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María Escobedo, madre de tres hijas y originaria de Guatemala, salió de su país junto con su familia, orillada por  la violencia, con el anhelo de una mejor vida en Estados Unidos, pero al llegar a Oaxaca desistió de ingresar de forma ilegal a ese país, ante la política migratoria del presidente Donald Trump que ha  separado a los niños de sus padres.

Entre lágrimas, reconoce que prefiere quedarse en México con su familia y buscar una mejor oportunidad aquí, en lugar de  arriesgar a sus tres hijas, de nueve, 13 y 16 años de edad.

“Quiero que mis hijas estudien, no les puedo dejar una casa ni nada, pero sí por lo menos que estudien, que estemos juntos y tener el apoyo de ellas, que somos una familia”, dice la mujer de 39 años.

Ella, su esposo y sus hijas llegaron a Oaxaca el 29 de mayo, como parte de su trayecto para cruzar la frontera de México con Estados Unidos, pero al enterarse de la separación de los niños de sus padres y quedar en jaulas en los centros de detención, la familia optó por solicitar al Instituto Nacional de Migración (INM) un permiso permanente de libre tránsito, y ahora valoran quedarse en territorio oaxaqueño.

“Acá, en Oaxaca, se ve que hay mucho trabajo, aparte de eso, se ve que hay mejores oportunidades y uno se pone a pensar en cómo va uno a arriesgar a sus hijos”, platica María, quien sueña con tener un cuarto, trabajar junto con su esposo y que sus hijas estudien.

Los refugian

Desde hace más de un mes la familia se refugia en el Centro de Orientación del Migrante (COMI), ubicado en la capital de Oaxaca, mientras espera su documentación. Aquí permanecen con otros migrantes provenientes de Centroamérica, quienes también fueron obligados  a dejar sus países por la violencia y crisis económica.

No obstante,  a diferencia de María hay familias que continuarán su viaje hacia ese país, a pesar del miedo de ser separadas.

Cándida López, de 25 años, originaria de Honduras, narra que aunque tenga miedo intentará con su hija Alison, de cinco años, ingresar al país vecino, en busca de un mejor futuro.

“Agarro para mi país, o me aviento para Estados Unidos, pero no puedo quedarme aquí. Yo le pido a Dios que todo me salga bien para un futuro mejor, más por ella [hace referencia a su  hija Alison]”.

La joven madre, junto con  hija menor, salió el 19 de mayo  pasado de su país por  inseguridad y la  presencia del crimen organizado, con el deseo de poder darle estudios a Alison y una oportunidad de vida alejada de la violencia y las  drogas.

“Que estudie, sacarla adelante, que no se quede como yo porque en el país de nosotros existe  la droga, la policía se vende, hay mucho narco, eso es lo que uno no quiere que nuestros hijos se metan drogas, ni en pandillas”, expresa la migrante.

Cándida llegó a Oaxaca el 31 de mayo y desde entonces se refugia en este albergue de la capital,  que fue fundado en  el año 2003 por el sacerdote Fernando Cruz Montes, y donde al día acuden alrededor de  40 migrantes, en su mayoría provenientes de  países como Honduras, Guatemala y El Salvador.

Cruel política

Cruz Montes, coordinador del Centro de Orientación del Migrante, lamenta la política migratoria del presidente Donald Trump y considera que a pesar de la firma del decreto para frenar la separación de las familias migrantes detenidas por cruzar ilegalmente la frontera con México, esta medida prevalece con la deportación.

“Condenamos esa actitud de Donald Trump, es algo inhumano, cruel, injusto. La migración no se detiene, va a seguir, piensa Donald Trump que con un muro ya va a solucionar el problema, pero  no, al contrario, va a agravar más la situación de los migrantes, va a haber más muertes y consecuencias más graves”, manifiesta Cruz Montes.

El religioso y defensor considera además que, aunque el país estadounidense mantiene la política de “tolerancia cero” ante la inmigración ilegal, esa nación necesita de los migrantes en su condición de trabajadores.

“No es el camino, además ellos necesitan a los migrantes, Estados Unidos es lo que es gracias a los migrantes, quienes han hecho el trabajo más fuerte y los trabajos más difíciles”, resalta el coordinador del centro.