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Tras ello, se instaló la Escuela Normal Central que sólo duró un mes, pues con la llegada de la Revolución Mexicana cerró sus puertas.
“Nos hemos equivocado mucho, ahora en materia educativa, porque no hemos regresado atrás para saber qué se ha hecho, cada gobierno tiene un plan educativo distinto y hay que volver a empezar; todos tienen una visión centralista, pero jamás voltean a los estados”, dice el investigador Sánchez Pereyra.
Relata, por ejemplo, el histórico Congreso Nacional de Educación, en 1890, en que participaron todas las voces del país, incluyendo la de notables oaxaqueños, para conformar un nuevo modelo educativo. Luego de ello, el gobierno federal envió a Oaxaca a un personaje, Victoriano A. Flores, para sentar las bases de las nuevas escuelas normales; tras su retiro, ofreció en 1891 su biblioteca personal, que es la base del actual legado bibliográfico rescatado.
Posteriormente, con Porfirio Díaz en la Presidencia, la Academia de Niños se convirtió en Escuela Normal de Profesoras, que dirigió Ana Ramiro de Figueroa, enviada de la capital del país y quien promovió la donación de libros; a ella se debe otra parte del acervo inicial.
En 1916 se cerraron las dos escuelas que había porque el gobierno consideraba que era semillero de inconformidades e insurrecciones; permaneció así por ocho años. En 1924 se reabrieron y surgió la Escuela Normal Mixta de Oaxaca, donde se concentran las dos bibliotecas heredadas.
En 1937 surgió la primera revuelta magisterial en el nivel educativo básico, en que los profesores cerraron todos los planteles del estado por seis días y “pusieron de rodillas” al Estado, por lo que el Presidente de la República decretó la federalización de las Normales.
No fue sino hasta 1954 en que se volvió a tener conocimiento de las primeras bibliotecas, por parte del investigador Fidel López Carrasco, primer historiador de la educación de Oaxaca.
Sin embargo, fue hasta el año 2005 cuando se reanudaron los intentos oficiales por recuperar la memoria bibliográfica de las escuelas normales.
En el Centro Regional de Educación Normal de Oaxaca (CRENO), al norte de la capital, se hallaron los libros en una bodega, entre montones de basura. Un grupo de investigadores, encabezados por Sánchez Pereyra, iniciaron el rescate, pero vino el conflicto magisterial y social del año 2006 y todo se paralizó.
Hasta 2015 reiniciaron los trabajos de recuperación, pero con la sorpresa de que la bodega en que se dejaron nuevamente estaba revuelta y muchos volúmenes desaparecieron, debido a que los alumnos normalistas los utilizaron para hacer fogatas cuando ocuparon las instalaciones como refugio, durante el movimiento magisterial, que duró más de medio año.
Finalmente, este año se concluyó el trabajo encabezado por el IEEPO, con el apoyo de la investigadora Isabel Grañén Porrúa en la limpieza y catalogación.
La biblioteca Profesor Victoriano A. Flores contiene diversos volúmenes, como textos de Alexander Von Humboldt, la memoria completa del Primer Congreso Nacional de Educación o uno de los escasos ejemplares que hay en el mundo, las “Cartas Marruecas” del Coronel José Cadalso, que datan de 1793, o un diccionario analítico de Economía Política, de 1827.
Se compone de diversos fondos, con nombres de los donantes, como Victoriano A. Flores, Manuel Romero Ibáñez, Policarpo T. Sánchez, Gustavo B. Mendoza, Frida Woolrich y José Luis Aceves de la Mora.
“Las normales han sido fundamentales para el desarrollo de Oaxaca; en las comunidades puede no haber un médico, pero sí un maestro por eso y más debemos su historia, más ahora con los nuevos tiempos”, señala el investigador.
“Las normales van a entrar a un periodo de fortalecimiento, han estado un poco desvinculadas de la realidad en su plan de estudios, se requiere que se acerquen más a las comunidades. Con los nuevos tiempos, se verán obligadas a cambiar porque las cosas cambiaron en el país, nos gusten o no nos gusten, cambiaron y hay que adecuarse al cambio y espero que para bien”, cierra el profesor e investigador Sánchez Pereyra.