La Mina, disputa sin fin por una escuela

Sección 22 y Sección 59 pelean plantel de primaria. En este pueblo de Tuxtepec nació el posgraduado del MIT

Luego de diversos paros sindicales, en 2013padres de familia le cerraron las puertas de la escuela primaria Emiliano Zapata a la Sección 22, de la CNTE, para dar paso al ingreso de la Sección 59 del SNTE. Foto: Yuridiana Sosa / EL UNIVERSAL
Especiales 13/03/2018 20:43 Yuridiana Sosa La Mina, Tuxtepec Actualizada 20:43

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Una humilde galera, alejada de las condiciones para ser una escuela, es desde hace más de cuatro años el espacio donde unos 15 alumnos reciben clases por profesores de la Sección 22 del Sindicato Nacional de Trabajadores de la Educación (SNTE) en la comunidad de La Mina, lugar donde nació Ricardo Pedro Pablo, el llamado Indio huarachudo y logró un posgrado en el Instituto Tecnológico de Massachusetts.

En 2013, tras diversos paros sindicales, padres de familia de esta comunidad cerraron las puertas a la Sección 22, adherida a la Coordinadora Nacional de Trabajadores de la Educación (CNTE), para dar paso al ingreso de la Sección 59 del SNTE.

El rechazo hacia la sección mayoritaria del SNTE y la apertura a una nueva gremial significó la fractura de la armonía social en la comunidad, la cual el pasado 21 de febrero terminó por romperse en un enfrentamiento por mantener, cada parte, el control de la única escuela primaria, la Rural Federal Emiliano Zapata.

Tras ser tomado el plantel por la Sección 22 y sus tutores la víspera, padres de familia que defienden a la 59 lograron recuperarla, lo que derivó en golpes e insultos.

Arrinconados y precarios

A poco más de dos kilómetros del centro de la agencia municipal, la Sección 22 de la CNTE se aferró a continuar en la comunidad, en una improvisada escuela sin mobiliario.

Rodeada por terrenos de cultivos de cañas, a pocos metros de la carretera federal 145 y a donde algunos niños llegan a pie, “La Escuelita” —como es conocida en el pueblo— recibe cada día a 15 alumnos distribuidos en los seis grados, todos dentro de un único espacio.

Hojas de papel sobre paredes de madera o caballetes son los pizarrones de seis docentes.

Aunque el motivo de rechazo por parte de los padres de familia de la escuela primaria fue la ausencia en las aulas de clases, los docentes de la Sección 22 siguen respondiendo a cada llamado del sindicato, sumando más  faltas ahora en  su precaria escuela.

No quieren más a faltistas

En tanto, con el coraje atravesado en el pecho, madres y padres de familia de la escuela primaria que defienden la presencia de la Sección 59 del SNTE son claros: “Los niños son bienvenidos, para ellos las puertas están abiertas, pero a los maestros de la 22 no los queremos aquí”.

En esta escuela formal, de más de 130 estudiantes, donde existe aula de cómputo,  salones climatizados y es considerada como de tiempo completo, las ausencias de los profesores están prohibidas, condición que después de cuatro ciclos escolares la han respetado.

“No sabemos por qué los papás siguen enviado a sus hijos allá, acá los niños están mejor”, refiere Hilda, desde el patio escolar.

“¿Para qué vienen si saben que no son bienvenidos?”, expone  Marisol, quien como a muchos tutores, la angustia no deja de invadirlos por el temor de otro ataque por parte de maestros de la 22.

El rumor de que los docentes de la gremial contraria llegarán a recuperar la escuela se esparce continuamente, lo que los obliga a mantener guardias constantes a fin de resguardar su escuela.

Marisol, Julia, Hilda, Reina, Rosa, entre otras mujeres de La Mina, aseguran que van a defender la educación de sus hijos, a través de la permanencia de la Sección 59 dentro de la población y de la institución.

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Sentencian recuperación

El primer intento fallido de recuperación por parte de la Sección ocurrió el 22 de agosto de 2017; el segundo, el 21 de febrero, y ya se alistan para el tercer ataque. El representante de la gremial, Servando Amador, asegura que no están derrotados, pues van a replantear estrategias para regresar a dar clases en la escuela primara Emiliano Zapata.

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