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Aunque su arribo a la presidencia fue muy celebrado, al provenir de las filas del PRI, Teresita terminó por confrontarse con la Asamblea del Pueblo, organización que no le permitió gobernar desde el palacio municipal. A pesar de ello, la presidenta busca la reelección y el 1 de junio arrancó su campaña, lo que reactivó el conflicto y encendió las alarmas del INE.

El día que arrancó su campaña, una comisión de la asamblea se acercó al mitin a exigir una explicación, lo que resultó en un enfrentamiento a pedradas entre simpatizantes de la alcaldesa y opositores. Otro grupo se movilizó hasta el camino que conduce a Huamúchil para impedir que la gente asistiera al mitin; ahí se dio otro choque que tuvo que apaciguar la Marina.
Celaya explica que esta violencia no es nueva, y que en la asamblea aún exigen justicia por el ataque armado del 29 de marzo pasado, donde cinco de sus integrantes resultaron heridos de bala. Los responsables, asegura, fueron simpatizantes de la autoridad municipal.
“No hay ningún detenido, a pesar de que se logró identificar a los agresores. No se han pagado los daños a las víctimas”, dice el también opositor a las eólicas.

A unas calles del palacio municipal están las oficinas alternas desde donde gobierna Teresita de Jesús. Ella insiste que existen las condiciones para celebrar elecciones en San Dionisio, y que dialogando con todos los partidos se puede llegar a un acuerdo. También segura que aún es posible instalar siete casillas para que emitan su voto los 3 mil 66 empadronados.
Lo dice porque considera muy costoso que los ciudadanos tengan que recorrer 17 kilómetros para poder votar por diputados federales, senadores y Presidente de la República en las casillas extraordinarias que el INE pretende instalar en Chicapa de Castro, agencia de Juchitán.
Cuando se le pregunta de las elecciones a Artemio, habitante de San Dionisio, el campesino es prudente en sus comentarios, pues no quiere que lo involucren con ningún grupo. Considera que la gente ya está cansada de pleitos, y que pueblo esté abandonado y sin obras desde hace siete años.
“La mera verdad, aquí los únicos que ganan son los políticos que viven de ser autoridad. Yo creo que es necesario que el gobierno tome en serio la problemática, porque un día estos se pondrá peor y habrá muchos muertos”, estima.