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El profesor con 20 años de servicio cumple con sus clases en las aulas provisionales y durante el resto del día asesora a 103 alumnos de los tres niveles a través de WhatsApp y otras plataformas de internet, aunque nunca fue partidario de tratar a sus alumnos por las redes sociales, la situación que atraviesa la escuela lo obligó a crear un grupo para tener contacto con estudiantes.
“Es difícil trabajar en estas condiciones, sin casi nada de herramientas tecnológicas, de por sí, con las computadoras es difícil la materia para los alumnos, ahora es doblemente difícil, pero hemos creado alternativas de enseñanza. Por ejemplo, les instruyo, hacen la tarea en sus computadoras, toman capturas de pantalla y me los envían por WhatsApp y se los corrijo; es un poco complicado, pero logramos avanzar fuera de las aulas y los alumnos han mostrado gran disponibilidad”, explica mientras muestra las capturas de pantalla de sus alumnos.
Lirio Sánchez Jiménez tiene 14 años y es alumna del tercer gado, además de las asesorías de Informática por WhatsApp, está en otros dos grupos de chat: de Química y con su asesor. Casi todos los días está activa en el sistema para mejorar su rendimiento académico y cumplir con el programa, pues lleva un retraso de tres meses, los meses que perdió después del sismo.
El reinicio de las actividades comenzó en noviembre y desde entonces toma clases en el estacionamiento. La incomodidad en el espacio comienza después de las 11 del día, cuando el sol pega directo y todo se calienta; las sillas, el piso, el techo.
“No es complicado, las asesorías por WhatsApp, ni si quiera cuando hay viento es difícil estudiar en el estacionamiento, porque regamos agua al piso y el polvo ya no se levanta, lo que es difícil es aguantar el calor debajo del asbesto, por eso salimos a veces a las 12 del día”, comenta la alumna damnificada.
Los profesores Héctor y Lirio no tienen opción, nadie en esta institución lo tiene, sólo les queda aguantar, continuar dando un esfuerzo extra y esperar que el gobierno federal y estatal cumplan su promesa de entregarles para el mes de agosto su escuela reconstruida, que tendrá un costo de 17 millones de pesos.