¿Normalizar la violencia?

EL UNIVERSAL

Lo peor que se puede hacer ante la violencia que registran algunas zonas en el país es aprender a “vivir” con ella y modificar patrones de conducta en la población mientras la autoridad se muestra poco competente para contener los actos fuera de la ley.

Al menos cinco de los 10 puntos que contienen los “Protocolos de seguridad para los centros educativos federales de Educación Media Superior” caen en el anterior supuesto y recomiendan qué hacer frente a casos vinculados con la delincuencia. Así, los alumnos de bachilleratos federales de todo el país, deberán aprender y estar preparados para reaccionar ante balaceras, enfrentamientos entre grupos criminales u operativos de las fuerzas federales que ocurran dentro o cerca de sus planteles.

Lo que desde 2010 se venía haciendo en escuelas de educación básica por la situación de violencia, ahora se replicará en los diferentes sistemas de bachillerato dependientes de la Secretaría de Educación Pública en “prácticamente todo el país”.

Es comprensible que se emitan guías de acción en caso de que ocurran hechos fortuitos como accidentes en viajes escolares, lesiones en el plantel o incluso casos de bullying, pero las recomendaciones para resguardarse de la violencia son únicamente medidas de reacción; el potencial que tienen los centros de enseñanza para sembrar acciones de prevención se desaprovecha de manera total.

El nivel escolar al que está dirigido el protocolo es el que mayor número de deserción registra en el sistema educativo. Así como se proponen medidas de seguridad, también debería adoptarse un esquema para retener a todos los alumnos en las aulas, además de difundir la importancia de que México se convierta en un país en el que esté vigente de manera plena el Estado de derecho. Jóvenes que han dejado los estudios se vuelven el el principal blanco de grupos delictivos que se encuentran en busca de reclutas.

El objetivo que se plantea el protocolo es “sistematizar, fortalecer y ampliar las capacidades de las escuelas para hacer frente a distintas problemáticas”. Lo que hace falta es destacar que las recomendaciones deben ser consideradas por alumnos y profesores como estrictamente eventuales, pues el futuro para el país no será nada halagador si se resigna a acostumbrarse a los hechos de violencia, en lugar de trabajar en las escuelas para modificar la realidad.

Comentarios