La violencia no los mató, los obligó a quitarse la vida
Los estados con mayor número de casos coinciden con los más violentos del país.
Blanca Corzo
El suicidio y la violencia van de la mano. En seis años, más de 37 mil personas se quitaron la vida en el país, de estos actos, 59% se cometieron en estados con alto índice delictivo.
De acuerdo con datos del Instituto Nacional de Estadística y Geografía (Inegi), entre enero de 2012 y diciembre de 2017, 37 mil 150 personas se suicidaron en México, es decir, en promedio 17 personas al día.
En una revisión hecha por EL UNIVERSAL se detectó que, en dicho periodo de tiempo, más de la mitad de los casos de suicidios del país (21 mil 757) se concentraron en 10 entidades: Estado de México, con 3 mil 74 casos; Jalisco, con 3 mil 275; Guanajuato, con 2 mil 530; Ciudad de México, con 2 mil 333 y Chihuahua, con 2 mil 165.
Asimismo, Chiapas, con mil 675; Veracruz, con mil 649; Puebla, con mil 529; Nuevo León, con mil 509 y Sonora, con mil 388. De esta lista, en seis existe una elevada incidencia de delitos de alto impacto.
Tras explorar las cifras del Secretariado Ejecutivo del Sistema Nacional de Seguridad Pública (SESNSP), se detectó que, de enero de 2012 a diciembre de 2017, las entidades más violentas —en las que se registraron mayor número de homicidios dolosos, secuestros y extorsiones— coincidieron con las que tuvieron el mayor número de hombres y mujeres que decidieron ponerle fin a sus vidas por voluntad propia.
Los estados en donde más se registraron estos delitos fueron: Edoméx, con 19 mil 715 delitos de alto impacto; Guerrero, con 14 mil 138; Jalisco, con 10 mil 935; Ciudad de México, con 10 mil 20 y Chihuahua, con 8 mil 804.
Asimismo, está Veracruz, con 8 mil 798; Baja California, con 7 mil 964; Nuevo León, con 7 mil 320; Michoacán, con 7 mil 286 y Sinaloa, donde se registraron 6 mil 955 delitos.
Aunque Guanajuato, Puebla y Sonora no entran en la lista de los 10 estados más violentos, se encontró un crecimiento en el número de incidencias delictivas, el cual coincidió con el incremento de suicidios en cada una de estas entidades.
La delincuencia se comió la vida
En este contexto, el doctor y fundador del Instituto Hispanoamericano de Suicidología A.C., Alejandro Águila Tejeda, es claro: la normalización de la violencia ha lacerado a hombres y mujeres no sólo en espacios públicos, sino también en la intimidad personal. No hace falta un delito para arrancarle la vida a alguien.
“La normalización de la violencia, amenazas, muertes y persecuciones han tenido influencia y han propiciado las adicciones y los suicidios”, detalla el especialista.
En el caso de Chihuahua, que actualmente ocupa el quinto lugar en estados violentos y con más suicidios, Águila Tejeda explica que, por ejemplo, Ciudad Juárez, al ser una ciudad fronteriza y vía principal para el tráfico de drogas, no sólo tiene una alta incidencia de delitos, sino también de suicidios, por los ambientes hostiles que el crimen organizado ha generado.
“Esas mismas organizaciones se encargaron de cobrar derecho de piso a los comerciantes de la zona, eran cuotas elevadas. Hicieron que entre 80% y 90% de los negocios cerraran por no poder pagarles”, comenta Alejandro Águila.
El especialista agrega que el suicidio es la segunda causa de muerte entre los jóvenes del país, y para ejemplificar, aseguró, que las escuelas de Ciudad Juárez al menos cuatro alumnos, por cada una de ellas, tienen o han tenido ideas suicidas.
¿Hombres o mujeres?
En la revisión de los datos del Inegi también se detectó que durante estos seis años, 81% de las personas que lograron suicidarse fueron hombres. Pero eso no quiere decir que ellas no pensaran en terminar con su vida.
De acuerdo con el suicidiólogo Alejandro Águila, las mujeres intentan suicidarse con mayor frecuencia que los varones, pero no logran debido a que el método que utilizan es menos letal. Mientras los hombres terminan con su vida colgándose de una cuerda o traspasados por una bala, ellas ingieren medicamentos que no siempre cumplen con su objetivo.
De acuerdo con las cifras revisadas, 79% de las personas que cometieron suicidio optaron por el ahorcamiento, estrangulamiento o sofocación, 9% por disparo de arma de fuego, 8% por envenenamiento y 4% por otras vías.