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La reconstrucción en este municipio lleva 50% después de ocho meses y aún es notable en las calles la acumulación de escombros, así como pobladores que viven en los patios de sus casas y debajo de lonas, por lo que la situación económica y anímica de Juchitán no es la más adecuada para la celebración de las fiestas patronales. Por ello, previendo la lentitud en la reconstrucción, en diciembre de 2017 las sociedades de todas la Velas coincidieron en cancelar la festividad de este año.
No hay una cifra exacta de la derrama económica que dejan las 18 Velas, sus respectivas “lavadas de olla” —segundo día de fiesta, pero más modesta— y los 18 convites de flores, tomando en cuenta el gasto, desde la compra de trajes regionales, elaboración de botanas, venta de cerveza, música, hasta la contratación de meseros y peones.
La Vela Biadxi (Vela de Los Ciruelos), la primera de la semana dedicada a San Vicente Ferrer, santo patrono de Juchitán, tiene 35 socios, de los cuales 19 perdieron su casa por completo y el resto tienen daños parciales.
Cada socio hace un aporte de 25 mil pesos, pero este año se decidió no darla. En la noche de la Vela reciben más de 5 mil personas y se venden de 2 mil a 2 mil 500 cartones de cerveza a 150 pesos cada uno, así que el gran perdedor con la cancelación es la empresa cervecera, comentó Elvis Jiménez, ex tesorero de la Vela.
“Todos perdemos, desde la que hace los peinados, porque si a esta Vela van 5 mil personas y la mitad son mujeres, son más de mil peinados, aquí las mujeres pagan desde 100 pesos hasta 800 pesos por cada peinado; sacando cuenta, las peinadoras pierden mucho. Mi familia encarga con otra familia 10 mil pesos de botanas y ellos ahora no tendrá ese dinero”, detalló Elvis Jiménez.
Por su parte, el mayordomo de la Vela Guzebenda (Vela de Los Pescadores), German Ramírez, dijo que la derrama en ésta es de aproximadamente 3 millones de pesos, pues en esta celebración reciben a más de 6 mil personas y lo organizan un total de 23 socios; esa noche se instalan al menos 50 puestos.
Para German, la cancelación se dio por respeto a todos los muertos, el pueblo sigue de luto, además de que no existen las condiciones de infraestructura para recibir a los visitantes, ni para llevar a cabo los recorridos de los carros alegóricos por las calles, debido a que están acaparadas aún por escombros, materiales y maquinaria; pero sobre todo muchos de los que integran las sociedades que realizan las Velas perdieron su patrimonio.
“Tan sólo en la Vela de Los Pescadores, 7 de los socios se les cayó completamente su casa; yo, que soy el mayordomo, perdí mi casa, ahora vivo en casa de mi madre. Es una situación difícil. Hay pérdida, defectivamente, eso no se puede ocultar”, explicó Germán Ramírez.