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Tras la presión de los pobladores, Pemex pagó los daños ocasionados en ese mismo arroyo y áreas de pastizales, pero sólo los de 2015 y dejó pendiente la indemnización de las afectaciones causadas por el derrame de combustible de julio de este año, acusa el agente municipal.
Entre el lunes 10 y el viernes 13 de diciembre, campesinos y ganaderos de comunidades de San Juan Guichicovi mantuvieron cerrado el paso vehicular en la carretera Transístmica, bloqueando la circulación entre el Istmo oaxaqueño con las poblaciones del sur de Veracruz. La causa fue de nuevo el reclamo a Pemex por los daños ambientales que deja el huachicol.
Raynel Ramírez Mijangos, presidente electo de San Juan Guichicovi, quien asumirá el cargo el próximo 1 de enero, exigió a los funcionarios del área de ductos de Pemex que atiendan los reclamos de los campesinos y ganaderos de la región que demandan el pago de afectaciones por la contaminación de sus arroyos y áreas de pastizales, producidas desde 2015.
La preocupación de los habitantes está justificada si se considera que se trata de un problema que crece, pues hasta septiembre de este año eran mil 636 las tomas clandestinas localizadas en Oaxaca, de acuerdo con el reporte que Pemex emite mensualmente.
En el caso del Istmo de Tehuantepec, el robo de combustible registra un incremento constante. Mientras en 2017 la empresa petrolera informó sobre la detección de 69 tomas clandestinas, hasta septiembre de este año se contabilizaban 113, lo que ha dejado una estela de protestas sociales derivadas de los daños ambientales.
El dirigente también alerta que está creciendo el nivel de inseguridad por la disputa violenta entre los huachicoleros, principalmente en municipios como Matías Romero, El Barrio de la Soledad, Santa María Petapa y en San Juan Guichicovi.
Tore Knape Macías, especialista en protección civil y rescate, explica que además de problemas ambientales y sociales, en la zona norte del Istmo el huachicol trae complicaciones como el desabasto de combustible. Desde el miércoles, por ejemplo, la gasolinera de Palomares se quedó sin gasolina Magna ni Premium porque las pipas no lograron pasar.
Beas Torres, el asesor de Ucizoni, está de acuerdo y agrega que el problema se agrava porque el gobierno de Oaxaca y los diputados locales y federales de la entidad “no tienen la fuerza para sentar a Pemex en una mesa de diálogo para que atienda las exigencias de los afectados por los derrames producidos por el robo de combustible”.