Nace primer grupo de mujeres rastreadoras en Oaxaca
El Colectivo Sabuesas Guerreras iniciará sus actividades de búsqueda en el Istmo oaxaqueño.
El rostro de Yosimar García está tatuado en el brazo izquierdo de María Isabel Cruz, su madre. Él joven policía podría estar orgulloso del homenaje, pero está desaparecido desde el 26 de enero de 2017, tres meses antes de casarse.
Yosimar fue levantado por un comando frente a su novia en Culiacán, Sinaloa. Antes de él desapareció su comandante y luego otro de sus compañeros policías municipales. Las desapariciones están relacionadas con una emboscada a un grupo de militares en Culiacán en septiembre de 2016, que se adjudicó a los hijos de El Chapo Guzmán.
Dos días antes María habló con su hijo; ella se encontraba en Matías Romero, en el Istmo. Luego llegó la llamada para avisarle que lo habían levantado y, sin pensarlo, regresó a Culiacán y cuando se dio cuenta que las autoridades no iban a buscar a su hijo, comenzó su travesía.
Desde entonces, creó el Colectivo Sabuesas Guerreras, comenzó una docena de familiares de desaparecidos, ahora son más de 100 personas que emprenden sus búsquedas desde las cinco de la mañana con picos y palas.
Al enterarse que en Oaxaca no existen colectivos de búsqueda, a pesar de las 11 fosas clandestinas que se han localizado en el Istmo, decidió crear un brazo de Sabuesas Guerreras. Según la fiscalía, sólo en 2018 se hallaron ocho fosas en Santo Domingo Petapa y tres en San Juan Guichicovi. Las víctimas suman 12.
Mientras busca a su hijo, María capacitará a otras mujeres zapotecas para buscar a sus ausentes.