Rescatan música de bandas istmeñas
La cantante Natalia Cruz lucha para no dejar morir sones tradicionales

Antes de subir al escenario del Cerro del Fortín para acompañar a la delegación de bailarines de Magdalena Tlacotepec en la Guelaguetza, la cantante ixtaltepecana Natalia Cruz se muestra nerviosa, así lo expresa en sus redes sociales, espacio que utiliza para acercarse a su público y cantarles.
Esa es una de sus características, se trata de una artista joven que le ha apostado a plataformas como Itunes y Spotify para mostrar su trabajo musical, como lo hizo con su nuevo disco, su sexto material que busca revitalizar los sonidos de las bandas tradicionales del Istmo.
Para ello, su última producción incluye la participación de la banda La Istmeña, que dirige el músico José Abraham Osorio.
Aunque para Natalia sería más fácil subir el material sólo a las plataformas digitales, ella prefiere el disco físico, aunque eso se lleve todos sus ahorros, pues la edición llega a costar 200 mil pesos y sólo se recupera 30%.
“La situación es crítica para los músicos de la región por la crisis que dejó el terremoto, muchos terminaron de peones o albañiles porque no había trabajo, imagínense ahora invertir en un disco (...) lo más viable es subirlo en las plataformas, aunque existimos necios que insistimos en el disco como arte”, detalla.
Volver a la tradición
Natalia se emociona cuando habla de música. En los últimos 10 años se ha empapado de la música tradicional, lo que la ha sensibilizado sobre la importancia de promover los sonidos propios de la región, con los que busca experimentar y crear propuestas nuevas.
“Hay muchas bandas, pero casi todas tocan ritmos del norte, no porque quieran, sino porque el público o el cliente lo pide. Creo que las bandas se desaprovechan, sus sonidos originales se pierden, por eso la necesidad de impulsar los sonidos propios, esa es la intención del disco”, dice.
“Saa Xquidxe’” es un disco con un repertorio 100% regional, con toques contemporáneos que respetan la identidad de los sones.
“Uno de los géneros en desuso que retomamos para rescatarlo es el pasodoble. Sí, es un género español, pero con el que estamos íntimamente vinculados. Se usaron como pasacalles para acompañar paseos florales y de estandarte, regadas de fruta y otros tipos de fiestas, mientras se desfilaba con la banda”, explica.
El pasodoble, reitera, se empezó a sustituir por chilenas, boleros, cumbias y hasta por rancheras. “Decidimos retomarlo con la banda porque es una belleza de género tradicional iberoamericano que se arraigó aquí, tiene una función específica en los rituales festivos”, concluye.