oaxaca@eluniversal.com.mx
Cohibida, y a la vez emocionada porque dice que es su primera entrevista, Thina platica que fue en 2017 cuando participó en su primer campeonato estatal, mismo que ganó. También, ese año quedó en octavo lugar en una competencia nacional y fue reconocida como una de las 10 mejores del país en su categoría.
“Me gustó porque vi a unas compañeritas que tenían su bici; a los tres años y medio empecé a andar en bicicleta y a los cuatro años ya andaba en una sin las rueditas de apoyo”, cuenta.
Desde pequeña, con la ayuda de sus padres, Eliezer Santiago y Carmelina Altamirano, comenzó a hacer rodadas en las calles de El Espinal y a la vez comenzaron a formar un club municipal de ciclismo.
Después, acudían a la ciclopista de Juchitán, donde comenzaban los entrenamientos ya formales, con una bici de montaña. Finalmente, hubo que adquirir una bicicleta profesional para comenzar a competir.
“El ciclismo es un deporte caro, nuestros hijos practican un deporte de ricos; una bicicleta de ruta cuesta entre los 16 y 18 mil pesos, y hay que hacerle adecuaciones para ajustarnos a la competencia”, tercia su padre.
La autoridad de El Espinal es la única que aportó para algunos gastos en salidas anteriores fuera del estado; también, les ayuda un comité de parques eólicos y la fisiatra Lucina Herrera, que da servicio sin costo para rehabilitación, en caso que se requiera.
“Hay estados que tienen el apoyo total de sus autoridades; nosotros vamos más por respaldar a nuestros hijos, por la emoción, pero definitivamente no hay apoyo del gobierno”, dice Eliezer.
“El año pasado, el ciclismo infantil de Oaxaca aportó el mayor número de medallas en una competencia nacional, pero el gobierno no ve a los niños”, termina.
—¿Qué profesión te gustaría estudiar?, se le pregunta a Thina.
—Enfermería, para ayudar a la gente y mi familia si se lastima, responde la pequeña ciclista.