Cheskitos buscan impulsar la economía local

Especiales 15/05/2018 11:00 Christian Jiménez Arrazola, Santa Cruz Xoxocotlán Actualizada 16:54

Ante la ausencia de empresas locales, Ariel emprendió un negocio de refrescos; busca crear empleos en su comunidad

Fotos: Mario Arturo Martínez / EL UNIVERSAL

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Ariel Antonio Aragón Rojas fue en busca del sueño americano. Durante su estancia de cinco años en los Estados Unidos trabajó ocho meses en una refresquera y a su regreso decidió emprender su propia marca de refrescos, llamada Cheskitos. Lo hizo, explica, porque está convencido que con este tipo de iniciativas se puede reactivar la economía local de comunidades como Arrazola, de donde es originario.  

Entre 2008 y 2013 Ariel vivió como migrante en Los Ángeles, California, y fue en uno de los empleos que tuvo en sus estancia donde conoció el proceso de elaboración de los refrescos. A su regreso a Oaxaca, ante la necesidad de generar ingresos propios, decidió comenzar a investigar para preparar jarabes de sabores con la idea de producir refrescos.

Tras meses de trabajo, pidió la asesoría del laboratorio veracruzano Morgan, para perfeccionar su idea: usar frutas naturales para saborizar una nueva marca de refrescos.  El laboratorio desarrolló las fórmulas con los sabores propuestos por Ariel: Tutifruti, naranja, mandarina, toronja, piña, fresa, manzana, lima-limón y tamarindo;  fue en noviembre de 2017 cuando por primera vez se creó un Cheskito.

“Fue un proceso muy largo, se requirieron pruebas con diferentes ingredientes; sin embargo, la fruta natural es la base de las fórmulas”, resalta el emprendedor.

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Antes del nacimiento de la marca de Ariel, dos empresas locales: Rey y Gugar se disputaban el mercado oaxaqueño. La primera fue adquirida por PepsiCo y  la segunda, lucha por sobrevivir frente al dominio de  empresas transnacionales.

Ariel cuenta que la idea de lanzar una marca de refresco  nació precisamente de  la ausencia de compañías locales. El nombre que escogió está  inspirado en “chesco”, la  forma popular de llamar a estas bebidas.

A la fecha, Cheskitos y la fórmula para su elaboración está en proceso de patente. Los ingredientes base son   el  jugo de frutas, agua carbonatada, azúcar y  jarabe de glucosa. La mezcla dio como resultado que se perciba   el sabor del jugo de frutas.

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Elaboración casera

Actualmente, Ariel recibe cada dos meses esencia suficiente para crear 150 litros de refresco  de los diferentes sabores. Todo el proceso de producción se realiza en su casa, ubicada entre talleres artesanales, donde nacen los famosos alebrijes de Arrazola.

Para lograr el sabor característico de Cheskitos, Ariel añade a cada botella una medida de esencia, rellena con agua, añade el gas, agita y sella cada botella de forma manual. En un día, cuya jornada inicia a las cinco de la mañana y culmina a la medianoche, llega a embotellar 100 botellas de 500 mililitros.

Por  el momento, la marca no ha sido lanzada oficialmente al mercado y  han sido amigos y familiares quienes han tenido la oportunidad de probar los Cheskitos. Las opiniones, dice Ariel, han sido positivas y se proyecta que el refresco se venda al público entre 8 y 10 pesos.

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“Al estado de Oaxaca lo caracterizan sus tradiciones, su gastronomía y su cultura. Incluso aquí en Arrazola, la mayoría de las familias se dedican a la elaboración de alebrijes... Por eso quise hacer algo diferente”, explica Ariel en el patio de su vivienda.

Ariel señala que  tanto en el estado como en el país hay mucho potencial, pero que   el factor económico es un freno que no permite que las iniciativas prosperen. A pesar de ello, está seguro que lo que necesitan los emprendedores locales viene de sus propias comunidades.

“No necesitamos ayuda del gobierno, sino de la gente de las comunidades, para que consuman lo que es local”, señala.

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Para Ariel son precisamentes estas  iniciativas locales las que podrían contribuir a contener la migración en comunidades como Arrazola, localidad perteneciente al municipio de Santa Cruz Xoxocotlán, pues podrían convertirse en un motor para  sostener la economía de las familias.

Aunque por el momento Ariel no ha recibido ofertas de otras empresas para asociarse o vender su idea, su propósito es crear una empresa que a futuro sea capaz de otorgar empleo a otras personas de la comunidad. Ya está trabajando en ello.

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