El hermetismo de Palacio y la ausencia de AMLO

Salvador García Soto

Este sábado se cumple una semana de que el presidente de México, según la versión oficial, presentó sus primeros síntomas y le fue realizada la prueba que confirmaría, un día después, su contagio positivo de la enfermedad. El domingo 24 de enero, cuando abordó un avión comercial de Aeroméxico —ya con sospechas de Covid— fue el último día que se le vio físicamente. Pasaron cinco días sin que el mediático Presidente, afecto a subir videos y fotografías suyas a las redes sociales, fuera visto en el país porque estaba recluido y en aislamiento en un cuarto de Palacio Nacional que le fue acondicionado con todos los insumos médicos para su atención y monitoreo constante por 5 médicos militares especialistas, coordinados por el titular de Salud, Jorge Alcocer, hasta que ayer finalmente, y ante el crecimiento de rumores y especulaciones para su salud, reapareció Andrés Manuel López Obrador con un video transmitido en vivo por las redes sociales.

La semana que estuvo ausente de toda aparición pública, con información restringida y controlada sobre su estado clínico y su evolución de la enfermedad de la Covid, desató toda clase de versiones, rumores y suposiciones sobre la salud presidencial, al grado de que, más allá del debate público sobre la transparencia y el interés público que representaba su estado físico y de salud, se llegaron a invocar razones de estabilidad política y de gobernabilidad ante la ausencia temporal del Presidente y la escasa información sobre su situación de salud. Por eso fue ayer por la tarde, por decisión del propio Presidente, pero también por recomendación de sus asesores, que López Obrador grabó al mediodía un video que fue transmitido como un “falso vivo” a través de sus canales en la plataforma de YouTube y redes sociales, en el que el Presidente le habló a los mexicanos para decirles: “Todavía tengo Covid, pero ya los médicos me dicen que está pasando la etapa crítica, ahora me presento ante ustedes para que no haya rumores, malos entendidos; estoy bien, aunque todavía tengo que guardar reposo”.

Vestido con un abrigo color negro, corbata roja, camisa blanca y pantalón de vestir, el Presidente se ve caminando por uno de los salones del Palacio Nacional con gesto sonriente y da pasos lentos, en una caminata en la que se detiene cada cierto tiempo para tomar aire, mientras se le escucha con su característico hablar pausado y la mayor parte del tiempo grabado en una toma abierta, con un par de acercamientos a su cara, siempre de perfil o tres cuartos, donde se le ve algo cansado aunque nunca deja de sonreír. “Ahora me acicalé así como estoy para comunicarme con ustedes, pero no he estado así estos días, he portado otra ropa, eso sí, he estado trabajando, he estado muy pendiente de todos los asuntos públicos y muy pendiente en particular de la pandemia. Estamos procurando que continúe la misma estrategia y fortalecerla, que consiste desde el principio en que a nadie le falte una cama, que no falten médicos ni enfermeras y que no falten los medicamentos en los hospitales Covid. Afortunadamente no nos han rebasado las circunstancias y hemos podido atender a todos”, asegura el Presidente.

La reaparición pública de López Obrador, en la que agradece las muestras de apoyo de ciudadanos, políticos y adversarios, además de jefes de Estado, insiste en que también estuvo trabajando en el acopio de vacunas suficientes para todos los mexicanos y menciona las vacunas comprometidas con el presidente ruso, Vladimir Putin, y las de AstraZeneca de las que, además de las que se envasan en México, también traerán de la India unas 700 u 800 mil dosis de ese mismo laboratorio. Sobre los pedidos a Pfizer, asegura que a partir del 10 de febrero se reanudará la entrega de pedidos que fueron pospuestos por 1 millón 500 mil vacunas y que para el mismo mes de febrero tendremos también la vacuna china Cansino que ya terminaría su tercera fase de prueba para que, en ese mes, en total se tengan 6 millones de vacunas contra el Covid y para marzo 12 millones de dosis, con lo que, para finales de ese mes se tendría vacunados, con una primera dosis, a 15 millones de adultos mayores en el país.

