Dejan solos a más de 4 mil damnificados del Istmo
Exigen que el gobierno los tome en cuenta para poder continuar la reconstrucción de sus viviendas
En la larga fila que desde temprano forman hombres y mujeres a la entrada de la diminuta oficina de Obras Públicas que renta el gobierno municipal como sede alterna, las escenas son conmovedoras: no falta quien grita y reclama atrapado en coraje, a su lado está la que llora entristecida y a un costado, quienes esperan con el rostro angustiado.
“¿Quiénes son?, ¿qué hacen bajo el sol?, ¿por qué se empujan?”, pregunta Reynaldo, un despistado juchiteco que llegó de la Ciudad de México después de muchos años de ausencia.
“Son los damnificados del terremoto de hace dos años, los que forman parte del segundo censo”, responde mecánicamente uno de los policías que resguardan la entrada del modesto edificio donde labora el personal del gobierno municipal. Aclarada la duda, Reynaldo levanta los hombros y a sus espaldas quedan los damnificados.
En la pequeña oficina donde atiende el regidor de Obras Públicas, Rubén Darío Hernández Simón, se encuentra Virgen Toledo López, con la hoja en la mano que muestra su número de folio 32661, como “beneficiaria” del segundo censo que se realizó en marzo de 2018.
Sobre el escritorio del regidor, coloca una carpeta con sus documentos y las fotografías de lo que fue su vivienda, ubicada en la Séptima Sección, convertida en ruinas, luego del sismo de 8.2 grados con epicentro en el golfo de Tehuantepec, que se registró la noche del 7 de septiembre de 2017. “Me clasificaron como daño parcial, pero vea, ya no hay casa, no hay nada para rescatar”, dice enojada.
Asimismo, Virgen muestra un escrito dirigido a la responsable estatal del Programa Nacional de Reconstrucción del gobierno federal, Mayra Vásquez Licona, a quien le demanda que reclasifique su vivienda de daño parcial a total, pues sólo tiene escombros de ésta: “¿Dónde voy a vivir?, pregunta molesta.
Inconsistencias. La escena que se observa en la oficina de Obras Públicas es casi idéntica a la que se ve en la Dirección de Obras Públicas, donde despacha su titular, José Antonio Sánchez. Desde muy temprano se agolpan de 100 a 200 damnificados del segundo censo que buscan si su folio aparece con daños totales. Así se observa, también, la oficina local del Programa Bienestar.
Según la Comisión Estatal de Vivienda(Cevi), entregó al gobierno municipal, en el segundo censo levantado en marzo del año pasado, folios a 5 mil 179 damnificados. De ellos, la Comisión Nacional de Vivienda(Conavi) clasificó 838 con pérdida total y 4 mil 341 con pérdidas parciales.
A dos años del terremoto que devastó gran parte del territorio juchiteco, aún se pueden observar viviendas en obra negra.
Sin embargo, explica el regidor de Obras Públicas municipal, de los 838 damnificados con pérdidas totales del segundo censo, sólo se consideraron 825, los otros 13 damnificados, por errores en el levantamiento de datos no aparecen en Juchitán, sino en el municipio vecino de Santa María Xadani, que no entró en el segundo censo.
El regidor Rubén Darío Hernández denuncia que hay muchas inconsistencias en el segundo censo porque, de acuerdo con visitas a campo y testimonios con fotografías, de los 4 mil 341 damnificados con pérdidas parciales en esta ciudad zapoteca, “llevamos contabilizadas 300 viviendas con daños totales”.
Además, señala, del total de los damnificados del segundo censo (5 mil 179), hay 200 que recibieron el folio, pero no aparecen en la base de datos de la Sedatu.
“Pedimos a la Sedatu que informe sobre el futuro de los 4 mil 341 damnificados del segundo censo que tienen folios con daños parciales. Como los damnificados, nosotros también tenemos dudas”, comenta.
En casa de campaña. En ese océano de incertidumbre, Olivia López Lena Villalobostambién solicita a la delegada de la Conavi, responsable del Programa Nacional de Reconstrucción en Oaxaca, Mayra Vásquez Licona, la reclasificación de su vivienda. “Se cayó toda la casa y me dieron daño parcial”, acusa.
Sebastiana Celaya, viuda con dos hijos, va a cumplir dos años —desde el terremoto del 7 de septiembre de 2017— viviendo en una de esas casas de campaña de color azul que donó el gobierno de China.
“Mi casa se dañó con el temblor y con el sismo del 24 de septiembre, le cayó encima una vivienda de dos plantas de una vecina y desde entonces vivimos aquí”, dijo.
Los verificadores del segundo censo informaron a la Conavi que la vivienda tenía daños parciales.
“No tenemos servicios sanitarios, cuando llueve el agua se filtra por arriba y por abajo. Cuando hace calor esto es un horno. La casita china está desgastada y, por eso, estoy pidiendo que alguien nos ayude a que reclasifiquen las pérdidas de parcial a total o alguien que se apiade de nuestra familia y nos ayude”, exclama la mujer desde la colonia popular 15 de Septiembre, ubicada en el norponiente de la ciudad.