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Las tarjetas pendientes se notificaron en acta por derechos y siguen en poder de Bansefi, en espera de que Sedatu ordene una posible ampliación del periodo de entrega a quienes no las han recibido. La mayoría de los casos, explica, se debe a que los titulares no se presentan a los sitios, en el día y hora anunciados por Bansefi para recibir el plástico correspondiente.
El representante de Bansefi apunta que el número de plásticos no entregados representa 1% del total que se otorgó en la entidad para los afectados por los dos terremotos (del 7 y 19 de septiembre), que fue de 68 mil 691 tarjetas, que se repartieron en tres fases.

En la primera etapa, tras el primer sismo, se emitieron 63 mil 339 tarjetas, a esa cifra se suma un segundo envío de 2 mil 848 tarjetas que fueron destinadas a la región del Istmo para su entrega.
Además, el pasado mes de julio llegó un paquete de 702 tarjetas que refieren a cambios de titular o cambios por corrección de nombre que se hicieron tras la primera emisión. Éstas se entregaron del mes mencionado a la fecha límite y restaron 119 sin entregar.
Sobre los casos de clonación de tarjetas, Marcos Blas López asegura que se estima que la cifra final fue de alrededor de 40, por los cuales se iniciaron los procesos legales correspondientes, y además se realizaron los reembolsos a las familias afectadas.

Refiere, por ejemplo, que hay organizaciones sociales que a un año del primer sismo aún solicitan cambios en los nombres del titular de los apoyos o revisión de datos, lo cual “es prácticamente imposible”, pues el ejercicio de los recursos públicos del Fonden está a punto de concluir.
Respecto al avance de la reconstrucción, asegura que aún cuando en el sexto informe de gobierno de Enrique Peña Nieto se informó un avance de 34%, los verificadores estatales han documentado 46% en rehabilitación de viviendas.
Pese a que reconoce que aún hay muestras de descontento por el retraso en la entrega de apoyos, como las del viernes pasado en Juchitán, asegura que en comparación con países que han vivido experiencias similares, la reconstrucción de viviendas ha sido mucho más rápida. Con información de Fernando Miranda