La corrupción y el narco sacuden a México

Raúl Rodríguez Cortés

La secuencia de hechos y acusaciones recientes es un remolino:

La secuencia de hechos y acusaciones recientes es un remolino:

1. El presidente Peña Nieto estuvo en Chiapas el lunes 7 de agosto. Como parte de sus actividades recorrió en lancha el Cañón del Sumidero. Se tomó una foto acompañado por el gobernador Manuel Velasco y por el cantante grupero Julión Álvarez, que subió a Instagram. En Facebook, publicó el video correspondiente.

2. El martes 8 de agosto, el PRI adelantó en Campeche su decisión de abrir “candados” para permitir una candidatura presidencial ciudadana. El externo directamente beneficiado es José Antonio Meade quien, como se sabe, no es militante del tricolor.

3. Un día después, el miércoles 9 de agosto, en una conferencia de prensa convocada por la embajada de EU en México, el Departamento del Tesoro acusó al cantante Julión Álvarez y al futbolista Rafael Márquez de ser prestanombres del narcotraficante Raúl Flores Hernández, detenido en Zapopan el 20 de julio anterior. Les congeló sus cuentas.

4. El mismo miércoles, la foto de Peña Nieto y Julión fue bajada de Instagram, pero los “pantallazos” siguieron circulando en las redes sociales y el video quedó en Facebook para la posteridad.

5. El domingo 13 de agosto, el diario brasileño O Globo, publicó parte de la declaración juramentada de Luis Alberto de Meneses Weyll, ex director de Odebrecht México, en prisión por el escándalo de corrupción de la constructora brasileña, en la que asegura que pagó sobornos por 10 millones de dólares al ex director de Pemex, Emilio Lozoya, para obtener contratos de obra. Las “propinas”, término utilizado por el rotativo brasileño, se habrían pagado entre 2012 y 2016. Las primeras en abril de 2012, en plena campaña presidencial de Peña Nieto, en la que Lozoya operaba como coordinador de asuntos internacionales. El declarante asegura que en esos días Lozoya le recomendó asociarse con la compañía Construcciones Industriales Tapia, que en 2013 obtuvo junto con Odebrecht el contrato de remodelación de la refinería de Tula, cuando Lozoya ya era director de Pemex.

6. También el domingo, la revista Proceso publicó un reportaje especial realizado por Quinto Elemento Lab (parte de la Red de Investigaciones Periodísticas Estructuradas) en el que reproduce parte de las declaraciones del citado De Menses Weyll y de otros ex directivos de Odebrecht (Luiz Mameri y Heriberto Da Silva). Todos sus señalamientos involucran también al ex director de Pemex.

7. Ese mismo día, Mexicanos contra la Corrupción dio a conocer nombres y cantidades de las transferencias a empresas que, según los declarantes, están relacionadas con Lozoya. Refiere, entre otros datos, que los depósitos fueron enviados desde la cuenta 244006 del Meinl Bank, ubicado en la isla caribeña de Antigua, a nombre de la compañía fachada Innovation Research Engineering and Development LTD, que era utilizada por Odebrecht para el pago de sobornos a políticos latinoamericanos. Y, coincidencia o no, esa misma cuenta había sido utilizada entre octubre de 2010 y febrero de 2011 para transferir casi un millón de dólares a una compañía fantasma establecida en Poza Rica y de nombre Blunderbuus Company S.A. de C.V., detrás de la cual operó una red de prestanombres vinculada al gobierno veracruzano cuando fue encabezado por Javier Duarte.

8. Lozoya respondió el lunes 14 de agosto a través de Twitter y de su abogado Javier Coello Trejo que se trataba de falsedades proferidas por delincuentes confesos que dicen cualquier cosa con tal de que les rebajen la condena.

9. Ese mismo día, la PGR fijó su posición en un largo comunicado, donde no aparece el nombre de Lozoya, y en el que reitera que la Fiscalía de Brasil ha pospuesto en repetidas ocasiones las fechas establecidas para entregarle información del caso.

Y 10. La PGR informó ayer, martes 15 de agosto, que citó al ex director de Pemex para que comparezca mañana jueves, mientras que Morena presentó ante esa instancia una denuncia de hechos contra Lozoya, en la que adjunta un documento, con fecha 4 de abril de este año, en el que queda claro que la Fiscalía de Brasil notificó a la PGR el presunto involucramiento del ex funcionario.

¿Están relacionados todos estos hechos? Por lo menos tienen un denominador común: la corrupción que ha carcomido al sistema político y al gobierno. De esa debilidad saca raja el gobierno de Estados Unidos. Golpea a Peña Nieto y humilla al país con el mensaje “tengo estos nombres y tengo más”. Y lo hace exactamente cuando empieza hoy la renegociación del TLCAN y ya muy cerca del arranque en septiembre de la sucesión presidencial de 2018.

De cara a ese proceso político, casos como el de Odebrecht ratifican la certeza nacional del financiamiento ilegal de las campañas políticas priístas por parte de grandes contratistas transnacionales, como también ha sido el caso de la española OHL; y del omnipresente fantasma de la impunidad con una PGR, hasta ahora omisa, encabezada por un hombre, Raúl Cervantes, que fue parte, junto con Lozoya, del equipo de campaña de Peña Nieto.

Para quienes son priístas debe ser una vergüenza que no tengan a un militante lo suficientemente limpio para aspirar a la primera magistratura y que deban abrir la posibilidad de recurrir a un externo, no militante.

Los tiempos obligan, dijo el actual dirigente Enrique Ochoa (quien en determinado momento renegó de esa militancia), a abrirse a la ciudadanía. La pregunta es ¿quiere la ciudadanía abrirse con el PRI? Brozo bromea: “Traerán de afuera a alguien, aunque sea honesto”. Y ese alguien, si llega a ser Meade, es en realidad una hechura política del panismo de Felipe Calderón. Él lo nombró secretario de Estado por primera vez, lo que sugiere que el ex presidente tendría dos candidatos: el ciudadano avalado por el PRI y su esposa, Margarita Zavala, si es que se le alinean los astros en su partido.

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