Ayutla Mixe, primera comunidad de México que nombra sus calles en lengua materna

Es la primera comunidad que logró cambiar la nomenclatura al idioma materno

Fotos: Edwin Hernández / EL UNIVERSAL
Especiales 03/01/2019 18:15 Lizbeth Flores San Pedro y San Pablo Ayutla, Oaxaca Actualizada 13:05

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A simple vista, los pequeños letreros blancos que identifican las calles de Ayutla Mixe no parecen distintos a los de cualquier lugar. La diferencia radica en que en esta comunidad los nombres de personajes históricos o héroes patrios cedieron su lugar a la lengua ayüük.

Hace 11 años, para  los habitantes de este municipio poder nombrar sus calles en su idioma materno era una idea que parecía inalcanzable. Ahora, San Pedro y San Pablo Ayutla es la primera comunidad de México con toponimia  indígena en las 60  calles de su centro y sus dos barrios, la cual ya se plasma en documentos oficiales y es reconocida por instancias federales como el Instituto Nacional Electoral (INE).

Fue en 2007 cuando la iniciativa de ejercer el derecho de nombrar sus calles empezó a crecer en un grupo de 30 comuneros, con el respaldo de la autoridad municipal, del Instituto Nacional de Lenguas Indígenas (Inali) y el consenso de la comunidad.

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Después de cuatro años de desarrollo, en enero de 2012 fue inaugurada la nomenclatura oficial contenida en placas acompañadas con pictogramas   hechos por artistas de esta población como Cosme García, que representan gráficamente los  nombres.

Estos espacios empezaron a ser identificados de acuerdo a elementos de la comunidad, como leyendas, el respeto a las divinidades o las características geográficas de los lugares. Así nacieron calles Konk´oy, (líder bueno), Anaatuuj (Tormenta) o Jä’äkëpäjkp (Lugar de derrumbes).

Parte de la identidad

Cuando Filogo Galván,  de 68 años, ve su credencial de elector,  lo que lee es que vive en la calle Neentajam, en el Barrio de San Pedro. Como él las personas de Ayutla que han renovado sus identificaciones oficiales pueden constatar el reconocimiento al derecho de que  sus direcciones están escritas en su lengua. 

“Nos identificamos más con el idioma, y con la idea de que no se pierda”, explica.

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Como parte de ese reconocimiento, la correspondencia también llega con los domicilios escritos en mixe o ayüüK, relata Domingo Matías, el carpintero que elaboró el bastón de mando del presidente Andrés Manuel López Obrador, y quien en 2007 fue uno de los pobladores que impulsó el proyecto de toponimia.

“Las calles retomaron la sabiduría de la comunidad, para evitar que la lengua sea desplazada y recuperarla”, explica.

Para la lingüista  Elena Aguilar Gil, originaria de Ayutla, que una comunidad nombre en su lengua sus espacios públicos y calles es un derecho consagrado a su identidad y al uso de su idioma.

“Ejercer un derecho lingüístico en cualquier contexto y sobre todo en el comunitario, en donde la presencia de las lenguas no se le ha dado la importancia para su uso oficial, contribuye a darle el estatus de lengua nacional que tienen las lenguas indígenas de nuestro país”, detalla.

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En México, este derecho  está reconocido en el artículo 13 de la Ley General de Derechos Indígenas de los Pueblos.

Este proyecto, que poco a poco se ha extendido a otras comunidades  de la Sierra Norte y Mixteca, permite la recuperación de sus espacios y  hace oficial lo que es  natural para una población originaria:  su lengua,  tal como sucede con el resto de idiomas en cada país, explica la especialista.

Agrega que esta propuesta refuerza la identidad de las comunidades y permite la inclusión de quienes hablan su idioma, pero no lo saben escribir, o de quienes hablan sólo español. En  Ayutla, por ejemplo, los grabados que acompañan los nombres de las calles son un recurso de apoyo para quienes no conocen la escritura en mixe, finaliza.

 

 

 

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