El oaxaqueño que conquista la CDMX con rap en mazateco

Especiales 10/10/2018 16:17 Alicia Pereda Martínez Ciudad de México Actualizada 14:14

Kipper ntana xi, oriundo de Jalapa de Díaz, ha conquistado varios escenarios del país con sus rimas, en las que muestra la cultura de su tierra natal

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Con 24 años, José Antonio Andrés Bolaños, conocido en el mundo del rap como Kipper ntana xi (como el río que fluye), convirtió las raíces de su tierra en poesía y las realidades de San Felipe Jalapa de Díaz (ntaxjo) en versos.

Con letras en mazateco y español, el rapero indígena ha conquistado diversos escenarios en el país, dándole dignidad a las enseñanzas de sus antepasados y la lengua que conoció desde  el vientre materno.

Su labor para dignificar una de las 16 variantes del mazateco —la del  este bajo (ntaxjo), que se habla en la región de la Cuenca— va más allá de una afición.

Kipper, lo mismo puede cantar en camiones de la Ciudad de México, donde reside desde hace cuatro años, que participar en slams de poesía o dar clases de su lengua materna en la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM).

“Junto con mi esposa, hemos dado talleres de mazateco en el zócalo de la Ciudad de México y la UNAM, cada vez salen mejor planeados”, explica en  entrevista.

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Realidad y letras

En Jalapa de Díaz la vida no es fácil. La tranquilidad de las montañas se apaga por las noches, cuando un toque de queda —acordado por la comunidad— obliga a las familias a no salir al exterior, así lo narran sus habitantes.

Una disputa entre grupos delictivos, señala, ha  roto con la paz y tranquilidad. Aunando al miedo, se suma que decenas de jóvenes se unen a las células criminales para  obtener recursos. Entonces, el rap se convierte como en viento que despeja  la neblina.

 “Con mi música quisiera demostrarles a los jóvenes que se puede salir adelante por un camino distinto, derecho. Que  es posible hacer las cosas bien”, dice Kipper.

 Además, la identidad de los mazatecos de Jalapa peligra en otros sentidos. Las acciones para preservar la cultura y  lengua son nulas.   

“En la comunidad no hay quien me ayude. Nosotros no tenemos casa de cultura, talleres de bordado, ni acceso libre a la biblioteca, por ejemplo. Apenas  estamos trabajando en la reedición de un diccionario mazateco ilustrado”, explica

Sin embargo, aún con los factores en contra, José Antonio se muestra animado, desde su trinchera, impulsa talentos y comparte a mexicanos y extranjeros la cosmovisión de su tierra.

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Rimas que nacen

Aunque es un ritmo musical poco usual en Jalapa de Díaz, y en la Cuenca en general, Kipper comenzó a interesarse en el rap cuando cursaba la primaria. Cuando tenía unos 15 años, escribió su primera canción formal, se la dedicó a su madre, quien recién había fallecido. 

“Empecé a cantar en Tuxtepec, cuando mi mamá falleció, nadie creía en m í, pero una tía me apoyó  y me fui a cantar a los camiones de esa región vecina”, recuerda.

Desde entonces sus esfuerzos no cesaron, sobre todo cuando se interesó en trasladar su música al mazateco, pues de esa forma  la productora  Mente Negra —que impulsa a raperos indígenas— se interesó en él.

Hasta ahora, Kipper ha pisado distintos escenarios e incluso  llevó su música a la Hora Nacional; ha trabajado diversos proyectos con  el Instituto Nacional de Lenguas Indígenas (INALI). Hoy, aguarda la grabación de su primer disco, con el que espera  que más público se enamore de su lengua materna y los más viejos de su comunidad se animen a compartirla y entrar al mundo de los jóvenes.

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