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“Yo puse lo de mis tarjetas, pero no me alcanzó, así que al final los de la organización llevan pagando la mano de obra desde hace tres semanas porque ya no podía, todo mis ahorros lo invertí. Al final, tengo otra vez mi casa”, explica la mujer de 75 años.
Después de un largo proceso de verificación y diagnóstico se logró que las más de 40 viviendas tradicionales istmeñas en manos de la organización se reforzaran y fueran resistentes a los sismos de la zona.
“Las constructoras trajeron modelos de viviendas sin tomar en cuenta la cultura y el clima, crearon viviendas rápidas; para ellos es negocio. Nosotros llevamos todo un proceso social, involucramos a la gente, capacitamos a los albañiles para rescatar paredes, al final construimos casas adecuadas a la zona”, detalló Hasting.

Lo primero que dice Gonzalo Hernández Santiago cuando se le pregunta qué opina de su nueva casa construida por la empresa Carson es: “Valió la pena la espera”. Este habitante de la Primera Sección de Juchitán esperó el mismo tiempo que Tomasa, casi ocho meses, para tener una nueva vivienda, aunque la suya es opuesta a las casas tradicionales.
Sobre el predio de tierra se alza la casa color naranja que tuvo un costo de 100 mil pesos, Gonzalo puso los fondos de las tarjetas del Fonden.
La construcción duró tres meses y durante ese tiempo Gonzalo no se preocupó por nada, ni conseguir albañiles, ni los materiales, él sólo observó y esperó. Este comerciante de comida considera que fue la mejor decisión que tomó, su nueva casa está mejor distribuida.
La vivienda, parecida a las de interés social, es más pequeña que su vieja casa tradicional de ladrillo, la que el terremoto del 7 de septiembre tiró. Gonzalo no le pone ningún “pero” a su nueva casa, aunque por lo pequeño y el cemento tendrá más calor, aun así ya tiene un techo donde resguardarse ahora que las lluvias llegaron algo adelantadas.
“Valió la pena esperar, la mera verdad. Porque no hubiera logrado construir aunque sea una casa pequeña, como le pasó a muchos, los 120 mil no les alcanzó para nada, a mí hasta me sobró 20 mil y además me van a regalar una estufa y un refrigerador “, dijo contentó Gonzalo.