La alianza opositora y el ala empresarial
La estrategia que trazaron los aliancistas y los representantes de la iniciativa privada incluye una campaña intensa de golpeteo en contra de Morena y sus candidatos
En la concreción de la inédita alianza opositora que competirá en las elecciones de este año, la clave que logró vencer el histórico antagonismo entre el PRI y el PAN, sobre todo las resistencias más fuertes que venían del panismo, fue la participación y el financiamiento de los empresarios. Las pláticas y acercamientos para dar forma al bloque opositor tenían ya varios meses sin que hubiera habido grandes avances entre los líderes de los dos partidos, pero no fue sino hasta que Claudio X. González y un grupo de empresarios los convencieron de firmar el acuerdo de “Sí por México”, cuando empezó a tomar forma la coalición entre priistas y panistas a la que se sumó también el PRD.
Un aliciente que terminó de convencer a las dirigencias partidistas fue el compromiso de los empresarios de apoyar con recursos económicos a los candidatos de la alianza opositora en distritos estratégicos para la Cámara de Diputados, a fin de aumentar sus posibilidades de derrotar a Morena y al gobierno de López Obrador. Claudio X.
González juntó a un grupo de hombres de negocios, algunos de la CDMX y otros de Monterrey, que se comprometieron con los líderes del PRI y el PAN a que en aquellos distritos en donde haya ganado Morena en 2018 y en los que la suma de los tres partidos se le pueda ganar al partido oficial, los candidatos aliancistas recibirán 5 millones de pesos para apoyar su campaña.
De acuerdo con fuentes que participaron en las negociaciones de la alianza opositora y los empresarios, el apoyo económico ofrecido será selectivo y no para todos los candidatos de los cerca de 180 distritos federales en donde se estima que PRI-PAN y PRD postularán abanderados comunes. “Sólo los distritos en donde la alianza tenga posibilidades reales de ganarle a Morena, previo análisis de encuestas y ejercicios de prospectiva, recibirán el apoyo económico del empresariado que apoya a la coalición”, dijo la fuente.
En el resto de los distritos, en donde el PRI y el PAN tengan posibilidades de ganar solos no aplicará el acuerdo con los empresarios. Por ejemplo, en estados como Querétaro, donde hay dominio panista o en Hidalgo o Coahuila, donde el PRI tiene el control, el único financiamiento que recibirán los candidatos aliancistas será el que les den sus propios partidos, en el entendido de que son distritos “seguros” para la coalición opositora.
Lo que sí quedó establecido entre los dirigentes del PRI-PAN-PRD es que los tres partidos cederán algunas postulaciones en sus listas plurinominales para candidatos propuestos por el grupo de empresarios que respalda a la alianza, de tal modo que se garantice que algunos de los diputados de representación proporcional que lleguen a la próxima legislatura de la Cámara de Diputados representen las causas y banderas del empresariado.
La estrategia común que trazaron los aliancistas y los representantes de la iniciativa privada incluye una campaña intensa de golpeteo en contra de Morena y sus candidatos, además de cuestionamientos al gobierno de López Obrador, que se enfocará especialmente en los llamados “distritos estratégicos”, aquellos que se pretende arrebatar al partido gobernante para lograr el objetivo de romperle su mayoría parlamentaria. “Lo que se viene es una guerra en la que se utilizarán los medios de comunicación, las redes sociales y todos los foros disponibles para debilitar al gobierno y a su partido especialmente en aquellos distritos que ganaron en 2018 y que hoy les quieren arrebatar para evitar que vuelvan a tener la mayoría en San Lázaro”, comentó la fuente consultada.
Así es que aquel famoso “Bloque Amplio Opositor”, al que el presidente bautizó sarcásticamente como la BOA en junio del año pasado, con base en un dudoso documento que presentó en Palacio Nacional, tal vez entonces no existiera, pero finalmente la invocación presidencial se materializó y cobró forma en una alianza electoral que sí trae el respaldo de un grupo de empresarios que se van a jugar el todo por el todo en el 2021, con un solo objetivo en mente: arrebatarle a López Obrador y a su partido la mayoría legislativa como una condición necesaria para empezar a frenar su 4T y pensar en otros escenarios para el 2022 y el 2024.
