Unidades médicas sin reparación tras sismos de septiembre en el Istmo
Personal de salud acusa desvío de 10 mdp para obras en el Hospital de Tehuantepec

Las tres carpas que el gobierno de Canadá donó a los damnificados del sismo del 7 de septiembre en el Istmo de Tehuantepec resisten después de 10 meses debajo de una galera de lámina sin paredes en el patio del Centro de Salud Urbano de Ciudad Ixtepec.
Durante este tiempo han funcionado como consultorios y área de urgencia, y si no fuera por ellas los más de 200 pacientes que acuden diariamente a este espacio de salud estarían expuestos al polvo y la lluvia, pues el edificio con más de 70 años quedó de pie, aunque inoperante después de los sismos de septiembre.
Pero las carpas no son suficientes. Adentro, la lluvia se cuela por todos lados y el personal tiene que colocar el equipo médico sobre blocks para evitar que se mojen. En el interior del edificio también se filtra la lluvia, por lo que el resto del equipo, archivos, muebles y medicamentos se empapan. Ante la crítica situación los 32 trabajadores del centro reconocen que no están en condiciones para brindar una atención integral.
El dictamen oficial de diciembre de 2017 determinó que el Centro de Salud debe ser demolido. Para su reconstrucción se autorizó un monto de 11 millones de pesos del Fonden, pero ese recurso no ha sido liberado, por lo que el edificio colapsado sigue poniendo en riesgo a quienes ahí laboran.
El acuerdo que la Secretaría de Salud asumió con los trabajadores fue reubicarlos a una sede alterna mientras se realizan los trabajos de demolición, que debieron comenzar hace cinco meses, pero no se ha dado la mudanza porque la adecuación del espacio rentado tampoco termina.
“A pesar de la situación dábamos el servicio al 60%, utilizamos el inmueble aún colapsado porque no tenemos de otra, pero con la lluvia todo se agudizó”, explica Gabriela Tamayo Sánchez, representante sindical.
Explica que ya no pueden tener los aparatos conectados porque da toques al personal y tampoco pueden irse al espacio rentado porque no está acondicionado, por lo que siguen estancados. Por ello, desde hace una semana los trabajadores colocaron una manta donde informan a la población un paro de labores, aunque siguen otorgando el servicio de urgencias.
Desviados, 10 millones de pesos
De lejos y a simple vista, el Hospital de Tehuantepec luce sin daños, pero conforme se acerca la mirada se notan las fisuras resanadas en todo el edificio. Si la observación se hace minuciosa, se notan pequeñas grietas sobre el material que se utilizó para restaurar las fisuras.
Por ese trabajo, la Secretaría de Salud pagó más de 2 millones de pesos, según Francisco Javier Hernández Quiroz, delegado sindical del hospital. “En un mes y medio llegaron, resanaron las fisuras y las grietas y ni siquiera las pintaron, las dejaron así. Supimos que se invirtió en ese trabajo más de 2 millones, pero lo hicieron mal porque sigue temblando y ahora ya se volvió agrietar; prácticamente le pusieron curitas al edificio”, señala.
Después de los daños que sufrió por los sismos, se valoró el inmueble y se determinó que se iban a realizar trabajos de ampliación y rehabilitación por un monto de 10 millones de pesos desde noviembre de 2017. A la fecha, no se ha cumplido dicho acuerdo.
Las lluvias llegaron y por las grietas se filtra el agua, lo que puso en alerta a la base trabajadora, que al no ver avances en la construcción comenzó a pedir informe sobre el proyecto. Los trabajadores descubrieron que el recurso para la “Ampliación y Rehabilitación del Hospital de 30 camas de Tehuantepec” se había destinado al Hospital de la Mujer Oaxaqueña y que se volvió a gestionar el recurso ante la Secretaría de Finanzas (Sefin).
“No sabíamos que los 10 millones lo desviaron a otra obra, es decir, lo cancelaron y lo ocuparon para el Hospital de la Mujer, cuando aquí era prioridad porque éramos los únicos que dábamos servicio a más de 96 personas, y seguimos siendo el que más atención otorga por la situación del hospital de Juchitán, Ixtepec y Matías Romero”, argumenta el dirigente.
Ahora que conocen la nueva asignación de los 10 millones y 2 millones más para equipamiento, el personal de salud exige que el recurso se aplique y no se vuelva desviar, por lo que también se unieron al paro de labores.
Debido a la falta de reparación del Centro de Salud de la Quinta Sección de Juchitán y la jefatura de la Jurisdicción Sanitaria número 2, en el Istmo está prohibido enfermarse.