Luchan por sanar 20 mil has. de bosques en Oaxaca
Este año el insecto defoliador alcanzó los Valles Centrales; también ataca la Costa y Sierra Norte
Los bosques de Oaxaca están enfermos. El insecto defoliador, un atacante diminuto, ha dañado más de 20 mil hectáreas sólo este año y su avance voraz no se detiene. Ante la plaga, comuneros y autoridades forestales se unieron para atender la contingencia.
El hambre del defoliador, considerada la segunda plaga que mata más bosques, ha causado un daño ambiental que este año también alcanzó al ecosistema de los Valles Centrales. Por primera vez se presentó el desarrollo de la plaga, también conocida como “mosca sierra”, en 370.83 hectáreas del arbolado de San Agustín Etla, San Juan Bautista Guelache y San Miguel Guelache, localidades cercanas a la capital de Oaxaca y que surten de agua a esta ciudad y a otras seis comunidades.
La presencia de esta plaga mantiene en alerta a los comuneros, quienes por décadas se han dedicado al cuidado de sus bosques y que ahora se han prometido curarlos. “Tenemos un bosque que surte de agua a la ciudad de Oaxaca, es agua que baja de nuestros mantos acuíferos, por eso es la preocupación. Lo que nosotros queremos es proteger nuestros bosques, mantenerlos sanos”, explica Ismael Cruz, integrante del Comisariado de Bienes Comunales del municipio de San Agustín Etla.
Mientras participa en el saneamiento, detalla que el defoliador fue detectado en julio de este año, cuando hacían sus recorridos de vigilancia. Ante la afectación, la Unión Estatal de Silvicultores del Estado de Oaxaca (UESCO) solicitó la intervención de la Comisión Nacional Forestal (Conafor), que autorizó 48 millones de pesos para el combate de la plaga en las casi 20 mil 219 hectáreas de bosques dañadas en la Costa, Sierra Norte y Valles Centrales.
El saneamiento comenzó hace tres semanas en la Costa, donde desde hace cinco años el defoliador amenaza el ecosistema y que este 2018 afectó a 8 mil hectáreas, explica Baltazar López Santos, presidente de la UESCO. Esta semana correspondió aplicar el plan de acción del incidente en Valles Centrales, y después será la Sierra Norte, donde la larva está presente en 11 mil 300 hectáreas.
Atacante diminuto
El defoliador tiene el ciclo biológico de un insecto. En estado adulto es una mosca que sale del suelo, vuela y pone huevos en las hojas que a los 20 días eclosionan como larvas; en este estado es cuando daña el ecosistema porque comen las hojas del arbolado, el cual morirá al no poder cumplir su proceso de fotosíntesis.
Según Constantino Ruiz Jiménez, asesor técnico de la UESCO, la presencia de la larva es consecuencia del cambio climático y la contaminación, factores que aceleran su evolución. “Antes no había, ni tocaba tanto, por el exceso de calor los árboles se estresan y debilitan”, explica.
Para combatir las plagas, personal de la Conafor la ataca vía aérea con un producto biológico compuesto por cuatro hongos y una bacteria: Beauveria bassiana, bacilus, etarhizium anisopliae y paecilomyces fumosoroseus.
Con ello se reducirá la plaga en 95% una semana después de la aplicación y sin necesidad de recurrir al uso de productos químicos, informa Mauricio Forero Toro, jefe de operaciones del plan de saneamiento de Conafor. Para el ataque del insecto por vía aérea, cada vuelo fumiga 30 hectáreas de bosque, que hasta el momento han sido atendidas a alrededor de 8 mil 370.83, por medio de 279 vuelos.
El ingeniero forestal destaca que Oaxaca Guerrero y Michoacán son las entidades que presentan más superficie de bosques afectadas por el insecto defoliador. “Tenemos a Oaxaca como uno de los estados con mayor presencia de insectos defoliadores y también descortezadores”, agrega.
Sobre el producto, Baltazar López Santos agrega que no se perjudica el agua ni otras especies de los bosques.
“Es un producto biológico que ya se aprobó en Santa Catarina Ixtepeji; se han hecho todos los estudios para que no afecten el agua porque el agua es importante, para no perjudicar las comunidades”, reitera este cuidador del bosque.