La extraña normativa de salud en el Covid

Salvador García Soto

Al subsecretario Hugo López-Gatell le preguntaron el martes por la noche en su conferencia diaria sobre las investigaciones periodísticas y los cuestionamientos de especialistas sobre el subregistro que maneja en sus cifras tanto de muertos como de contagiados de Covid 19 en el país. “Pues es un tema ya muy trillado. Seguirá saliendo… no es información nueva, hemos explicado y creo que demasiadas veces cómo funciona la vigilancia epidemiológica, cuál es el uso de la vigilancia de reconocimiento de casos, de laboratorio, de desenlaces clínicos, en casos sospechosos y casos confirmados, y cuál es la vigilancia de la ocupación hospitalaria”.​

Justo cuando el encargado nacional de la pandemia de coronavirus decía eso, una investigación de Mexicanos contra la Corrupción, que contabilizó las actas de defunción en la Ciudad de México entre el 8 de marzo y el 12 de mayo de este año, encontró 4,577 actas en las que se menciona como caso de fallecimiento la palabra Covid, Coronavirus o SARS-COV2, ya sea como causa confirmado o probable. La cifra es casi tres veces mayor a la que reporta oficialmente la Secretaría de Salud Federal, que el martes informaba de 1,197 decesos por Covid en la capital del país. El subregistro fue reconocido incluso por la Jefa de Gobierno, Claudia Sheinbaum, quien dijo que sí existen esas actas, que son parte de los “casos pendientes” y que se creará un Comité para analizarlas y contabilizarlas y que se informará a la población del numero real que resulte.​

También con el mismo tema “muy trillado”, el infectólogo Alejandro Macías, quien fuera parte del equipo que combatió la pandemia de influenza H1N1 en 2009, insistía ayer en un tuit: “Covid-19 la cifra de muertos que reporta el gobierno no corresponde a la real, que debe ser sustancialmente mayor. Incluso cuando dictaminen los casos pendientes habrá una subestimación. La mejor cifra será la que arroje la ‘muerte en exceso’ al comparar con años anteriores”, sugería el también miembro del Sistema Nacional de Investigadores.​

Es entendible que al doctor López-Gatell ya le dé flojera volver a hablar de las dudas y cuestionamientos que despiertan sus cifras y sus modelos de estadística y medición de esta pandemia; han sido tan cuestionados dentro y fuera de México y él habla tanto y todos los días en sus largas conferencias y en entrevistas con tantos medios, que ya no debe ser fácil para él estar repitiendo las mismas explicaciones sofistas que por más que repite no terminan de aclarar las enormes dudas y desconfianza que existen sobre los registros y datos oficiales del gobierno en torno al tamaño real del impacto del Covid-19 en la salud y muerte de los mexicanos.​

Y si en las cifras de muertos hay dudas fundadas de ocultamiento y subregistro, en los contagios el tema no es diferente. Ya varios gobernadores, empezando por los morenistas Jaime Bonilla y Miguel Barbosa, hicieron pública su desconfianza y su incredulidad de las cifras de contagios que maneja el subsecretario de Salud y su equipo porque no coinciden con los casos que ellos comprueban y reportan al gobierno federal; y ahí también las explicaciones que ha dado López-Gatell sobre los tiempos que tardan en mandar la información sus unidades epidemiológicas y demás pretextos no han dejado claro el porqué de la diferencia entre lo que documentan con pruebas y reportan los sistemas de salud estatal y lo que registra y reporta Salud Federal.​

En Mérida, Yucatán, acaba de suceder un caso que desnuda cómo las “directrices del gobierno federal” sí favorecen el subregistro de casos probados de contagio en los estados. El martes 19 de mayo la Secretaría de Salud estatal y el Ayuntamiento de Mérida hicieron un operativo conjunto para realizar pruebas aleatorias a los locatarios de los mercados de San Benito y Lucas de Gálvez, los más grandes de la ciudad, para detectar casos de personas contagiadas que aún sin presentar síntomas pueden contagiar a otros locatarios o a los clientes. En esos mercados había abiertos solo 250 locales esenciales, de más de 2,300 que existen. Hicieron 119 pruebas y casi la mitad de dieron positivo a Covid-19 confirmando 47 locatarios positivos, que fueron reportados de inmediato al gobierno federal.​

Lo extraño vino cuando, por la noche, en el corte de ese mismo martes de la Secretaría de Salud, encabezado por el propio López Gatell, no se contabilizaron en las cifras nacionales ni en las de Yucatán, donde solo hablaron de 5 nuevos contagios. Cuando se pidió una explicación de por qué en Salud federal no habían registrado los otros 42 contagios, los encargados estatales de la pandemia explicaron que “sólo 5 casos pueden explicarse en la Plataforma Nacional debido a que así lo establecen las directrices del gobierno, por los que los 42 casos restantes, por normatividad, no son incluidos dentro de la estadística”. Aún así el gobierno estatal los incluyó en su reporte local en un apartado especial por transparencia.​

Sería bueno que el doctor Gatell explicara, si es que no le parece “muy trillado”, por qué razón se limita a los estados a reportar sólo cierto número de casos de contagios probados en la Plataforma Nacional y no los que realmente tienen comprobados. ¿Será que por mucho que explica y explica el subsecretario en sus largas alocuciones diarias, no está diciéndonos realmente de qué tamaño son los contagios y las muertes por Covid-19 en México? ¿Así pretenden que volvamos a salir sin conocer realmente dónde están las personas contagiadas sean o no sintomáticas? ​

​NOTAS INDISCRETAS…

Mientras el presidente López Obrador se comparaba con Adolfo López Mateos, en su cruzada por volver a hacer de la emproblemada CFE la gran empresa casi monopólica del sector eléctrico y la secretaria Rocío Nahle seguía envuelta en la bandera de la autosuficiencia energética, el jurídico del Cenace que dirige Marcos Flores pareció doblar las manos y aceptaba como definitiva la suspensión provisional que otorgaron los jueces a 23 amparos interpuestos por las empresas de energías renovables. Al menos así interpretaron los juristas la decisión de permitir las pruebas en las plantas eólicas y solares que habían sido suspendidas y cerradas al emitirse el decreto. ¿Será que el Poder Judicial va a despertar al presidente de su sueño de ser como López Mateos?... En la Secretaría de Salud muchos se preguntan cuándo el secretario Jorge Alcocer va a hacer pública la información de las generosas donaciones que han mandado a México empresas trasnacionales como Huawei, Sanofi y Lego, entre otras. No se saben ni cantidades de dinero ni equipo que donaron esas compañías y de las que se ha encargado la coordinadora de Vinculación y Participación Social, Mónica Mieres, quien ha recibido a los altos directivos de las empresas. En ninguna mañanera se ha hablado de esas donaciones ni de cuánto dinero o insumos ha recibido el sector Salud de las compañías extranjeras. Sería bueno que alguien le preguntara al presidente o al secretario Alcocer que, como pasa de noche en sus temas, está muy calladito con las donaciones millonarias…Los dados mandan Serpiente doble. Caída libre. ​

Comentarios