Los 13 minutos que dura el video del Presidente fueron la respuesta de la Presidencia de la República ante el crecimiento de informaciones y análisis que cuestionaban el hermetismo con el que se había manejado la enfermedad presidencial y advertían del riesgo de incertidumbre o inestabilidad ante la ausencia de imágenes que mostraran el estado real de salud del mandatario. Horas antes de que reapareciera el Presidente, el subsecretario Hugo López Gatell lo había declarado “asintomático” y había hablado de su buen ánimo, mientras que el vocero presidencial, Jesús Ramírez Cuevas, reprochaba en un mensaje de Twitter a los medios y a los ciudadanos que especulaban sobre el estado de salud del Ejecutivo federal, acusándolos de “infodemia”, a pesar de la ausencia de reportes clínicos de los médicos que atienden al Presidente.

Después de ver la imagen del Presidente y su discurso de reaparición a los mexicanos es claro que los cinco días que estuvo ausente el mandatario no fueron para nada un tema casual ni obligado porque no pudiera aparecer en un video, sino que fue una estrategia así definida muy seguramente por el propio mandatario para medir y pulsar las reacciones que se generaban ante su ausencia de varios días. Fue, nos dice una fuente cercana de Palacio Nacional, una especie de sondeo y de pulso para observar las reacciones, tanto a favor del presidente, como de los medios y analistas y de sus adversarios políticos, una suerte de medición para saber, aún en medio de la enfermedad, que tan fuerte está la imagen y la figura del Presidente de cara al reto electoral que viene en junio próximo.

Y más allá de las conclusiones que saquen en Palacio Nacional de todo este episodio, cuando aún faltan 8 días de cuarentena y aislamiento presidencial, lo que dejó en claro López Obrador en su regreso a la escena pública a través de ese video, es que no habrá ningún cambio significativo a la estrategia que ha implementado su gobierno para combatir la pandemia del Covid en México, a pesar de las cifras desastrosas de muertes, contagios y saturación de hospitales públicos. De hecho, el Presidente, para variar, le corrigió la plana a su protegido Hugo López Gatell, quien el jueves por la noche había afirmado que “habrá cambios y ajustes a la estrategia nacional contra el Covid”, a partir de los resultados y las recomendaciones de médicos especialistas y científicos que pidieron rectificar las directrices y acciones para frenar el crecimiento galopante de la pandemia en el país. “Estamos procurando que continúe la misma estrategia y fortalecerla, que consiste desde el principio en que a nadie le falte una cama”, dijo el mandatario, justo cuando el Inegi acaba de reportar que la mayoría de los 156 mil  mexicanos que oficialmente han muerto por Covid, lo hicieron en sus casas y no en una cama de hospital.

Sin duda es buena noticia que el Presidente esté mejor y que haya superado, hasta ahora, la enfermedad de la mano de los médicos y los tratamientos que le suministraron. Lo que no parece tan buena noticia es que el AMLO que reapareció tras cinco días de audiencia, sigue con el mismo discurso doble y ambiguo en el que, por un lado insiste en que su estrategia para la pandemia seguirá bien por que ha funcionado, y por el otro habla de un país “más fraterno y sin odios, sin racismo, clasismo ni discriminación”, algo que no corresponde a lo que ha sido hasta ahora su discurso político de polarización y confrontación. Veremos si el López Obrador que sobreviva al Covid cambió en algo para corregir errores de su administración o si el coronavirus le hará también, como sus adversarios “los conservadores”, “lo que el viento a Juárez”.

