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Las vigas de las casas tradicionales asoman sus afiladas puntas entre los escombros, son como estacas clavadas en el corazón de las antiguas construcciones. Él los ve como puñales matando historias de familias que han engrandecido la cultura zapoteca, pero sólo observa y se conmueve, no puede hacer más que quitarlas y convertirlas en esculturas.
En el patio de su taller, en San Agustín Etla, Víctor Cha’ca sostiene un taladro y perfora por partes el corazón de lo que alguna vez fue un árbol de granadillo, el cual lo utilizan para sostener los techos de las casas.
El color negro de la madera es perfecto para las esculturas del proyecto, no necesita ningún tipo de pintura, la pieza de madera tiene unos 200 años de antigüedad, 100 años aguantaron los techos y otros 100 dieron sombra en la selva y los bosques de la región.
Al artista retomar su oficio le fue difícil, porque también fue uno de los damnificados del terremoto y por espacio de dos meses vivió en la calle debajo de lonas con su familia y vecinos sin saber lo que pasaba, a causa del estrés postraumático.
“Siempre creí que era una persona fuerte, pero durante esta emergencia me derrumbé... Lo primero que hice después del terremoto fue este proyecto que me liga a la desgracia y es una forma de exorcizar el dolor, porque el arte también cura el alma”.
El nuevo proyecto del artista zapoteca, Tzompantli, consiste en 50 piezas de madera que tienen como eje narrativo los cráneos incrustados en una especie de tornillos simulando el ritual de guerra. Sobre estas primeras estructuras el artista colocó figuras de mujeres, personajes característicos de su mundo pictórico, de alguna forma su firma, creando así esculturas de gran dificultad.
Víctor Cha’ca es un ferviente lector de historia, así que de la cultura mesoamericana se inspiró en el tzompantli, una estructura de cráneos de los cautivos de guerra colocados en estacas. Los historiadores aseguran que podría tener dos significados: advertir al enemigo y celebrar la vida por encima de la muerte.
Las casas tradicionales que cayeron en el Istmo, sobre todo en Juchitán, Unión Hidalgo, Ixtepec e Ixtaltepec, ya no se recuperaron y en su lugar se construyeron casas de concreto; ante la falta de un proyecto de rescate, aunado al miedo de más terremotos, los damnificados optaron por no recuperarlas.
En Juchitán, 90% de las casas tradicionales no se reconstruyeron con la arquitectura de teja, madera y ladrillos. La mayoría de las vigas fueron vendidas en otros estados del país, o terminaron como leña en los hornos, sólo 10% se reciclaron en la reconstrucción.
Las vigas de cinco casas se rescataron y se convirtieron en las piezas escultóricas, volvieron a la vida en forma de arte con Víctor Cha’ca, el artista zapoteca con más de 40 años de experiencia.