Dejó Cué reconstrucción inconclusa en Costa
Aunque Gabino Cué reportó 781 mdp para atender las afectaciones de los sismos de ese año, hay viviendas que nunca se terminaron
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El sismo de 7.2 grados que golpeó 33 municipios de la Costa de Oaxaca, el 16 de febrero, llegó cuando la región aún no superaba por completo las afectaciones de otro fenómeno similar seis años atrás. Las poblaciones aún arrastraban una reconstrucción inconclusa: viviendas sin terminar y estructuras de metal que llegaron a destiempo y por tanto no cumplieron la función para la que fueron adquiridas.
A las 12:02 del 20 de marzo de 2012, un sismo de 7.4 nació en las cercanías de Ometepec, Guerrero, y Pinotepa Nacional, Oaxaca, y alcanzó 48 municipios que fueron declarados zona de desastre por la Secretaría de Gobernación (Segob).
Según el gobierno de Oaxaca, entonces encabezado por Gabino Cué, 18 mil 475 viviendas, 586 escuelas y dos mil pequeños comerciantes en la región resultaron afectados por el sismo y sus réplicas.
“Una maldad, una burla”
—Me hicieron una maldad. Me trajeron ese armazón, una malla, un poquito de grava y unos poquitos clavos de concreto. Yo les dije que esto es una burla, una burla que le hace el gobierno a la gente.
El que habla es Odilón, habitante de Lagunillas, una comunidad de Pinotepa Nacional, quien perdió su casa por el sismo de 2012. Como apoyo del gobierno Odilón recibió una estructura de metal sostenida por cuatro tubos de una pulgada de ancho, las cuales sustituirían las columnas de concreto de su vivienda y servirían para sostener los nuevos muros.
También le entregaron un techo de metal y una malla para rodear la casa que debía cubrirse con mortero; miles de familias recibieron lo mismo que Odilón. Para reconstruir las casas con daño total, el gobierno contrató a empresas que las levantarían con placas de unicel (poliestireno) recubiertas de varillas y cemento.
El ex regidor de Obras del municipio de Pinotepa de Don Luis, Adolfo Mejía, detalla que el monto del apoyo a quienes recibieron la estructura metálica se tasó en 75 mil pesos, mientras que cada vivienda reconstruida en 120 mil. A esos precios el gobierno estatal reportó la reconstrucción y reubicación de 6 mil 815 casas, que representó una inversión conjunta con la Federación por 298 millones 591 mil 299 pesos.
Millones para viviendas
De acuerdo con la Segob, en 2012 se autorizaron mil 382 millones de pesos del Fondo Nacional de Desastres Naturales (Fonden) para la reconstrucción estatal. De ese total 327 millones correspondieron a las declaratorias por el sismo y sus réplicas; 528 millones a las declaratorias por el huracán Carlotta. Los más de 490 millones restantes se aprobaron para otros desastres naturales de ese año, como lluvias severas, movimientos de laderas y un segundo sismo.
En total, la Segob reportó que la inversión total para atender toda esa destrucción fue de 2 mil 891 millones 551 mil 147 pesos, aportados entre los gobiernos federal y estatal: 371.8 millones sólo para viviendas.
Esas cifras difieren a las reportadas por el ex gobernador Gabino Cué, quien en su segundo informe aseguró que por todos esos desastres se reconstruyeron 34 mil 5 viviendas, 293 caminos, 70 sistemas de agua, 304 espacios educativos, 19 espacios de salud y 10 edificios patrimoniales. “Resarcir los daños de esos fenómenos naturales demanda una inversión estimada de 3 mil 412 millones 800 mil pesos para la reconstrucción, los cuales se reportaron al Fonden: 781 millones 300 mil pesos por los sismos y 2 mil 631 millones 500 mil pesos por los fenómenos hidrometeorológicos”, precisó.
Casas de unicel
En temporadas de lluvias la casa de Obdilia Santos Hernández parece una esponja que absorbe en su totalidad el agua que cae del cielo, lo que hace imposible vivir en su interior. Se trata, explica, de una de las viviendas que tras el sismo el gobierno reconstruyó a base de unicel.
—El techo que tiene también es de unicel y tiene una capita de loza. Eso se rompe y cuando llueve parece coladera, asegura.
Pero el problema de Obdelia no se compara si se mira a aquellas viviendas que dejaron inconclusas: sólo el muro de unicel y la malla de varillas, sin la capa de cemento. En estas casas, explica la mujer, las gallinas se comen el unicel y hay muchas que ya tienen hoyos enormes.
En Pinotepa de Don Luis, según explica el ex regidor de Obras, Adolfo Mejía, el Fonden dio un plazo de 72 horas para realizar el censo de los daños causados por el sismo de 2012. En ese tiempo lograron contar más de 750 casas con afectaciones: 329 con daño total y unas 425 con daño parcial.
A pesar de ese censo, el gobierno sólo reconstruyó totalmente 159 viviendas, 37 de las cuales quedaron inconclusas, de acuerdo con Miguel Martínez Merino, quien entonces era el presidente municipal. Otras 150 familias recibieron las estructuras de metal de 75 mil pesos.
“Hubo casas que se censaron fuera de tiempo porque no nos dio tiempo pasar por la lejanía, se peleó y el gobernador otorgó material de construcción para 37 familias; se les apoyó con 20 bultos de cemento y láminas rojas de asbesto”, dice el ex edil.
Estos apoyos, según el informe de Cué, eran parte de un programa de suministro de materiales de construcción con el que se repartieron 178 mil 635 láminas en 32 municipios, lo que representó un gasto de 4 millones 500 mil pesos, más otros 182 millones 400 mil pesos para atender mil 520 familias, los cuales salieron de los fondos de CONAVI/FONDEN. Además, la Secretaría de Desarrollo Social (Sedesol) transfirió 71 millones para que el gobierno estatal levantara 592 viviendas y otros 89 millones 200 mil pesos más para atender 743 casas más.
A pesar de todos esos recursos, el apoyo a quienes tuvieron daño parcial, explica el ex regidor, sólo consistió en láminas galvanizadas con protección térmica para que no se calentaran mucho las casas. Esos techos se montarían en las estructuras metálicas, las cuales llegaron demasiado tarde, cuando las familias ya habían reparado como pudieron sus hogares.
El resultado fue que las estructuras que costaron miles de pesos ya no se emplearon para sostener los muros de las casas afectadas por el sismo, por lo que las empresas proveedoras intentaron recogerlas.
“Nosotros sometimos a la empresa para que dejara el material, aunque sea en otro espacio. Hubo sesión de cabildo para aprobar que la construcción quedara aunque sea en otro lugar de la casa o en otro espacio si ya repararon sus casas”, relata Adolfo Mejía.
Ante el retraso en los trabajos, las autoridades municipales apoyaron con sus propios recursos a las empresas para que culminaran la construcción de las viviendas y la instalación de las estructuras.
A pesar de ello, una de las empresas dejó los trabajos abandonados, no pagó el salario de sus trabajadores, quedó a deber dinero al ayuntamiento y dejó el material de construcción tirado en diferentes calles del municipio, mismo que a cuatro años del sismo aún continúa ahí abandonado, como lo constató EL UNIVERSAL.