San Dionisio del Mar, 5 años sin elecciones
El INE lo considera “foco rojo”, por lo que no se realizarán comicios municipales; Asamblea del Pueblo se opone a reelección de la alcaldesa
“No habrá elecciones, burros; entiendan, perros”, son las pintas en aerosol en un par de bardas y paredes de casas abandonadas en la calle principal de San Dionisio del Mar, una comunidad huave que es considerada por el Instituto Nacional Electoral (INE) como el único “foco rojo” en toda la entidad, razón por la cual aquí no se realizarán elecciones municipales el próximo 1 de julio.
Esta situación no es nueva para los habitantes de San Dionisio. Desde hace siete años la comunidad arrastra un conflicto electoral que ha tenido estallidos violentos, y que desde 2013 les ha impedido celebrar elecciones para renovar autoridades. Las pintas en bardas sólo intensifican esa tensión.
Aunque nadie vio quién las hizo, todos responsabilizan de su aparición a los integrantes de la Asamblea del Pueblo de San Dionisio, que se oponen a las elecciones porque afirma que no existen condiciones sociales, políticas y de seguridad. Paradójicamente, ellos responsabilizan a seguidores de los partidos satélites del PRI —PRD, Partido Social Demócrata y Partido Unidad Popular— de las pintas.
La primera alcaldesa
Si bien esta pequeña comunidad del litoral del Pacífico no ha tenido elecciones, sí tiene presidenta. Su nombre es Teresita de Jesús Luis Ojeda, quien hizo historia al ser la primera mujer en gobernar un pueblo huave, cuando aún no se cumplían dos décadas de que las mujeres de esta etnia alcanzaran su derecho al voto.
La llegada de Teresita a la presidencia municipal se dio mediante una planilla única, resultado de un acuerdo entre partidos y habitantes; con ella se buscaba poner fin a los conflictos que iniciaron el 29 de enero de 2012, cuando los ciudadanos de San Dionisio del Mar desconocieron al edil Miguel López Castellanos por apoyar a la empresa eólica Preneal, pasando sobre los intereses del pueblo huave.
Aunque su arribo a la presidencia fue muy celebrado, al provenir de las filas del PRI, Teresita terminó por confrontarse con la Asamblea del Pueblo, organización que no le permitió gobernar desde el palacio municipal. A pesar de ello, la presidenta busca la reelección y el 1 de junio arrancó su campaña, lo que reactivó el conflicto y encendió las alarmas del INE.
La provocación de reelegirse
Isaúl Celaya y otros integrantes de la Asamblea del Pueblo resguardan el descuidado palacio y auditorio municipal que se caen a pedazos por la falta de mantenimiento y los daños de los sismos. Todos los días, desde hace siete años, se rolan la guardia; ahora, más que nunca, se mantienen en “pie de lucha” ante la “provocación” de que Teresita quiera reelegirse.
El día que arrancó su campaña, una comisión de la asamblea se acercó al mitin a exigir una explicación, lo que resultó en un enfrentamiento a pedradas entre simpatizantes de la alcaldesa y opositores. Otro grupo se movilizó hasta el camino que conduce a Huamúchil para impedir que la gente asistiera al mitin; ahí se dio otro choque que tuvo que apaciguar la Marina.
Celaya explica que esta violencia no es nueva, y que en la asamblea aún exigen justicia por el ataque armado del 29 de marzo pasado, donde cinco de sus integrantes resultaron heridos de bala. Los responsables, asegura, fueron simpatizantes de la autoridad municipal.
“No hay ningún detenido, a pesar de que se logró identificar a los agresores. No se han pagado los daños a las víctimas”, dice el también opositor a las eólicas.
En riesgo, 3 mil 666 votos
A unas calles del palacio municipal están las oficinas alternas desde donde gobierna Teresita de Jesús. Ella insiste que existen las condiciones para celebrar elecciones en San Dionisio, y que dialogando con todos los partidos se puede llegar a un acuerdo. También segura que aún es posible instalar siete casillas para que emitan su voto los 3 mil 66 empadronados.
Lo dice porque considera muy costoso que los ciudadanos tengan que recorrer 17 kilómetros para poder votar por diputados federales, senadores y Presidente de la República en las casillas extraordinarias que el INE pretende instalar en Chicapa de Castro, agencia de Juchitán.
Cuando se le pregunta de las elecciones a Artemio, habitante de San Dionisio, el campesino es prudente en sus comentarios, pues no quiere que lo involucren con ningún grupo. Considera que la gente ya está cansada de pleitos, y que pueblo esté abandonado y sin obras desde hace siete años.
“La mera verdad, aquí los únicos que ganan son los políticos que viven de ser autoridad. Yo creo que es necesario que el gobierno tome en serio la problemática, porque un día estos se pondrá peor y habrá muchos muertos”, estima.