Tampoco directores saben de las cuotas en la UABJO
Enfermería y Obstetricia cobra 12,500 pesos a nuevos ingresos; “yo, apenas entré en octubre”, justifica directora de la facultad

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Al igual que sus seis hermanos, Martín creció a cargo de su mamá, tras el abandono de su padre y su negativa a apoyarles económicamente. Las difíciles condiciones económicas le obligaron a trabajar desde pequeño en las labores del campo en su pueblo natal San Jerónimo Sosola y convertirse en el principal sustento económico de su familia. Desde entonces, trabaja y estudia.
El deseo de cursar una carrera relacionada con la medicina, lo llevó a emigrar a la capital del estado y presentar su examen para ingresar a la Facultad de Enfermería y Obstetricia de la Universidad Autónoma Benito Juárez de Oaxaca (UABJO) que se encuentra en Ciudad Universitaria.
Fue entonces cuando recibió la primera noticia que puso en riesgo sus aspiraciones: además de la cuota de inscripción pagada a la universidad, tras aprobar el examen de admisión debía pagar 12 mil 500 pesos por concepto de cuota de “apoyos a servicios educativos” como requisito para poder ingresar.
La Facultad de Enfermería y Obstetricia es la unidad académica de la UABJO que cobra las cuotas más altas a los estudiantes de nuevo ingreso; le sigue la de Contaduría y Administración, con un cobro de 9 mil pesos; luego la de Derecho y Ciencias Sociales, cuya cuota asciende a 7 mil 500 pesos y atrás está la de Medicina, con 6 mil 800 pesos.
El 8 de julio EL UNIVERSAL informó que por estos cobros, 21 de las 31 unidades académicas obtienen ingresos superiores a los 24.3 millones de pesos, sin contar las cuotas de reinscripción de entre 500 y mil 500 pesos que cobran a 25 mil 881 estudiantes: 7 mil 170 de nivel medio superior y 18 mil 273 en el superior. Otros 159 cursan especialidades: 258, maestrías y 21, el doctorado.
La administración central de la universidad desconoce el destino de todos estos recursos.
De acuerdo con la secretaria de Finanzas de la UABJO, Verónica Jiménez Ochoa, este cobro se realiza a criterio de cada una de las unidades académicas y ningún peso se reporta a la administración central porque son administrados por los directores de cada una de las instituciones educativas de la casa de estudios.
Sobre todo, cuando los gastos del personal en salarios y prestaciones, así como los gastos de operación corren a cargo de la administración central de la universidad, y para lo cual destina más de 80% de su presupuesto anual que supera los mil millones de pesos, según Jiménez Ochoa.
El dinero recaudado por esas cuotas tampoco es fiscalizado y corresponde a cada director rendirle cuentas al Consejo Técnico, organismos internos conformados por profesores y estudiantes afines al director.
Nadie sabe de los recursos. A Martín le falta un año para concluir sus estudios en la Facultad de Enfermería, pero desde hace dos años recibió una noticia que le implicó otro golpe económico: de pagar 500 pesos por reinscripción cada semestre, los directivos aumentaron el costo a mil 500 pesos. Tres veces más.
Ese cobro es ajeno a la reinscripción que cada alumno debe pagarse a la administración central de la UABJO e implica que Martín, quien prefiere que no se conozcan sus apellidos, ahora deba desembolsar cerca de 2 mil pesos, entre otros gastos por los trámites burocráticos.
Consultada por EL UNIVERSAL, Nora Sánchez Chávez, directora de la Facultad de Enfermería y Obstetricia, declara que desconoce cuáles son las razones por las que se cobran más de 12 mil pesos a los estudiantes de nuevo ingreso y asegura que tampoco conoce el destino de las reinscripciones a las que están obligados los alumnos a pagar semestralmente.
“Yo, apenas entré en octubre”, responde para justificar su desconocimiento sobre la aplicación de esos recursos que cada año ascienden a 4 millones 67 mil pesos aproximadamente.
Ese monto se obtiene si se suma un millón 375 mil pesos que se recauda por las cuotas de nuevo ingreso, denominadas “apoyos a servicios educativos”, y los otros 2 millones 692 mil pesos, por concepto de reinscripción.
Para cubrir los pagos a su facultad, los mismos que nadie sabe a dónde van a parar, Martín debe trabajar paralelamente a sus clases. Lo mismo labora como chofer o ayudante de chofer, que como empleado de farmacias, o de negocios de renta de muebles para fiestas. También se ha desempeñado como oficinista.
A un mes de que inicie el nuevo semestre en la UABJO, Martín todavía desconoce si habrá un nuevo aumento al costo de la reinscripción. Sólo queda esperar.