del Toro, director de cine mexicano, es el ejemplo más reciente de lo anterior. Se trata de un personaje con una amplia trayectoria en el cine internacional y que ha conseguido reconocimiento global por su carrera. La última de las distinciones es que la Academia de Artes y Ciencias Cinematográficas de EU lo ha nominado en 13 categorías de los premios Oscar, los cuales este organismo entrega anualmente.

El suyo es un caso similar al de talentos como Alejandro González Iñárritu, Alfredo Quiñones Hinojosa, Alondra de la Parra, Carlos Frenk o Isaac Hernández, que dejaron México en busca del éxito que aquí se les regatea o no pueden conseguir. Al no encontrar el apoyo institucional, por falta de la infraestructura necesaria para desarrollar sus potencialidades y, en últimos tiempos, a causa de la inseguridad, estos personajes decidieron salir del país rumbo a aquellos que les ofrecen las condiciones para gestar y ver crecer sus proyectos.

El fondo de la cuestión, sin embargo, son los talentos que se van a otros países por la inseguridad y la falta de oportunidades en México. En esta baraja hay especialistas en diversos campos y disciplinas; se desconoce hasta ahora el volumen de estas pérdidas en términos de productividad y potencial de desarrollo para el país. De lo que no queda duda es que la fuga de talentos perjudica al país en su totalidad. Más aún, nuestro país cuenta todavía con parte del bono demográfico, en el que la población económicamente activa es más numerosa que la dependiente. Al respecto, sin embargo, existen miles de jóvenes que no cuentan con las oportunidades educativas y laborales necesarias para eventualmente convertirse en parte de esos talentos que destaquen en el plano nacional e internacional.

A pesar de ello, quienes han destacado en su ramo son muestra de la fuerza, determinación y resistencia que caracteriza a miles de mexicanos; estos personajes evidencian que los impedimentos estructurales no necesariamente son obstáculos para conseguir éxitos a gran escala. No obstante, esto no es un fenómeno generalizado, y quienes hoy no gozan de oportunidades corren el riesgo de no desarrollar sus potencialidades. Al respecto, es necesario que desde las instituciones el Estado trabaje en pos de generar las condiciones necesarias —incluida la más básica: la seguridad— para que cada mexicano tenga las posibilidades de alcanzar sus metas individuales para beneficio de la comunidad. Así se alcanzan los éxitos más duraderos.

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