Buscan desbancar popotes de plástico con piezas de carrizo
Iniciativa quiere reducir los daños al ambiente, pretende impulsar economía de oaxaqueños
En algunos bares y restaurantes de Oaxaca los popotes de carrizo de Santa Cruz Papalutla han reemplazado a los de plástico, con la finalidad de detener la afectación ambiental.
Esta iniciativa ecológica surgió en abril de 2017, impulsada por la estadounidense Aline Hunziker, quien llegó a Oaxaca hace seis años e ideó contribuir a la reducción del daño a la naturaleza mediante la elaboración de popotes que no fueran desechables, si no naturales.
En un principio sólo los fabricó para su negocio en la ciudad de Oaxaca, donde elabora cocteles, y poco a poco su idea creció hasta convertirse en un negocio que ya distribuye a otros empresarios.
“Los ocupamos por cuestiones de ecología”, explica la también artista plástica, mientras elabora sus popotes Chica Tiki que también se venden en la Ciudad de México y Cabo San Lucas, Baja California Sur.
En su taller, ubicado al norte de la capital, Aline elabora una docena de popotes de carrizo en tan sólo 45 minutos y los produce en dos medidas: de 16 o 20 centímetros. Cada docena la vende en 75 pesos y duran hasta seis meses.
Su elaboración es manual: conforme adquiere experiencia, la artista mejora el proceso de producción. “Vas al carrizal, cortas tu carrizo largo, después se cortan a la medida, se quita la hoja, las ramitas y se taladra por dentro, se limpia con un limpia pipas y luego se trabaja la boquilla y el nudo para que sea liso y bien útil; después se lavan y se desinfectan”, detalla.
El carrizo que utiliza la artista proviene de Santa Cruz Papalutla y Rojas de Cuauhtémoc, municipios de los Valles Centrales, por lo que emplea a mujeres de esas comunidades. Más adelante, asegura Aline, busca crear una red de empleos para impulsar que oaxaqueños generen sus propios negocios, pues considera que el cambio en el planeta “también consiste en fortalecer socialmente a las personas”.
“Podrías hacer el monopolio, pero no es mi interés, esas ideas son ya viejas y hacer algo ecológico implica pensar más en el futuro y no sólo en el negocio”, afirma.
Por ello, la artista asegura que está en disposición de compartir su conocimiento con más oaxaqueños para que ellos mismos elaboren los popotes de carrizo y, de esta forma, sustituir por completo a los de plástico. Tan sólo en su negocio, refiere, anteriormente se usaban mil 500 a la semana.
De acuerdo con la Asociación Nacional de la Industria del Plástico (Anipac), cada persona usa en promedio 73 piezas de popotes de plástico al año, de ahí el interés de Aline por sustituirlos.
Mientras crece su marca, la artista desea ahora enfocarse en estudiar y cuidar el ecosistema del carrizal para que su iniciativa de popotes de esta planta silvestre se vuelva sostenible en Oaxaca.
El interés de Aline por el medio ambiente también se refleja en su obra, donde retrata problemáticas como el calentamiento global, lo que la ha llevado a aportar a la conservación del territorio oaxaqueño, del cual se enamoró desde que conoció su biodiversidad.
“Me encantó Oaxaca… me gusta la comida, la gente, la ecología, los microclimas, animales y plantas que aquí existen”, expresa.