La herencia de los abuelos está más viva que nunca. Como un antídoto contra el olvido y el adiós a la memoria histórica, el colectivo Énle Nimaná (lengua del corazón) realiza talleres de lengua, escritura y silbido mazateco en la Ciudad de México, donde los hombres y las mujeres “del ombligo” son el cuarto grupo étnico con mayor presencia.

Originarios de diversos municipios de la Sierra Mazateca, en la región Cañada —o con raíces en ella—, los integrantes y colaboradores  del colectivo recuperan en la capital del país el sentido comunitario de las poblaciones oaxaqueñas. Entre todos van a la faena.

Desde fotógrafos, artistas plásticos y compositores, hasta traductores, lingüistas, antropólogos y gestores culturales, cada uno contribuye con una semilla de maíz para hacer florecer el terreno y dignificar una cultura que está viva.

Actualmente, Énle Nimaná realiza un curso de lengua y escritura mazateca, que imparte en la capital del país, del 30 de julio al 8 de agosto, la antropóloga Verónica Martínez Pulido, originaria de  El Mirador,   Santa María Chilchotla.

El próximo sábado se impartirá un taller de silbido, que es parte de la identidad mazateca y una de las principales formas de comunicación en las comunidades serranas. A cargo estará el maestro en Lingüística Indoamericana, Eloy García García, oriundo de Río Santiago,  Huautla de Jiménez.

Para el mes que inicia se realizarán otras actividades, como un taller de bordado, intervenciones gráficas y un encuentro de mazatecos en la ciudad; la idea es construir comunidad.

Énna [nuestra palabra].   Para Verónica Martínez, la enseñanza de la lengua es un acto de resistencia. A través del habla, explica, es como se rompen los esquemas actuales que dictan, por ejemplo, que quien desee acceder a su derecho a la educación esté obligado a hablar español.

—Nos están llevando al olvido y al adiós de nuestra memoria histórica como pueblos indígenas, el camino para contrarrestar esos efectos negativos  es la oralidad, dice la antropóloga.

 Originaria de la Cuna de los Chaxo’ó (hombres del hombligo), Verónica diseñó el curso que se imparte en La Casa del hijo del Ahuizote, localizada detrás del Templo Mayor, en la calle República de Colombia, del Centro Histórico de la Ciudad de México.

   La metodología empleada, explica, es del tipo  comunicativo-funcional y es fruto de su trabajo y formación en  el Instituto Nacional de Lenguas Indígenas (INALI) y en la Universidad Pedagógica Nacional (UPN). De este modo el nivel de comprensión y expresión del mazateco se podía medir de forma similar a los estándares del marco común europeo.

—Este taller sería un tipo A1 (...) sabemos que acudirán hablantes y no hablantes de la lengua: población que desde hace años  migró a la ciudad o sus hijos. Para los primeros, nuestro objetivo    es concientizarlos en el valor real del mazateco, que sepan que no es malo hablar el idioma de nuestros abuelos,  por el contrario, es parte de nuestra cultura e identidad.

Por otro lado, destaca la especialista, en el ámbito de la escritura de la lengua es importante tener en cuenta que ésta no es un camino para la revitalización del mazateco, ya que en la vida real y   en las comunidades, la oralidad es la que ha permitido la permanencia.

—La escritura del mazateco es más por una cuestión de prestigio y presencia en la actualidad, además  es una necesidad que surge de los derechos lingüisticos. La oralidad no puede ser desplazada, explica. 

 

Xabasen [trabajo colectivo]. Hasta ahora, los esfuerzos de Énle Nimaná han dado fruto en proyectos como Retorno al Origen, un programa de cultura comunitaria que,  a través de exposiciones itinerantes, busca difundir en los diversos municipios de la Cañada  la forma en que el pensamiento indígena mazateco influyó en la filosofía  de los hermanos Flores Magón.

En el colectivo, el trabajo se hace desde la cosmovisión de las diversas comunidades mazatecas,  sin importar su variante lingüistica o división geopolítica de sus lugares de origen: “Una comunión entre todos, como lo hacían los abuelos”, afirma Verónica Martínez.

—Las actividades que tenemos programadas a corto plazo en la Ciudad de México son un taller de rap mazateco, cinema mazateco, jornadas contra la discriminación, intervenciones gráficas en la calle y el Encuentro Mazateco 2019, explica  Janeth González Cerqueda, licenciada en Gestión Cultural y uno de los pilares de  Énle Nimaná.

La importancia de estas actividades reside, sobre todo,  en que hombres y mujeres mazatecos pueden ejercer su derecho a la cultura y la comunicación en su lengua materna, sin importar si están o no en sus comunidades. Es una lucha contra la discriminación  de quienes pertenecen a comunidades indígenas y un grito potente de que “¡estamos vivos!”.

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