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—Porque Oaxaca no tiene mucho desarrollo y la tecnología no es accesible para la gente, y empecé a notar las carencias sociales, explica.
—Nuestro interés es llevar la tecnología a las comunidades porque creemos que el enseñarles cómo hacerla va a detonar en ellos que se apropien de la tecnología y puedan idear más adelante soluciones más creativas a sus necesidades, destacó la ingeniera.

Carmen y su equipo implementan un modelo educativo en los talleres con el cual buscan romper las cifras de rezago científico en el estado.
“Nosotros estamos jodidos y jodidos vamos a seguir”, recuerda Carmen que le dijeron unos estudiantes de secundaria, cuando por primera vez se acercaban a la tecnología.

—Me siento muy contenta y afortunada de poder aplicar mi conocimiento en algo que me gusta; me gustaría generar un impacto mayor, expresa la oaxaqueña, quien a pesar de que podría comercializar sus proyectos, no lo hace, por mantener el sentido social para las comunidades.
La ingeniera tiene como objetivos que para 2019 pueda contar con un Fab Lab móvil para llevar la tecnología a todos los rincones del estado, diseñar un kit de mejora de calidad de vida y adquirir maquinaria más sofisticada.
De esta manera, ella y su equipo tienen claro que es necesario y urgente el desarrollo de la tecnología en Oaxaca ante el rezago educativo y científico, debido a que, de acuerdo con cifras del Banco Mundial, en la entidad sólo 12 de cada 100 alumnos llegan a terminar una carrera universitaria, mientras a nivel nacional lo logran 43 de cada 100 estudiantes.

En el estado, de 2006 a 2010, tres de cada cuatro alumnos que ingresaron a un nivel superior lo hicieron para ser docentes de educación básica.
Por otra parte, con base en estadísticas presentadas en 2010, durante el Foro Consultivo Científico y Tecnológico en el país, en ese mismo año Oaxaca contaba con 181 investigadores, específicamente en áreas de físico-matemáticas, ciencias de la tierra, biología y química; medicina y ciencias de la salud; humanidades y ciencias sociales, así como biotecnología, ciencias agropecuarias e ingenierías.
Por este rezago en productividad científica y en la reducida población con estudios profesionales y de posgrado, Oaxaca se colocó en el lugar número 31 de los 32 estados de la República.

En 2016, en Oaxaca 645 profesionistas se graduaron de un posgrado, de ellos 158 de una especialidad, mientras que 461 de una maestría y 26 de un doctorado, de acuerdo con el reporte de 2017 del Instituto Nacional de Estadística y Geografía (Inegi).