NOTAS INDISCRETAS…
El nuevo embate del presidente López Obrador contra los órganos autónomos, en particular contra el INAI, hizo ayer que académicos, especialistas, periodistas y organizaciones civiles se activaran para rechazar la intención presidencial de desaparecer al instituto de transparencia bajo acusaciones falsas de que “ha ocultado información”. No es la primera vez que desde Palacio Nacional se ataca a este organismo bajo la lógica de que “cuesta mucho dinero” y que los temas de transparencia podría manejarlos el propio gobierno desde la Secretaría de la Función Pública. La realidad es que el INAI ha sufrido recortes presupuestales extremos y hoy funciona con menos de la mitad de los recursos que tenía al empezar este gobierno y aunque aún podría costar menos, lo cierto es que detrás del discurso de “austeridad” lo que se esconde es el interés del presidente por eliminar a otro órgano autónomo y concentrar el poder de la transparencia y el acceso a la información y protección de datos en su gobierno, un gobierno que por cierto no se ha caracterizado por su transparencia ni por su rendición de cuentas claras sobre los manejos presupuestales, el otorgamiento de contratos gubernamentales que casi en 70% de los casos son por asignación directa y no por licitación, y sobre todo porque no le exige ni obliga a sus dependencias a transparentar su información y a entregarla a cualquier ciudadano que lo solicite. Cuando López Obrador dice que se puede ahorrar el costo del INAI convirtiendo a la obligación constitucional de transparencia en un apéndice de la Función Pública que dirige Irma Eréndira Sandoval, lo que está proponiendo es desmantelar un logro ciudadano y una institución que ha sido clave para desvelar y documentar escándalos de corrupción tan emblemáticos como la Estafa Maestra, el saqueo del gobernador de Veracruz, Javier Duarte, los desvíos millonarios de Emilio Lozoya en Pemex, entre muchos otros reportajes e investigaciones periodísticas cuyo origen y sustento han sido las solicitudes de información y transparencia resueltas por el INAI. ¿Alguien de verdad cree que si Función Pública, es decir el mismo gobierno, controla las solicitudes de información y el acceso a los datos y documentos públicos, esos materiales serían entregados a periodistas o a cualquier ciudadano que lo solicite? Sólo un tonto o un fanático creería que eso realmente va a ocurrir. En esa categoría pone el presidente a todos los ciudadanos cuando amenaza con desaparecer al INAI por una falsa austeridad que realmente esconde la ambición de acumular más poder, arrebatándoselo a los ciudadanos… Quienes han visto o hablado recientemente con el secretario Esteban Moctezuma, aseguran que no lo ven del todo convencido ni cómodo con la idea de irse a Washington. Aunque el casi extitular de la SEP y futuro embajador es un político institucional y acatará la orden del presidente de irse a la representación diplomática más importante de México en el exterior, la realidad es que ese movimiento no es algo que estuviera en los planes de Moctezuma, quien se veía terminando el sexenio como titular de Educación y quizás, si las condiciones se le daban, pensando en un proyecto político propio rumbo al 2024. Pero ahora su inminente partida a la capital estadunidense le rompe ese esquema y aunque nadie duda que es una muy alta encomienda la que le asignó López Obrador, anhelada por decenas de diplomáticos de carrera del país, para Esteban Moctezuma será un enorme reto político, no tanto por su inexperiencia diplomática, que bien podría suplir con su innegable capacidad política, sino más bien porque no era algo que estuviera en su radar ni en sus planes y que ahora tendrá que enfrentar además en un momento particularmente complicado, por las constantes declaraciones y acciones del presidente López Obrador hacia el nuevo presidente Joe Biden. Así que, una vez que libre la aduana del beneplácito que tendrá que darle la administración Biden a partir del 20 de enero, veremos qué papel hace Moctezuma Barragán en Washington y si, con todo y la incomodidad que hoy le causa, eso lo acerca o de plano lo aleja del 2024… Los gobernadores priistas que tendrán elecciones el próximo 6 de junio están en este momento “bajo la lupa” de su dirigencia nacional. No son pocos los casos de mandatarios estatales del PRI que concluirán su mandato que, en su afán de cuidarse las espaldas, estén coqueteando con el presidente López Obrador y no quieran dar motivos para que los investiguen o señalen en el gobierno federal, para lo cual se hacen a un lado de la próxima elección o algunos incluso comprometen apoyo para los candidatos de Morena. Hay varios casos de estados donde hay desconfianza de una “traición al priismo” con tal de salvarse el pellejo, pero hay otros que, aunque han tenido una buena relación con el presidente y éste los ha tratado bien, no piensan rendir ni ceder la plaza sin darle la pelea con todo a la 4T. Uno de esos gobernadores, que piensa pelear la continuidad de su partido, nos dicen es Quirino Ordaz, de Sinaloa. El mandatario aparece como el priista mejor calificado en las encuestas y aunque ha hecho una cercana relación con el presidente y éste lo ha visitado en varias ocasiones, en el Palacio de Gobierno de Culiacán sostienen que no tienen “ninguna alianza oculta y mucho menos apoyo hacia Morena y la 4T”. Por el contrario, afirma una fuente muy cercana al gobernador, “sin violentar las leyes electorales se va a buscar una ratificación del PRI en el estado a partir de la obra del actual gobierno”. Veremos si en Sinaloa pueden contener el avance morenista que, por lo pronto terminó dividido y fracturado tras un largo y desaseado proceso para postular al candidato Rubén Rocha Moya, tanto que hoy las encuestas ponen al candidato morenista muy cerca de los posibles candidatos del PRI y de la alianza opositora, entre los que se menciona a Jesús Valdés Palazuelos, líder priista en el estado y al senador Mario Zamora Gastelum. Veremos pues en que estados el PRI da la pelea, de la mano del PAN, en cuáles puede pelear solo y en cuales se hace realidad el tan negado PRI-Mor y los gobernadores se rinden ante el inquilino de Palacio… Los dados mandan Serpiente Doble. Empiezan los altibajos del 2021.