Incertidumbre sobre continuidad de Zona Económica Especial en el Istmo

Ante la posibilidad de que naufrague la ZEE de Salina Cruz, empresarios señalan ventajas del plan de AMLO para el Istmo

Foto: Archivo / EL UNIVERSAL
Especiales 01/04/2019 12:06 Alberto López Morales / Corresponsal Salina Cruz, Oaxaca Actualizada 13:50

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En la última semana de octubre de 2018, invitado por la Cámara Nacional de Comercio (Canaco) de Salina Cruz, el entonces titular de la Autoridad Federal para el Desarrollo de las Zonas Económicas Especiales (AFDZEE), Gerardo Gutiérrez Candiani, afirmó que a largo plazo la ZEE de este puerto atraería inversiones por 2 mil 500 millones de dólares y generaría  poco más de 51 mil empleos directos en la región.

“No hay que crear fantasías. Primero el gobierno le debe explicar a los pobladores de los municipios aledaños de Salina Cruz, como Tehuantepec, San Blas, Juchitán e Ixtepec, que no van a recibir los beneficios fiscales de la ZEE y  por qué el polígono que originalmente era de 4 mil hectáreas se redujo a 57 hectáreas”, le respondió el dirigente de los pescadores de Oaxaca, Anselmo López Villalobos.

Cinco meses después de ese encuentro, ni la ZEE de Salina Cruz y ni las otras seis del país  tiene su continuidad garantizada, pues el actual jefe de la Autoridad Federal para el Desarrollo de las ZEE, Rafael Marín Mollinedo, dijo en días pasados que se analiza su viabilidad, pues el gobierno federal pretende concentrar todos los esfuerzos y recursos en el Plan de Desarrollo del Istmo de Tehuntepec.

Agregó que será en dos meses cuando se informe si desaparecerán o se continuará con el impulso a los polígonos ubicados en Coatzacoalcos, Lázaro Cárdenas-La Unión, Puerto Chiapas, Salina Cruz, Puerto Progreso, Tabasco y Campeche, pese a que  existen al menos  86 proyectos interesados, que representan una inversión de 8 mil 234 millones de dólares.

¿Otro fracaso?

La Zona Económica Especial de Salina Cruz nació el 19 de diciembre de 2017, cuando  se publicó su declaratoria en el Diario Oficial de la Federación (DOF) y “cuyo objetivo esencial es abatir  la desigualdad  y  cerrar las brechas de desarrollo en el estado de Oaxaca”,   donde, de acuerdo con cifras de la Secretaría de Hacienda  y del Consejo Nacional de Evaluación de la Política de Desarrollo Social (Coneval), predomina la pobreza extrema, hay tasas de crecimiento muy bajas y sólo se contribuye con 1.65% del Producto Interno Bruto (PIB) nacional.

Según la declaratoria, las autoridades identificaron que  “los sectores con potencial de desarrollo” eran la  agroindustria, el eléctrico/electrónico, maquinaria y equipo, metalmecánica y    textil. Estos sectores, aseguró Gutiérrez Candiani a fines de 2018,  ya habían despertado el interés de   13 empresas nacionales e internacionales por invertir en la ZEE de Oaxaca. 

La inversión conjunta de estas empresas se proyectaba en  575 millones de dólares  y  un millar de empleos directos. A un año y tres meses desde que se publicó la declaratoria de la ZEE de Salina Cruz, la llegada de estas  inversiones está estancada e incluso,  no se ha creado el Consejo Técnico encargado  de darle seguimiento.

No es el único rezago. De acuerdo con el empresario naviero, Mario Ramón Cisneros Lazarillo, aunque el  polígono de 57 hectáreas de la ZEE ya está a disposición del gobierno federal, la extensión de tierra no tiene nada. Ni infraestructura, como agua potable, drenaje o  electrificación. Tampoco hay certeza sobre las  inversiones anunciadas.

Lo anterior pese a que Gutiérrez Candiani aseguró a EL UNIVERSAL antes de la firma presidencial  del decreto, que una vez que su publicara formalmente la ZEE de Salina Cruz las empresas podrían comenzar a realizar las licitaciones y así “reactivar la economía de la región”.

Este retraso sumado a los anuncios del gobierno federal  hace pensar a empresarios, como Fidel Contreras, hotelero  propuesto para formar parte de la secretaría técnica de la ZEE, que el proyecto naufragará. Se dice decepcionado porque parece que la ZEE va a repetir la historia de fracasos que se dieron con los proyectos fallidos del Plan Alfa Omega, Servicio Multimodal Transístmico y Plan Puebla Panamá, que fueron los diferentes nombres que le asignaron al propósito de desarrollar integralmente al Istmo de Tehuantepec.

Plan de nuevo gobierno, más ambicioso

Anselmo López Villalobos, Fidel Contreras y Cisneros Lazarillo coinciden que  es fundamental  que la ZEE se adecúe al programa de desarrollo del Istmo, donde se contempla la aplicación de una amplia zona franca con estímulos fiscales, la ampliación de los puertos de Coatzacoalcos, Veracruz, y Salina Cruz, Oaxaca, así como la modernización de la ruta del Tren Transístmico. Además, se contempla  la instalación de plantas manufactureras en el corredor interoceánico.

Los empresarios porteños consideran que habría mejores condiciones competitivas con el Programa de Desarrollo del Istmo, proyecto estratégico del presidente Andrés Manuel López Obrador, frente  a  la ZEE  de Salina Cruz, tal y como fue concebida  en el gobierno de Enrique Peña Nieto.

Entre las ventajas principales destacan el compromiso del Presidente de declarar  zona libre de impuestos a 33 municipios del Istmo de Tehuantepec, así como la construcción de un nuevo puerto comercial en Salinas del Marqués, localidad que pertenece a Salina Cruz.

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