“Mejor que no tome fotos, ¿puede no mencionar nuestros nombres?, es un pueblo chico y aquí todos nos conocemos, no vaya ser que haya represalias y que luego nos estén esperando para matarnos”, dice José, uno de los principales actores para lograr la paz con sus vecinos de Cuilápam.
“Hubo muertos de cada pueblo”, recuerda el hombre.
Después hubo un lapso de paz que se vio interrumpida en el año 2007, cuando habitantes de Cuilápam retuvieron a 12 comuneros de Cuatro Venados para presionar al gobierno a encontrar una solución al conflicto agrario.
En 2008 continuaron los enfrentamientos, pero sólo verbales, entre comuneros y autoridades de ambas comunidades, algo así como una “guerra fría”.
“Fue 2012 cuando decidimos ponernos de acuerdo y ponerle fin al conflicto y en el 2016 firmamos el convenio. Nosotros nos quedamos con 75% de la tierra y ellos con 25%, y el deslinde se realizó en marzo de este año con la realización de una brecha. Ya no hay conflicto, el conflicto ya se acabó. La Secretaría General de Gobierno ni hizo nada, sólo firmaron un documento y se atribuyeron el convenio entre las comunidades”, resalta.
No obstante, la paz para la comunidad de Cuatro Venados se cimbró el pasado 25 de abril. Junto con las autoridades agrarias de Cuilápam, acudieron a la mojonera (señalamiento, generalmente hecho de cemento, que sirve para marcar límites de tierra) denominada 11 de Mayo, la cual es “punto trino” de los terrenos comunales.
Los habitantes de los dos poblados entonces tomaron camino hacia la mojonera Río Valiente o Río Minas para continuar con los trabajos técnicos topográficos, para el establecimiento de la línea de colindancia.
“Fue cuando un grupo de invasores que son originarios de nuestra misma comunidad, de Cuatro Venados, nos emboscaron y empezaron a dispararnos. Sufrimos un atentado, mataron a uno, hasta hirieron al síndico. Tenían armas R-15, cuernos de chivo, escopetas”, relata José.
En un documento fechado el mismo miércoles 25 de abril, suscriben como testigos de los hechos funcionarios de la Junta de Conciliación Agraria: el ingeniero Rigoberto Torres González, jefe del Departamento Técnico Topográfico; Oscar López, conciliador agrario; Alain Acevedo Méndez, topógrafo de la Junta, y David Jacobo Ruiz, también conciliador agrario.
De acuerdo con el documento, algunos de los probables responsables del ataque armado fueron personas identificadas como Taurino Reyes Santiago, Hilaria López López, Carlos López Vásquez, Claudio Santiago López, Lauro Miguel Vásquez, Inocencio Torres Luis, Adolfo Vásquez Bautista, Cornelio Velasco López, Cándido Reyes López, Lorenzo Velasco López y Leonardo Velasco Gaytán.
En el ataque armado murió Tiburcio Morales, de 65 años de edad, tras ser atacado por un policía municipal de Cuatro Venados y cuatro comuneros.
El presidente municipal de Cuilápam, Javier Moreno Colmenares, confirmó la narrativa de los hechos de los comuneros de Cuatro Venados, y al mismo tiempo sostiene que los responsables son parte de una organización social denominada Hombres y Mujeres por el Desarrollo de México.
De acuerdo con los comuneros, tras la culminación del conflicto agrario, un grupo de personas originarias de Cuatro Venados invadió terrenos ubicados en una de las partes altas del territorio; incluso, agrega, estas personas fueron detenidas en flagrancia por la portación de armas de fuego, pero obtuvieron su libertad inmediata. “No hemos podido comprobar el origen de la organización”, aclara Moreno Colmenares.
La fiscalía estatal, ahondan los habitantes, se comprometió a pedir y ejecutar órdenes de aprehensión contra los responsables del ataque armado, y la Segego a intervenir contra la invasión de sus tierras y pagar los gastos médicos de los heridos de bala, así como indemnizar a la familia del hombre de 65 años de edad que resultó muerto.
Ninguno de los compromisos, señalan, se ha cumplido. La paz, sigue en vilo, ante el desinterés de las autoridades estatales... y la ambición de algunos pobladores.