NOTAS INDISCRETAS…

Cada vez son más las voces que desde el gobierno de la 4T se quejan del tortuguismo y la parálisis con los que actúa la Fiscalía General de la República que dirige don Alejandro Gertz Manero. A la voz del Presidente, que a principios de enero le hizo un llamado a la FGR para que ya avanzara en las investigaciones y la judicialización de casos emblemáticos de corrupción como el de Emilio Lozoya, se suman otros miembros del gabinete que se quejan de que, a pesar de las denuncias penales que presentan ante la Fiscalía sobre temas de corrupción o malversación de recursos públicos, éstas simplemente no avanzan. Ayer la secretaria de la Función Pública, Irma Eréndira Sandoval, nos comentaba en una entrevista en el noticiero “A la Una” que hacemos en radio, que su dependencia ha presentado hasta la fecha 200 denuncias penales contra servidores públicos de administraciones pasadas y del actual gobierno, por distintos delitos, pero que las carpetas no avanzan con la rapidez que debieran ni en la FGR ni en la Fiscalía Anticorrucpión, a cargo de la fiscal María de la Luz Mijangos, a pesar de que la SFP trabaja de manera coordinada con las dos instancias para dar seguimiento y aportar los elementos necesarios para las indagatorias judiciales. “Creo que también se debe exigir y presionar a esas instituciones (FGR y Fiscalía Anticorrupción) para que hagan lo que a ellos les corresponde, que es investigar las denuncias que presentamos sobre delitos cometidos por servidores públicos”, comentó la secretaria Sandoval, quien de paso se quejó también de las actuaciones del Tribunal Federal de Justicia Administrativa, en donde varios jueces y magistrados les han rechazado expedientes de denuncias, a pesar de que, según la funcionaria, “están bien armados y cuentan con todos los elementos”. Así que a Don Alejandro Gertz le están creciendo las voces y las presiones desde la 4T para que resuelva ya denuncias y judicialice expedientes…El secretario de Educación, Esteban Moctezuma, ya tiene listas las maletas y programado su viaje a Washington, para tomar posesión de la embajada mexicana dentro de dos semanas. Moctezuma ya concluyó la entrega a Delfina Gómez y en la SEP se comenta que, tras la partida del actual secretario, habrá una desbandada de colaboradores, subsecretarios, directores y personal de staff, que ya tienen listas sus renuncias ante la llegada del nuevo equipo de la secretaria que trae, dicen, a su gente de confianza. Veremos si tanto la gente de la secretaria, como ella, están a la altura de un despacho tan “grande”, en todos los sentidos, o si la que fuera la oficina de José Vasconcelos le queda grande a doña Delfina…A propósito de Moctezuma, una de las últimas cosas que firmará como secretario de Educación será el nombramiento del joven Carlos Brito Lavalle como nuevo director del Canal Once del Instituto Politécnico Nacional. La edad y la poca experiencia de este economista del ITAM ha desatado polémica y junto con la cercanía que el nuevo director tiene con su antecesor, el senador José Antonio Alvárez, ha hecho que se cuestione la decisión tomada desde la SEP. Ayer EL UNIVERSAL documentaba cómo al joven Carlos Brito le tomó dos años pasar de ser asistente a director general del principal canal público de televisión en el país. Incluso, una búsqueda efectuada por reporteros de esta casa editorial en el Registro Nacional de Profesiones, arrojó que no hay registro de su título como licenciado en Economía y Relaciones internacionales por el ITAM. Y mientras afuera se cuestiona el nombramiento, adentro del Canal Once, la llegada de Carlos Brito se interpreta como una estrategia del senador Alvárez Lima para cumplir con el encargo presidencial de que mantuviera el control y el orden del canal que se ha convertido en un efectivo medio de propaganda para la 4T, y de paso bloquear las aspiraciones del controvertido académico estadounidense, John Ackerman, quien buscaba quedarse como director a la salida del tlaxcalteca. Según la versión interna, cuando muere por Covid el senador de Tlaxcala, Joel Molina, quien era sustituto de Álvarez Lima, le piden a éste volver al Senado y ocupar el sitio dejado por el difunto ya que no iban a convocar a una extraordinaria, con lo que el Presidente le pide a José Antonio volver, pero dejando controlado el canal de cara a lo que viene, o sea las elecciones. En ese momento se veía a Ackerman como posible relevo, pero el pleito con la escritora Sabina Berman y la reacción en su contra de los grupos feministas, sumado al escándalo que se hizo en las redes sociales, hizo que el académico quedara descartado, lo que le facilitó las cosas al senador para dejar a su asistente y pupilo al frente del canal público. Ahora veremos si el joven director, que ya fue nombrado por la SEP y avalado por el IPN, convence tanto hacia afuera como hacia adentro, de que no llegó ahí por su cercanía con el senador y que tampoco es un representante de la consabida fórmula presidencial del 90% de honestidad y 10% de experiencia…Los dados mandan Escalera doble. Buen cierre de semana.

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