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Víctor y Margarita son los primeros estudiantes mayores de 70 años de edad que atiende este sistema educativo en la región de la Cuenca, al norte de Oaxaca, informó el responsable del CEA 4, Óscar Pineda Alvarado.
Para Víctor Nicolás Brigido, de 78 años de edad, su vida se reduce a los libros. Nada es más importante que aprender, afirma este hombre que de niño sólo pudo cursar el primer año de primaria para después dedicarse a las labores del campo, a fin de ayudar a sus padres a alimentar al resto de sus hermanos.
A esta edad Víctor, quien nunca se casó o tuvo hijos, no ha dejado la siembra de maíz y frijol, así como la crianza de cerditos, de los cuales de vez en cuando obtiene ingresos.
Si no estudia le duele el pecho, siente como un vacío que le roba el aliento, describe el hombre con su español a medias, pues su lengua madre es el chinanteco.
Con sombrero, bien uniformado y paso firme que muestran una vida sin achaques, Víctor llega a sus clases cada jueves sin falta. Su gusto por las materias no tiene distinción, lo mismo le gustan las Matemáticas, que las Ciencias Sociales; también disfruta de la Biología, la Filosofía y Computación.
“En mi comunidad la gente dice que no hay tiempo para estudiar y se burlan. Pero yo digo que cuando uno muera se va a llevar sus conocimientos, yo quiero eso”, confiesa el estudiante más longevo del CEA.

Margarita Bravo Carrera es estudiante del segundo semestre en el CEA 4. Su posición académica le da risa, pues nunca imaginó que a sus 77 años cursaría el bachillerato a la par de compañeros que tienen entre 18 y 25 años de edad.
Su presencia en el aula es motivo de alegría y ejemplo de superación para los estudiantes más jóvenes, quienes, en unísono, llaman a sus compañeros de la tercera edad para ocupar un lugar entre ellos.
“Todavía me ataranto para escribir”, reconoce con humor la mujer que estudió la primaria a los 40 años de edad y hace tres años terminó la secundaria a través del INEA.
Margarita es madre soltera que trató de brindarle estudios a su única hija, pero debido a problemas económicos sólo logró proporcionarle la primaria.
No obstante, la madre se siente orgullosa y distinta al resto de las mujeres de su comunidad, quienes a su avanzada edad sólo esperan la muerte entre la rutina del campo y las labores del hogar, señala Margarita.
Mientras que en la capital oaxaqueña, Vicente González, de 75 años de edad, también está a punto de culminar sus estudios de nivel medio superior.
Margarita aún no sabe qué carrera quisiera estudiar, pues le preocupa su edad, pero cuando termine la prepa le gustaría cursar “una carrera con la que gane bien cuando trabaje”.
Víctor, por su parte, también anhela vivir más de 100 años con la ilusión de ser un gran profesionista en la carrera que decida prepararse.