Santa María Peñoles, la precariedad en arraigo

A toda prisa, dejando marcas de sus huaraches de cuero en la tierra, Heraclio Gaytán recorre el camino para llegar a la carretera, donde espera que un autobús lo traslade a la capital del estado; le toma 40 minutos llegar a donde le hace parada. Debe hacerlo a las seis de la mañana, la única hora en la que el transporte público pasa por ahí. Tras pagar 40 pesos se dirige a la central de abasto, donde trabaja como diablero, lleva ahí algunos meses, el empleo en el que incursiona, ante la falta de oportunidades  en su comunidad.

Ganar una miseria

Heraclio, quien fuera jefe de cocina en un restaurante de Pittsburg,  Estados Unidos, a ocho años de su regreso a Santa María Peñoles se las arregla para conseguir empleo en bodegas de fruta;  tras 15 días de trabajo, que equivalen a ganar mil pesos, vuelve a su comunidad. Él y su familia forman parte de la estadística del Consejo Nacional de Evaluación de la Política de Desarrollo Social (Coneval), que indica que en los últimos ocho años, 3.9 millones de mexicanos se sumaron a la pobreza; 45% de ellos son de estados como Oaxaca.

Su estilo de vida es similar al de los hombres en edad productiva que habitan este municipio de los Valles Centrales. El presidente municipal, Ismael Ramírez Santiago, apunta que los 7 mil 500 habitantes  viven en condiciones de pobreza;  80% de las casas  tienen energía eléctrica, obtienen agua potable  de manantiales y riachuelos, pero el servicio de drenaje no llegará: por la distribución de las casas en cerros, el proyecto no es viable.

Las familias siembran maíz, frijol, nopal y quelite, alimentos de los que se compone su dieta diaria. El edil lamenta que, a pesar de la cercanía de Peñoles con la capital, las condiciones de vida sean precarias y prevalezca  la falta de empleo.

Antes, las familias se dedicaban a la tala de árboles para obtener leña y venderla. Hace unos seis años, la Procuraduría Federal de Protección al Ambiente (Profepa)  prohibió la actividad, ante el eminente deterioro del ecosistema en la zona, pues a decir del munícipe, nunca se creó una cultura de reforestación. La disposición impactó directamente en la economía de las familias de Peñoles.

“Nunca nos dijeron por qué ya no nos iban a dejar cortar leña... no nos iba bien pero, por lo menos, teníamos un lugar seguro, sin tener que irnos, sin tener que dejar a nuestras familias”, comenta Heraclio.

Sin un trabajo fijo, apunta el edil, la pobreza recrudeció. Aumentó la migración y también la cantidad de familias que viven sólo con lo que bimestralmente les entrega el gobierno federal a través de los programas  de la Secretaría de Desarrollo Social (Sedesol). Las mujeres reciben 950 pesos cada dos meses, mientras que los adultos mayores cobran mil 100 pesos en el mismo periodo, dinero con el que se mantienen familias de más de cinco integrantes.

Al respecto, el Coneval apunta que Oaxaca es uno de los estados donde hay más beneficiarios de los programas de inclusión social; sin embargo, estos no han aminorado los índices de pobreza.

A la situación se suma el bajo nivel académico. El municipio cuenta con escuelas primarias, secundarias y dos bachilleratos. El presidente municipal precisa que los problemas económicos propician que un 20% de los inscritos al nivel medio superior culminen su educación.

Pese a que cada agencia tiene una casa de salud, en todo el municipio sólo hay tres médicos que laboran únicamente de lunes a viernes y descansan en periodos vacacionales.

Merced Rojas, la enfermera que desde hace 28 años presta servicio en la clínica IMSS Prospera de la cabecera municipal, puntualiza que diariamente se otorgan 40 consultas, en su mayoría a pacientes con enfermedades respiratorias y mujeres embarazadas.

Faltan médicos

El Coneval detalla en su informe reciente que el sector salud ha registrado avances en la cobertura. Sin embargo, en Oaxaca los niveles de atención obstétrica profesional son bajos, y se sitúan en un rango de 88%.

El Instituto Mexicano del Seguro Social (IMSS) ha rechazado la solicitud del ayuntamiento de Peñoles de contratar un médico y una enfermera más para la clínica. Problemas como desnutrición, complicaciones obstétricas, violencia intrafamiliar, agresiones sexuales y atención pediátrica se atienden con lo que hay.

El presidente municipal complementa que, ante las carencias, los casos de emergencia son canalizados al Hospital Civil; no obstante, si  hay sobrecupo, los pacientes son llevados al Hospital de Tlacolula de Matamoros; el traslado toma más de una hora, en una de las dos ambulancias que posee el municipio; sin embargo, en época de lluvia,  deslaves y el  mal estado de los caminos hacen intransitables las carreteras.

La enfermera indica que hay avances en temas como planificación familiar, pues se ha registrado una disminución de integrantes en las nuevas familias; 200 mujeres de la localidad en edad reproductiva, de un total de  mil 600 que reciben atención médica, usan métodos anticonceptivos.

Pero, pese a ello, la pobreza y las enfermedades no se van. Por el contrario, se arraigan y aumentan.