Yucuná recibió 133 mdp en 10 años

¿De dónde viene la marginación del municipio más pobre?

Foto: Edwin Hernández/ EL UNIVERSAL
Especiales 06/08/2019 10:26 Lizbeth Flores Santos Reyes Yucuná Actualizada 10:26

La marginación que padece Yucuná y que le valió el titulo del municipio “más pobre” del país no es algo nuevo, por el contrario, investigadores  de la Coordinación de Planeación y Evaluación para el Desarrollo Social de Oaxaca (Copeval) y del Centro de Investigación y Estudios Superiores en Antropología Social (CIESAS) estudian a esta comunidad de la Mixteca para saber de dónde provienen sus carencias y  por qué a pesar de todos los esfuerzos no han podido salir de la pobreza en los últimos 20 años. 

 

Si bien, el Consejo Nacional de Evaluación de la Política de Desarrollo Social (Coneval) lo considera el municipio más pobre del país por tener las carencias en salud, educación, seguridad social e ingresos, y porque el 99.94% de su población vive en pobreza y  97.94% en pobreza extrema, en Yucuná las casas son de concreto y cuentan con servicios de electricidad y televisión satelital.

Es a partir de este contraste que el Copeval señala que en Yucuná, ubicada a 283 kilómetros de la capital, sí hay dinero, pero que ha sido destinado a rubros que no contribuyen a la generación de bienestar, por ejemplo la compra de comida chatarra. 

El edil Alberto Martínez Estrada señala que nunca antes Santos Reyes Yucuná había sido apoyado como lo es ahora con el gobierno del presidente Andrés Manuel López Obrador; sin embargo, Copeval documenta lo contrario. Dice que en la última década este municipio de Oaxaca recibió 133.9 millones de pesos, provenientes de los ramos 28 y 33; más otros 4.9 millones en 2018 como parte de los recursos del Fondo de Aportaciones para la Infraestructura Social (FAIS).

¿Dónde está este recurso o en qué se ha aplicado?, son las principales interrogantes que motiva al Copeval y CIESAS a estudiar a Santos Reyes Yucuná. Hasta ahora, los avances en la investigación confirman que los ingresos de la comunidad de la migración, principalmente en época de sequía.

“La migración va a asociada a los ciclos de agua, es decir cuando no hay agua los pueblos migran. No es algo nuevo, es un fenómeno que lleva por lo menos seis siglos en estas tierras, un ejemplo claro es Yucuná, donde hay una altísima erosión y donde se ve muy poca vegetación, por estar en una meseta”, explica el coordinador general de Copeval, Juan Pablo Morales. 

Las mujeres y hombres de este municipio mixteco emigran de forma constante cada dos meses a las principales ciudades del país como Ciudad de México, Puebla, Guadalajara y Monterrey para dedicarse al comercio informal. 

Al paso de ocho a 12 semanas regresan nuevamente y están otro tiempo similar, para después volver nuevamente al ambulantaje; de esta manera la población ha encontrado una manera de sobrevivir, reconocen Susana Cruz Martínez, y Gabino Martínez Estrada, migrantes quienes en este mes de lluvia y por la fuente de empleo por la pavimentación de su carretera, se encuentran en la localidad.

Otra opción, la limosna 

Los investigadores han detectado otra fuente de ingresos de la comunidad: pedir limosna en las cuatro ciudades del país a las que llegan los niños con sus padres, de acuerdo con las declaraciones de alumnos, quienes platican que a la semana llegan a obtener hasta 400 pesos cada uno.

“Esta migración se da para fuentes informales y no productivas. Es así como se podría explicar un poco el nivel de desarrollo que tiene Yucuná, que es muy diferente al que tienen otras comunidades que se consideran también muy pobres, cuando tú llegas a Yucuná dices: ¿verdaderamente este es el municipio más pobre del país?, tú esperarías un panorama desolador”, dice el funcionario estatal.

Lo cierto es que de las mil 380 personas que habitan en Yucuná, 40.7% está en rezago educativo, 77.4% tiene carencia por acceso a los servicios de salud, 95.1%  carece de seguridad social,  91.5% no tiene servicios básicos en su vivienda y 74.7% no tiene si quiera acceso a la alimentación, de acuerdo con Coneval. 

Entre los severos problemas de este municipio es la falta de agua, el ausentismo escolar, la mala alimentación y  que no existen fuentes de economía dentro del municipio. Por ejemplo, hay cuatro tiendas pero no hay un lugar donde se vendan frutas y verduras, por lo que el estudio revela que los niños consumen comida chatarra, y en su mayoría son cuidados por sus abuelas debido a la desintegración de las familias por la migración. 

 “Los niños forman parte de la migración que van y ayudan a sus padres a pedir limosna y vender frituras, y justamente los padres no se interesan en la educación de sus hijos, porque ellos prefieren llevarlos como un elemento productivo de captación en la limosna que piden en las grandes ciudades a que se queden en la escuela”, señalan los investigadores. 

Otra de las carencias en Yucuná es el acceso a los servicios de salud, si bien cuenta con una clínica, el problema es que no existe un espacio adecuado para conservar los medicamentos debido a que el refrigerador está descompuesto y existen constantemente fallas de electricidad en la comunidad. Además, no existe la intención de invertir en una fuente de economía a través de la productividad del campo, como sería el cultivo del chile amarillo que se da en este municipio. 

Para el Copeval, una de las formas en que Yucuná podría empezar a salir de la pobreza es a través de la “focalización de los recursos” y de generar productividad a largo plazo.

“Si no hay una focalización efectiva es como aventar el dinero desde un helicóptero y que lo capten quienes estén a alrededor. Focalizar es que llegue a quien verdaderamente lo necesita, y con una perspectiva de mediano y largo plazo, no de corto plazo, no con una visión clientelar, asistencial y mucho menos electoral”, consideran.

La investigación en el municipio más pobre del país continúa abierta.

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